Mujer, ¡apuéstale a la familia!. Lucía Legorreta

Mujer, ¡apuéstale a la familia! - Lucía Legorreta


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con un profesional para solicitar ayuda y corregirla.

      7. Cómo llevarte bien con tu familia política

      Cuando una persona toma la decisión de compartir su vida en pareja, no solo lo hace con el ser amado. Quiéralo o no, la relación también incluirá a la familia política.

      Convivir con estos familiares es inevitable y, en gran medida, la buena o mala relación con ellos determinará el rumbo de la pareja. Esto incluye el trato con los suegros, los cuñados e, incluso, con los tíos.

      A veces, estos familiares pueden contribuir a terminar una relación en su afán por ayudar a consolidarla, porque utilizan los métodos equivocados.

      Comparto contigo algunas reglas que pueden ayudarte:

       Quiere a tus suegros, pero recuerda que no son tus padres. No los uses como confidentes hablándoles mal de tu marido, ni les llames para quejarte, llorar o reclamar cuando él se porta mal.

       Ten atenciones para con ellos y procura siempre recordar los cumpleaños y fechas importantes para felicitarlos o tener algún buen detalle.

       Si tu pareja está alejado de ellos, incentiva su reconciliación o acercamiento.

       No andes con chismes; la discreción es una virtud que no debes olvidar.

       No acuses a tu suegra con tu marido. Si tienes alguna diferencia con ella, es mejor aclararla de manera diplomática.

       Cuando vayas a casa de ellos ayuda en las tareas sencillas.

       Si tienes hijos, jamás les hables mal de sus abuelos paternos o maternos.

       Nunca te pelees ni faltes el respeto a tus suegros. Recuerda que son la mamá o el papá de tu cónyuge y que él también los quiere. Si la relación es insoportable, antes de perder el estilo, mejor aléjate.

       Las diferencias entre tu cónyuge y tú solo competen a ustedes dos, no hagan escenitas frente a los familiares.

      El padre, la madre y los hermanos de la pareja nunca van a dejar de serlo y como tal hay que asumirlo. La realidad en nuestro país demuestra que los conflictos de pareja son uno de los principales motivos de consulta psicológica, y un aspecto que los provoca es una mala relación con los familiares políticos.

      Debemos aceptar esta realidad. Crear y mantener una relación sana con ellos es sinónimo de salud emocional, que seguramente robustecerá la vida en pareja.

      Los roles adecuados serían los siguientes:

       Que los suegros respeten el espacio de la pareja.

       Mostrar independencia económica y emocional.

       Tener una vida afectiva satisfactoria.

       Que los suegros respeten las decisiones de pareja y dejen que resuelvan solos sus conflictos.

       Que la pareja asuma su rol de padres cuidando a sus hijos.

      8. Claves para ser una buena nuera

      Se habla mucho de las suegras, ¿pero cuál es el papel de las nueras, la otra cara de la moneda? Hablaremos sobre algunos de los consejos propuestos por Isabel Llorente en su libro Suegras y nueras.

      No creas que la familia política o la suegra está observando todos los pasos que das. Por eso, evita reacciones de ira; no te precipites ni actúes de manera nerviosa o asustadiza. Entre más serena estés, el clima de la relación será más estable. La seguridad en ti misma te dará la tranquilidad que anhelas para actuar asertivamente.

      Sé inteligente: actúa con ecuanimidad y madurez emocional desde el principio de tu matrimonio; evita ser demasiado susceptible. Esto dará más estabilidad a tu hogar.

      Es lógico que tu suegra, como madre de tu esposo, conozca muchos detalles sobre su vida. ¡Que esto no te cause celos! Mejor disfruta lo que te platique sobre sus años de niñez y juventud. Finalmente acabarás conociéndolo más tú, por ser él ya parte de ti.

      Si amas tanto a tu esposo y es un hombre valioso, agradece a tu suegra que fue quien lo formó. Si tu esposo sabe amar, es que sus padres le enseñaron a amar y tú estás recibiendo los frutos.

      Respétala mucho. No sabes a ciencia cierta qué hay dentro de su corazón: soledad, quizá años de lucha y cansancio muy comprensibles.

      Acepta de buen agrado los consejos que te dé tu suegra. Comprende que las madres tienen un instinto maternal que les impulsa a seguir cuidando a sus hijos, aunque sean mayores.

      Trata de no ver sus defectos. Llevas su apellido, que será también el apellido de tus hijos. Da a tus hijos ejemplo de gran corazón. No rompas la armonía familiar.

      Tan abuela es la abuela materna como la paterna. Llévale también tus hijos a tu suegra, y enséñalos a amar a las dos por igual.

      Generalmente un buen hijo se convierte en un buen esposo. Permítele que cumpla libremente con sus deberes de hijo.

      Irás madurando, y debes aprender a tomar en cuenta lo bueno de las personas, principalmente de tu suegra.

      Los celos pueden extenderse también a las cuñadas. Tú eres la esposa. Confía en ti misma. El amor de esposo no significa que él deba dejar de amar al mundo entero, incluyendo a sus hermanos y amigos.

      Procura tener salud mental: no le des tantas vueltas a las cosas. Cuando haya un malentendido, habla con tu suegra, perdonen y olviden, dando pronto vuelta a la página.

      Transmite a tus hijos la herencia familiar de sus abuelos paternos y maternos; verás cómo en un futuro esto te permitirá tener a todos tus hijos juntos, con tus nietos felices, en un cálido ambiente familiar.

      1. Anorexia emocional

      Fue hace poco cuando escuché este término y me pareció curioso. La anorexia es una trastorno alimenticio en el que la persona limita su comida al máximo de forma voluntaria. Sin embargo, en la pareja también existe la anorexia a nivel emocional: se trata de aquellas que han perdido el sabor del amor y se niegan a alimentarlo.

      Existen personas que padecen de anorexia en sus emociones; se niegan a recibir amor, regalos, una buena conversación, se aíslan en sus sentimientos y en su manera de corresponder.

      En la anorexia emocional se tiene miedo al compromiso, a sentirse gratificados con una pareja. Las personas que la padecen solo exigen o simplemente se cruzan de brazos y se cierran a que se les nutra emocionalmente. Son personas que presentan un empobrecimiento en términos afectivos, es decir, se niegan a recibir afecto, abrazos, caricias e intimidad; rechazan recibir amor y bloquean gran parte de sus emociones.

      Los anoréxicos temen comer porque saben que subirán de peso. Quienes sufren de anorexia emocional, por su parte, lidian con grandes temores en su vida: a ser lastimados, abandonados, a ser criticados… y ese miedo los paraliza.

      Esta enfermedad puede ser consecuencia de experiencias traumáticas durante la niñez, de imitar la conducta de los padres que nunca les expresaron afecto, o bien de algún trastorno escolar en el que su físico los marcó de por vida.

      ¿Cómo saber que tu pareja o tú misma sufren de anorexia emocional? He aquí algunas señales:

       Llevan un registro de lo que hace o deja de hacer la pareja y desean ser el centro de


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