Miyamoto Musashi. Kenji Tokitsu
es causa de graves heridas”.12
Generalmente existen cuatro vías13 para pasar por la vida;(9) éstas son las del guerrero, del campesino, del artesano y del comerciante.
La primera es la vía del campesino. Los campesinos preparan las diferentes herramientas, están atentos a los cambios de estación, año tras año. Ésta es la vía del campesino.
La segunda vía es la del comerciante. Un fabricante de saké, por ejemplo, compra los productos necesarios y obtiene beneficios en función de la calidad de su producción; así es como pasa por la vida. Todos los comerciantes pasan por la vida obteniendo más o menos beneficios de su comercio. Ésta es la vía del comercio.
La tercera vía es la del guerrero. Los guerreros deben fabricar diversas armas y conocer el valor(10) de cada una. Ésta es la vía del guerrero. Sin aprender el manejo de las armas, sin conocer la ventaja de cada una de ellas, un guerrero carece, en cierta medida, de educación.
La cuarta vía es la del artesano. Un carpintero sigue su vía fabricando hábilmente diferentes herramientas y haciendo buen uso de ellas. Traza correctamente el plano de las construcciones utilizando hilos negros(11) y una escuadra. Pasa por la vida con su arte sin desperdiciar un minuto.
Así deben ser las cuatro vías: del guerrero, del campesino, del artesano y del comerciante.
Voy a hablar de la estrategia y la compararé con la vía del carpintero. Esta comparación trata sobre la casa que construyen los carpinteros. Se dice por ejemplo, casa14 noble, casa de guerrero, las Cuatro Casas.(12) Se habla también de la decadencia o la continuidad de una casa, se dice también (en el ámbito del arte) tal corriente, tal estilo, tal casa.(13) Si hago la comparación con la vía del carpintero, es porque el término casa se emplea de este modo.
La palabra daiku carpintero se escribe dai, ampliamente, ku, ingeniárselas para. Asimismo, la vía de la estrategia se establece mediante una gran ingeniosidad.
Por eso la comparo con la del carpintero. Para aprender la estrategia, hay que contemplar esos escritos y entrenarse sin cesar, maestro y discípulo juntos de modo que el maestro sea la aguja y el discípulo el hilo.
Comparación de la vía de la estrategia con la del carpintero
Un general debe, al igual que un maestro carpintero, conocer las reglas globales del país y adaptar, de forma consecuente, las reglas de su propia provincia. Asimismo, la vía del maestro carpintero consiste en adaptar la medida de la casa que va a construir.
El maestro carpintero aprende la estructura de construcción de una torre y de un templo y conoce los planos de construcción de palacios y castillos. Edifica casas y para ello emplea personas. Por eso, el jefe de los carpinteros y el de los guerreros se parecen.(14)
Para construir una casa, en principio hay que elegir las maderas idóneas. Para los pilares de la fachada, se eligen las maderas rectas, sin nudos y de buen ver. Para los pilares del fondo, se eligen las que son rectas y sólidas aun cuando tengan algunos nudos. Es conveniente utilizar maderas menos sólidas pero de buen ver para los umbrales, dinteles, puertas correderas y shôji.15
La casa aguantará mucho tiempo, aunque se utilicen maderas con nudos o torcidas pero sólidas, a condición de evaluar la solidez requerida por cada una de las diferentes partes de la casa y de utilizar las maderas en función de sus cualidades. Es conveniente utilizar las maderas menos sólidas, nudosas y torcidas para los andamiajes; más tarde servirán como leña para la calefacción.
Para utilizar a sus hombres, el maestro carpintero debe conocer las cualidades de los carpinteros. En función de su capacidad (alta, media o baja) deberá asignarles trabajos diferentes, como la construcción del tokonoma,16 la de las puertas correderas y los shôji, o la de los umbrales, dinteles y techos. Es conveniente que los poco diestros coloquen las carreras y que fabriquen las esquinas los torpes. Si sabemos discernir las cualidades de los hombres, los trabajos se realizan con rapidez y eficacia.
Ser rápido y eficaz, estar atento al entorno,(15) conocer la sustancia y su uso,17 conocer el nivel alto, medio o bajo de la energía ambiente,18 saber dar impulso y conocer los límites de las cosas. Todo esto lo debe tener en la cabeza un maestro carpintero. Lo mismo ocurre con el principio de estrategia.
La vía de la estrategia
Tanto el vasallo como el soldado se parecen al carpintero.19 (16) Éste afila sus herramientas, fabrica otras nuevas y las lleva en su caja de carpintero. Si observa las órdenes del maestro, cumplirá su trabajo con eficacia, las medidas serán exactas hasta en los menores detalles, al igual que en los largos corredores exteriores.20 Tan pronto bosqueja con la azuela los pilares y las vigas, como cepilla los postes del tokonoma y de las estanterías, añade tablas o esculpe la madera. Ésta es la ley del carpintero. Si aprende bien las técnicas de la obra de carpintería, así como la manera de hacer un plano, con el tiempo podrá llegar a ser maestro.
Un carpintero debe tener herramientas bien afiladas y cuidarlas. Sólo un especialista en carpintería sabe fabricar hábilmente una arqueta preciosa para una estatua de Buda, una estantería para libros, una mesa, el esqueleto de una lámpara e incluso una tabla para picar o una tapa. Tanto el vasallo como el soldado se parecen al carpintero; han de pensar mucho.
La mente de un carpintero siempre debe estar atenta a las siguientes cosas: las maderas no deben deformarse, las junturas deben aguantar, debe cepillar bien y evitar alisar, las maderas no deben torcerse pasado un tiempo.
Si quiere estudiar la vía de la estrategia, es necesario que examine atentamente, hasta el menor detalle, lo que escribo.
Escribo la estrategia en cinco manuscritos
Escribo mi obra en cinco manuscritos: los manuscritos de la tierra, del agua, del fuego, del viento y del cielo,21 a fin de que las cualidades de cada una de esas cinco vías queden bien establecidas.
En el Manuscrito de la tierra daré una visión general de la vía de la estrategia y el punto de vista de mi escuela. Es difícil alcanzar la verdadera vía basándose únicamente en el arte del sable. Conviene comprender los detalles a partir de una visión amplia, y alcanzar la profundidad partiendo de la superficie. Hay que trazar un camino recto sobre un terreno allanado. Por eso doy el nombre de la tierra al primer manuscrito.
El segundo es el Manuscrito del agua. Debe aprender en la naturaleza del agua lo esencial de la actitud mental. El agua adopta la forma del recipiente, sea éste cuadrado o redondo. Es una gota y un océano a la vez. El color del remolino es verde puro, e inspirándome en esa pureza presento mi escuela en el Manuscrito del agua.
Si consigue discernir claramente el principio22 general del arte del sable y, de este modo, vencer con comodidad a una persona, podrá vencer a cualquier adversario. Ese espíritu es el mismo tanto si se trata de vencer a una persona, como a mil o diez mil enemigos.
La estrategia de un general consiste en aplicar a lo grande lo que ha estudiado a pequeña escala. Lo mismo pasa cuando se concibe una estatua grande de Buda a partir de un modelo23 de treinta centímetros. Es difícil explicarlo en detalle, pero el principio de la estrategia es conocer diez mil cosas a partir de una sola. De este modo escribo sobre el contenido de mi escuela en el Manuscrito del agua.
El tercer manuscrito es el del fuego. En este manuscrito escribiré sobre la guerra, puesto que el fuego simboliza el espíritu llameante, tanto si es pequeño como si es grande. La vía de la guerra es la misma uno contra uno y diez mil contra diez mil. Hay que examinar bien esto y modificar la mente a veces grande y a veces pequeña.
Ver lo que es grande es fácil, ver lo que es pequeño es difícil. En efecto, es difícil cambiar rápidamente de estrategia cuando se es muchos, mientras que una sola persona cambia rápidamente de táctica según su actitud mental; por eso resulta entonces difícil prever hasta los menores detalles. Hay que examinar bien esto.
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