El vínculo primordial. Daniel Taroppio

El vínculo primordial - Daniel Taroppio


Скачать книгу
dejado en nosotros una huella preestablecida, que sólo era cuestión de seguir. Recordar, entonces, implicaba recuperar nuestra esencia, la cual, por supuesto, había sido definida por otro ser humano que se atribuía la capacidad y el derecho de definir lo que era ser un ser humano. El curso del universo estaba definido y también nuestra propia vida. Aquellos que definían la esencia del hombre se suponían fuera de toda cadena de lenguaje, de todo condicionamiento sociocultural; ellos simplemente expresaban la “verdad”. Toda idea de espiritualidad quedaba anclada a la obediencia. Un ser espiritual era aquel que aceptaba este destino y lo seguía ciegamente.

      La aparición del pensamiento científico puso fin a este modelo autoritario de espiritualidad y despojó a todo ser humano de la pretensión de definir lo que eran los otros seres humanos.

      Esto produjo una de las más grandes revoluciones en la aventura de la evolución humana. Sin embargo, con el tiempo, esta poderosa fuerza revolucionaria derivó en un materialismo positivista, estrecho y enemigo de la imaginación, que terminó sumiendo a la humanidad en la pesadilla del nihilismo.

      Es tiempo entonces de intentar trascender la brecha aparentemente insalvable entre religión dogmática, fundamentalista y autoritaria y ciencia materialista, positivista y nihilista.

      Cuando hablo entonces de recordar, me estoy refiriendo a algo mucho más profundo que intentar parecernos a lo que otros han definido como nuestra esencia. Estoy invitando a contemplar el universo como una realidad orgánica, viviente, dinámica, creativa e impredecible, y a nosotros mismos como expresión viva de su naturaleza indefinible. Estoy proponiendo un regreso a la Fuente que de ninguna manera consiste en depositar la propia libertad en manos de otros sino, por el contrario, en asumir que somos la manifestación de un poder abismal en permanente transformación, donde nada está predefinido. Se trata de una dimensión que sólo podemos abrazar si estamos dispuestos a asumir el vértigo de la libertad, la responsabilidad y la creatividad permanentes.

      Si algo pudiéramos intentar “definir” como la “naturaleza humana” sería quizás esta cualidad abismal, vertiginosa, inefable, inasible e indeterminada que compartimos con la totalidad del Cosmos. El recordar, en la forma en que aquí lo concibo, consiste entonces en respirar esta libertad mientras latimos al unísono con la libertad del universo, con el cambio eterno.

      Esto nos brinda como seres humanos un poder de transformación antes inimaginable. Liberados de toda definición previa que nos imponga una esencia predefinida por otros y pudiendo al mismo tiempo armonizarnos con un proceso creativo de dimensiones cósmicas, que a su vez late en nuestro propio corazón, estamos a las puertas de una aventura existencial verdaderamente apasionante.

      Al recordar desde esta perspectiva, comprendemos visceralmente qué es Lo Primordial, lo primario, lo original, y percibimos que no se trata de algo inmutable sino de una Fuente Viva, dinámica, en permanente transformación y despliegue. Y redescubrimos que nuestro origen hunde sus raíces en una dimensión que va más allá de lo biológico: es nuestra naturaleza cósmica. Antes de ser seres vivos fuimos polvo de estrellas; antes de ser estrellas somos vibración cósmica y somos un vacío rezumante de ser aun antes de ser vibración.

      Cuando realizamos esta plena consciencia de nuestros orígenes universales, en ese instante milagroso, somos vacío, tierra, fuego, agua, viento, árbol, primate, hombre, mujer, silencio. Nos recorre la lava de los volcanes, la sal de los mares, la savia de la jungla. En ese instante recuperamos la memoria de nuestro origen universal y volvemos a sentirnos parte de un movimiento evolutivo de millones de años del que somos cocreadores. Desde este lugar, nuestros problemas cotidianos adquieren su verdadera perspectiva y el poder del Universo está en nuestras manos para transformar nuestra vida. Y no desde una teoría, desde una creencia o dogma, sino desde la vivencia inmediata, íntima e incuestionable de nuestras raíces cósmicas.

      Este libro está basado en una comprensión ancestral del ser humano que honra las últimas concepciones de la ciencia contemporánea, y describe un camino simple, vivencial y profundo que puede llevarnos de vuelta a casa, a nuestro verdadero hogar: la experiencia de unidad.

      Al vivir esta experiencia unitiva, transracional, el Cosmos entero se completa en nosotros, libres ya de la mirada disociativa que apenas ve piezas sueltas donde sólo hay unidad, flujo, armonía sin fin. Desde esta visión unitaria, comprendemos con súbita claridad que el punto de síntesis y autoconsciencia del Universo es nuestro propio corazón, y que esto sólo se revela en toda su belleza en el encuentro humano.

      El Vínculo Primordial es el encuentro del ser humano con la totalidad de la vida y el Cosmos, lo que sólo se consuma en el sencillo encuentro con sus semejantes. De lo infinito a lo inmediato, de la eternidad al instante presente, del poder universal al amor interpersonal.

      Al abrirnos a esta dimensión no llegamos al éxtasis, somos éxtasis, expresado en corazones jubilosos de celebrar la magia del encuentro humano, con nuestros semejantes y con la totalidad de la existencia.

      Más allá de todas las dificultades, pesares y desafíos que podamos atravesar en la vida, hay una alegría infinita y sencilla latiendo en lo profundo de nuestros corazones. Es la dicha inefable y humilde que sólo se alcanza al recuperar nuestra unidad. Le invito a que exploremos juntos el camino que lleva a ella.

      Introducción

      En el encuentro humano,

      el Universo se encuentra

      consigo mismo,

      se reconoce y se celebra.

      La profunda e ineludible necesidad de sentirnos uno/a con la totalidad de la vida constituye una experiencia humana universal que trasciende a toda religión, filosofía, concepción social o política.

      Es probable que todos los seres humanos hayamos experimentado alguna vez esa inexplicable nostalgia, esa sutil sensación de vacío y ausencia que la falta de esta experiencia nos produce. Pero, afortunadamente, también es universal nuestra posibilidad de recuperar la memoria, de religarnos con la Fuente de la existencia.

      Infinidad de hombres y mujeres especialmente sensibles, inspirados e inspiradores, a lo largo de toda la historia y la geografía, pertenecientes a los más diversos grupos sociales, teístas o no teístas, han accedido a la experiencia de sentirse súbitamente reunidos con la totalidad, más allá del espacio y el tiempo. Desde esta profunda unidad han experimentado la inefable belleza y la indescriptible dicha de trascender la alienación, el aislamiento y la soledad del ego centrado en sí mismo, bañándose en las aguas de la unidad esencial.

      Estos breves fragmentos de un poema de Whitman dan cuenta de esta vivencia:

      “La inspiración mana y mana de mí,

       me recorren la corriente y el índice.

      Pronuncio la contraseña primordial…

      Voces desde hace largo tiempo

       enmudecidas me recorren,

      voces de interminables generaciones,

      voces de ciclos de gestación

      y


Скачать книгу