Génesis, vida y destrucción de la Unión Soviética. Jaime Canales Garrido
resto del mundo -entre los cuales los actuales gobernantes rusos ocupan un lugar señero- y cuyo objetivo principal es simplemente denigrar el sistema socialista, pues incluso hoy el contenido humanista de una sociedad sin clases sociales continúa siendo el principal enemigo del degradante modo de producción capitalista.
Algo análogo a lo recién señalado aconteció y continúa teniendo lugar en el seno de las organizaciones políticas y conglomerados sociales -incluso de las izquierdas- que, en su abrumadora mayoría, se han convencido de que la Unión Soviética se destruyó por la obra y gracia del pueblo soviético, cansado del “atraso” de la URSS en relación a las potencias capitalistas, y a la falta de libertad.
Así pues, en este contexto surge esta obra que pretende poner algunas cosas en su lugar y echar por tierra los mitos creados por la propaganda institucionalizada de los países europeos y de los Estados Unidos, la que ha encontrado su manifestación más palpable e irrefutable en la desembozada colaboración de los órganos de comunicación de masas y los organismos de seguridad de dichos estados.
En las páginas que siguen -y que el lector preocupado con el devenir económico, social y político del planeta no vacilará en leer y analizar- son formuladas varias tesis que, sin duda, de forma totalmente novedosa, brindan una visión más racional de los acontecimientos que se concatenaron para desembocar en el tan trágico desenlace: la destrucción y muerte de la Unión Soviética.
Incluso podemos asegurar que la acuciosa lectura de este libro que tiene en sus manos, llevará al lector a reconocer que el mismo es producto de una indiscutible seriedad científica inherente al trabajo realizado por el autor, quien ha fundamentado sus reflexiones y tesis en un riguroso análisis de documentos históricos y obras de autores especializados en la realidad soviética, reconociendo en el presente libro la particular novedad de que están impregnadas sus páginas.
No obstante lo referido anteriormente, siendo la seriedad científica una cualidad indispensable a cualquier investigación, se convierte al mismo tiempo en una suerte de desventaja, pues su áspero, aunque apasionante contenido impide que, para el lector no especializado en esta área del conocimiento sea fácil deambular por sus páginas. No obstante, apreciado lector, dejamos en sus manos este libro, que -estamos convencidos- contribuirá decisivamente al esclarecimiento de una verdad histórica distorsionada convenientemente por algunos, y lo invitamos a compartir sus reflexiones a la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected]
Santiago, 2019.
“De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede”.
C. Marx
“El problema de cómo deben luchar los socialistas dentro de la sociedad capitalista no es difícil, y ha sido resuelto hace mucho. Tampoco es difícil concebir una sociedad socialista desarrollada. Este problema también ha sido resuelto. Pero el problema más arduo es el de la realización del tránsito de lo viejo, del capitalismo habitual y conocido por todos, a lo nuevo, al socialismo todavía naciente y que no cuenta con una base firme. Este tránsito requerirá, en el mejor de los casos, un período de muchos años. Dentro de este período, nuestra política comprende una serie de otros tránsitos de menor monta. Y toda la dificultad de la tarea que tenemos por delante, toda la dificultad y todo el arte de la política consiste en tomar en cuenta los cometidos peculiares de cada uno de esos tránsitos”.
V. I. Lenin
“Recordad: el mundo no necesita una Rusia fuerte; nadie nos ayudará, por ello hay que contar únicamente con nuestras propias fuerzas. Yo hice todo lo que pude; Espero que ustedes harán más y mejor. Sed merecedores del legado de nuestros grandes antepasados”.
J. Stalin
“Los actos criminales de Jruschov y sus hombres tendrán consecuencias a largo plazo, ya que darán lugar a la degeneración, y luego, a la destrucción de la URSS y el PCUS”.
Comité Central del Partido Comunista de China y Comité Central del Partido del Trabajo de Albania, 21 de diciembre de 1964
“El objetivo de toda mi vida fue la destrucción del comunismo, de la insoportable dictadura sobre las personas… Mi esposa me apoyaba totalmente, pues comprendió la necesidad de ello incluso antes de que yo lo hiciera. Precisamente para alcanzar dicho objetivo, yo usé mi posición en el partido y el país… El mundo sin comunismo lucirá mejor. Después del año 2000 vendrá una fase de paz y bienestar general…”.
M. Gorbachov
“Utilizando los resbalones de la diplomacia soviética, le excesiva arrogancia de Gorbachov y de las personas de su entorno, incluyendo a aquellos que tenían una posición abiertamente proamericana, nosotros logramos hacer con la Unión Soviética lo que el presidente Truman quería hacer por medio de una bomba atómica”.
Bill Clinton
A MODO DE PRÓLOGO
Más de algún lector atento se preguntará por qué tan extenso epígrafe.
La respuesta es simple: porque en este encabezamiento están resumidas todas las fases de la breve vida de la Unión Soviética -desde su génesis hasta su sepultura- a la par de la cuestión teórica medular de lo que Marx llamó “la primera fase -o ‘fase inferior’- de la sociedad comunista”1.
Cuando la noticia de la disolución de la Unión Soviética llegó hasta mis oídos, me encontraba trabajando en un país africano que me había brindado acogida, como a tantas otras personas de las izquierdas que tuvieron que huir de la represión desencadenada por las fuerzas de la derecha fascista en sus propios países.
Yo fui uno de los tantos jóvenes que tuvo la fortuna de conocer la realidad íntima del gran país soviético al que, mientras fue socialista, sentí como mi verdadera Patria, a pesar de todas las falencias entonces ya existentes.
A la gran derrota, que habíamos sufrido a nivel nacional y continental en los años 70 -y que truncó nuestro futuro en sus albores- se sumó esta, la Gran Derrota de toda la Humanidad, que vendría a alterar la historia universal, tal como, hace casi cien años, la Gran Revolución Socialista de Octubre estremeciera y agrietara los cimientos del injusto orden mundial imperante.
Sin embargo, a pesar del colapso, la significación histórica de la Unión Soviética no ha muerto, continúa viva y vivirá por siempre en la vida cotidiana, en la memoria y el corazón de aquellos seres humanos que no han perdido ni perderán jamás su más importante condición: la de hombres conscientes que buscan la justicia y luchan contra la deshumanización de la sociedad.
Considerando el inmenso significado político y social que revistió la edificación del socialismo en la Unión Soviética para los destinos del mundo, bien como su destrucción, importa elucidar las causas que originaron el catastrófico desenlace.
Porque estamos convencidos de que la explicación de las motivaciones que estuvieron en el origen de la caída de los gobiernos de partido único o hegemónico en los países de Europa del Este, y muy especialmente en el caso de la Unión Soviética, que predomina en el mundo occidental -y se le ha impuesto a la opinión pública de nuestros países- por lo general, es reductora y simplista.
Creemos que muchos de los análisis que se han hecho sobre la destrucción de la URSS son, en su mayoría, estereotipados y -desde el punto de vista de la realidad histórica- prejuiciosos, febles y mentirosos. Se nos antoja que, muchas veces, lo que prima en ellos es la obsesión ideológica y política.
Los autores de libros, opúsculos y artículos que -con independencia de los fines que persigan- entregan al público una visión sesgada de lo que fue el proceso de construcción del socialismo en la Unión Soviética, sin recurrir al sustento de fuentes fidedignas de información, pareciera que no reparan en que las bases de su historia