Manual completo del método pilates. Rael Isacowitz
podemos experimentar esa misma cualidad mediante la práctica del Pilates.
De manera fisiológica, la fluidez se explica como la sincronización perfecta entre la activación de los músculos y el movimiento de las articulaciones. Para cada movimiento existe una secuencia óptima de activación de los músculos; es el llamado patrón de reclutamiento, o activación muscular. Cuando el reclutamiento de los músculos no sólo es correcto, sino que está sincronizado a la perfección al milisegundo, y se combina con el ritmo interno de la respiración, entonces el resultado es la fluidez. Resulta muy interesante observar a dos personas ejecutando un movimiento idéntico, ya que a menudo su apariencia resulta totalmente diferente. Muchas veces la fluidez o su ausencia marcan la diferencia.
Los movimientos fluidos, que empiezan por la respiración y siguen por la activación de los músculos, devienen una cualidad interna y resultan al mismo tiempo relajantes y rejuvenecedores.
Principio 9: La precisión
Sin precisión, el trabajo de Pilates carece casi totalmente de sentido. En el mundo del fitness es habitual hablar de aislamiento de los músculos durante movimientos concretos. El aislamiento depende por completo de la precisión y, sin embargo, a menudo los que dicen aislar grupos musculares no lo están haciendo en absoluto. O carecen de la precisión para aislar una zona, o para conseguir su objetivo se apoyan en medios externos, como máquinas. Por ejemplo, una persona que practica una flexión de bíceps en un banco reclinatorio está consiguiendo un aislamiento poco funcional, porque aunque esté usando principalmente el músculo bíceps, depende por completo del soporte del banco. En la vida no podemos andar por ahí con ese tipo de soportes. El aislamiento sólo es significativo si se logra estabilizar el cuerpo y mantener el movimiento aislado de forma independiente. Se trata de un proceso cuidadoso por el cual volvemos al primer principio del movimiento (la conciencia corporal), seguido de la concentración y el control. Al aumentar la conciencia que tenemos del cuerpo, el aislamiento de los músculos es cada vez más afinado. Me esfuerzo para que llegue el día en que consiga aislar y controlar todas las fibras musculares del cuerpo; ¡es un sueño que me obliga a tener los pies en el suelo y a ser humilde!
La precisión requiere la integración completa de la musculatura del cuerpo, a la que después puede seguir el aislamiento de ciertos músculos o grupos musculares. Experimentarás el trabajo a nivel más profundo cuando ejecutes todos los movimientos con precisión hasta el más mínimo detalle. La precisión es la base del trabajo corporal con fines correctivos. Nos esforzamos continuamente por alcanzar un equilibrio y alineación ideales. Muchas veces, cuando les ordeno a mis alumnos hacer un ejercicio, me cuentan cómo esa vez lo han sentido más que nunca, a pesar de haberlo practicado muchas otras veces antes. En ocasiones se trata de ajustar el cuerpo sólo uno o dos grados, y es entonces cuando surge la llama. Eso es precisión. En Pilates se necesita mucha precisión para activar músculos aislados y para ejecutar los movimientos.
La precisión es un ingrediente fundamental en la práctica de Pilates y un hito del camino que conduce a la maestría.
El máximo logro de la práctica de Pilates es moverse por la vida en armonía interna y externa.
Principio 10: La búsqueda de la armonía
La armonía es la unidad, la culminación de todos los principios precedentes y de todo cuanto aspiramos a conseguir; es la recompensa final al compromiso y al trabajo duro. Armonía significa salir de una sesión sintiéndose completamente rejuvenecido, ser consciente de cada músculo y sentir la profundidad de cada respiración. Significa estar centrado, concentrado y bajo control; y practicar movimientos eficaces con flujo y precisión. Sentir todo esto supone estar en armonía con uno mismo y con el entorno.
Pocas modalidades de acondicionamiento físico pueden jactarse de conseguir resultados tan profundos como los que proporciona el Pilates, y que millones de personas ya están experimentando. La grandeza del ser humano se manifiesta cuando el poder infinito de la mente se combina con la inmarcesible ingeniería del cuerpo humano. Los principios que he descrito, tanto cada uno como en su conjunto, tienden una vía con la que encauzar los recursos de la mente. Por hermosos y maravillosos que sean, los movimientos de Pilates son sólo movimientos. Los principios y la filosofía de este sistema son lo que lo hace único y capaz de transformar nuestras vidas. Al corregir una alineación o al enseñar patrones positivos de movimiento, hay que hacer algo más que atender a aspectos fisiológicos como la fuerza muscular y la flexibilidad; también deben tenerse en cuenta los principios subyacentes a los movimientos. Son ellos los que te dirigirán a través del proceso interno de transformación que conduce al bienestar.
La práctica del Pilates abre el camino hacia el descubrimiento, continuo y diario. Puedo afirmar con sinceridad que nunca he realizado ni dado una sesión de Pilates en la que no haya aprendido algo nuevo. Y creo que es una afirmación muy significativa, porque he realizado miles de sesiones e impartido miles de clases, y esta afirmación en sí habla muy claro sobre la profundidad del sistema. Por supuesto, es imprescindible que el cuerpo, la mente y el espíritu estén abiertos a tal aprendizaje para beneficiarse de él. Si es así, las posibilidades son infinitas.
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Alineación, postura y movimiento
En el capítulo anterior sentamos las bases para entender el Pilates: su filosofía, sus principios y su capacidad para influir en todas las facetas del ser humano tal como su creador pretendía. En los capítulos siguientes hablaremos de los conceptos que pertenecen a la ciencia del movimiento humano y su relación con el método Pilates.
El cuerpo humano es un instrumento complejo comparable, en su funcionamiento mecánico, a una cadena de múltiples eslabones: la cadena cinética. El estudio de la cadena cinética resulta fascinante por sus infinitas posibilidades. A pesar de que todos compartan patrones predecibles de movimiento y desarrollo muscular, no hay dos cuerpos que sean iguales. Durante el movimiento, los músculos se activan siguiendo cierto orden o patrón. Con frecuencia es posible ejecutar el movimiento aunque el patrón sea erróneo, y es probable que dicho movimiento sea poco eficaz y conlleve un riesgo de lesión. Consciente de la influencia que un área del cuerpo puede tener sobre otra, el método Pilates trabaja la cadena cinética en su globalidad. Mediante un proceso de refinamiento, el Pilates produce cambios profundos que mejoran el rendimiento del cuerpo y sientan las bases del bienestar.
Estructura musculoesquelética
Examinemos el cuerpo de dentro afuera. El esqueleto es la infraestructura del cuerpo sobre la cual se ordena todo lo demás (figura 2.1a). El esqueleto es una estructura bien diseñada; sobre ella se distribuyen los músculos en capas para proporcionar un medio de sustentación y movimiento a dicha estructura (figura 2.1b). Los huesos actúan de palancas, y los músculos, de cables que mueven las partes del cuerpo en la dirección deseada. Gracias a esta ingeniosa estructura, la musculatura es capaz de actuar con eficacia. No obstante, si el esqueleto no está bien alineado, afectará a toda la estructura y el resultado será una acción muscular ineficaz y la aparición de fatiga y dolores.
Figura 2.1 La correcta alineación del esqueleto se combina con una buena mecánica muscular para generar movimientos eficaces y sin esfuerzo.
El cuerpo humano es la obra cumbre de la mecánica, la ingeniería y la física. Tomemos como ejemplo la rótula, el hueso de libre movimiento situado sobre la rodilla (el hueso sesamoideo más grande del cuerpo). Además de proteger la articulación de la rodilla, la rótula ofrece una gran ventaja mecánica al músculo cuádriceps. Si no hubiera rótula, el músculo tendría que