Escritos militares . Vo Nguyen Giap

Escritos militares  - Vo Nguyen Giap


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netamente superiores a las nuestras.

      Pero contrariamente a lo que ocurría en otros tiempos, en que el gran país agresor tenía el mismo régimen feudal que nosotros, los agresores son en la actualidad potencias imperialistas que poseen no solamente una población mucho más numerosa y un territorio más grande, sino también una industria muy desarrollada y un enorme potencial económico-militar, disponiendo de armamentos modernos. Nosotros, en cambio, somos un país no muy extenso, con una población todavía reducida, un antiguo país colonial y semifeudal con una economía subdesarrollada. Por otra parte, a diferencia de nuestros antepasados, en la actualidad nuestro pueblo trata de superarse para realizar plenamente un régimen social nuevo, un régimen democrático popular, netamente superior al régimen social reaccionario y corrompido del agresor. Nosotros disponemos de la inmensa fuerza del régimen social de vanguardia y del hombre nuevo vietnamita, dueño de ese régimen.

      Partiendo de una justa evaluación de la relación de fuerzas entre el enemigo y nosotros, nuestro pueblo, para triunfar en la actual guerra de liberación y defensa nacional, supo aprovechar las condiciones favorables de población, terreno y clima, y las nuevas fuerzas de un régimen social de vanguardia y del hombre nuevo vietnamita. Sobre esta base, nuestro pueblo continuó y elevó a otro nivel las tradiciones militares de la nación; la cual, plena de valor y de inteligencia, no solamente supo en condiciones diferentes vencer a un enemigo más fuerte y numeroso sino también, asegurar la victoria de la civilización sobre la fuerza bruta e imponer nuestra superioridad absoluta en materia política y moral para derrotar el fuego y el acero del enemigo. Hemos utilizado armas más o menos modernas junto con armas rudimentarias, para vencer a las muy modernas armas del enemigo. Gracias a su voluntad de combatir y de vencer, a su inteligencia y a su espíritu creador, nuestro pueblo supo sacar provecho de sus ventajas fundamentales y de sus puntos fuertes, limitar y neutralizar los relativos puntos fuertes del enemigo, agudizar sus debilidades fundamentales, desarrollando al máximo la fuerza conjugada de la guerra del pueblo en el nuevo período, a fin de atacar al enemigo y vencerlo.

      3. Es una guerra de liberación nacional y de defensa de la patria emprendida en medio de las particulares condiciones internacionales de nuestra época: la del triunfo de la revolución socialista y de la revolución de liberación nacional, en que las fuerzas revolucionarias derrotan a las fuerzas contrarrevolucionarias a escala mundial, en que la revolución mundial se encuentra en posición de ofensiva ininterrumpida contra el imperialismo.

      En la época feudal, nuestros antepasados debían contar solamente con sus propias fuerzas, sin esperar ningún tipo de ayuda exterior. En la actualidad, nuestro pueblo lleva a cabo la guerra de liberación nacional y de defensa de la patria, en condiciones internacionales totalmente diferentes.

      El triunfo de la Revolución de Octubre inició una nueva época en la historia de la humanidad: la época de la liquidación del imperialismo y de la victoria del Socialismo en todo el mundo. También unió el movimiento de la revolución socialista de la clase obrera de los países capitalistas desarrollados con el movimiento revolucionario de liberación nacional de los pueblos oprimidos. La revolución vietnamita dirigida por nuestro partido es parte integrante de la revolución mundial y ha sido ayudada por la coordinación con los movimientos revolucionarios de otros países y su generoso apoyo. Más precisamente, luego de la Segunda Guerra Mundial, la victoria de la URSS sobre el fascismo creó condiciones propicias para la revolución en numerosos países de Europa y Asia. Surgió el sistema socialista mundial, convirtiéndose en el factor determinante del desarrollo de la revolución mundial. El campo socialista es la protección, el sólido apoyo de la lucha de liberación de los pueblos. Con el triunfo de la Revolución China y la fundación de la República Popular China, las fuerzas de la revolución mundial, cuyo centro es el campo socialista, superan a las fuerzas de la contrarrevolución, a las fuerzas del imperialismo. La revolución mundial está en posición de ofensiva ininterrumpida: ataca al imperialismo por diferentes partes y ha logrado grandes éxitos. Todas estas son condiciones internacionales favorables para la revolución y la guerra revolucionaria vietnamita en la actualidad.

      Nuestro pueblo está embarcado en la tarea de edificar y defender el Socialismo en el Norte y llevar a cabo la guerra de resistencia contra la agresión norteamericana para liberar al Sur, obteniendo la reunificación de la nación. La revolución en nuestro país materializa la asociación entre las dos corrientes revolucionarias de nuestra época: la revolución socialista y la revolución de liberación nacional. Esta es una ventaja fundamental, que refuerza la posición de nuestra lucha revolucionaria en el seno del movimiento revolucionario mundial. En su larga y ardua lucha contra los imperialistas agresores más poderosos, siguiendo la línea revolucionaria y la línea política de solidaridad internacional justas, sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario, nuestro pueblo aporta, tanto ahora como en el pasado, una contribución activa a la causa común de la revolución mundial. Por otra parte, goza de la ayuda cada día más considerable de la Unión Soviética, de China Popular y de los otros países socialistas hermanos; así como también del sostén activo de los pueblos progresistas de todo el mundo, incluso del pueblo norteamericano. Ese es un factor de victoria muy importante. Por su parte, los imperialistas agresores representan un régimen social reaccionario condenado por la historia. Despliegan todos sus esfuerzos para reunir las fuerzas disponibles y oponerse histéricamente a la ofensiva de la revolución mundial. Pero el imperialismo se encuentra, junto con las otras fuerzas reaccionarias, en una posición defensiva; se debilita cada día más y sufre una derrota tras otra. Los imperialistas se enfrentan con una creciente oposición en el seno de su propio pueblo y están cada vez más aislados en la escena mundial, a medida que sus contradicciones internas se van exacerbando. Esta es su debilidad fundamental, constituyendo una inmensa ventaja para la lucha de nuestro pueblo. Antes, nuestros agresores eran los fascistas japoneses que habían sido derrotados por la Unión Soviética y los Aliados, y los colonialistas franceses cuyo país había sido invadido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y se encontraba en un período de plena restauración. En la actualidad, los imperialistas norteamericanos, aunque son el jefe de fila de los imperialistas, son el blanco de múltiples dificultades y contradicciones en todos los dominios; sufren fracaso tras fracaso y se debilitan cada día más.

      Esas características de la guerra revolucionaria en nuestro país se reflejan claramente en el contenido de la línea militar de nuestro partido.

      La línea militar de nuestro partido —la línea de la guerra del pueblo— surge de la línea política del partido y debe adaptarse a ella. Es la línea de una guerra del pueblo llevada a cabo en la actualidad por la nación vietnamita, por la independencia nacional, la democracia popular y el Socialismo. De acuerdo con la concepción marxista-leninista de la violencia revolucionaria, la línea militar del partido puede definirse del siguiente modo: toda la nación combate al agresor bajo la dirección de la clase obrera, desarrollando todas sus capacidades combativas, promoviendo la insurrección y la guerra del pueblo con el objeto de vencer a los poderosos ejércitos de agresión del imperialismo.

      Ya desde hace tiempo los fundadores del marxismo hablaban de la guerra del pueblo. Engels asignó un gran valor a la lucha del pueblo francés en 1793 durante la revolución burguesa y la denominó “la insurrección de las masas, la insurrección de todo el pueblo”, “guerra del pueblo”. Además, estimó que la lucha del pueblo chino contra los colonialistas ingleses en el siglo XIX era “una guerra popular para preservar la nación china” y que “visto bien, esta guerra es una auténtica guerra del pueblo”.

      Nuestra nación posee una sólida tradición de insurrección popular, de guerra popular para la liberación nacional y la defensa de la patria.

      La historia de nuestro pueblo conoció guerras del pueblo llevadas a cabo bajo la dirección de la clase feudal contra las agresiones extranjeras; como por ejemplo, la guerra del pueblo surgida del movimiento revolucionario campesino Tay Son, dirigida a la vez contra los señores feudales en decadencia y los agresores extranjeros. En la actualidad, la guerra del pueblo se organiza bajo la dirección de la clase obrera.

      Todas esas guerras del pueblo, esas insurrecciones del pueblo de épocas anteriores, conocieron limitaciones históricas en lo que concierne a sus objetivos, sus fuerzas dirigentes y sus fuerzas motrices. La guerra


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