¿Hubo socialismo en la URSS?. Jaime Canales Garrido
el poder, debe asegurar que sus objetivos son los mismos que los de la abrumadora mayoría de la población en un país dado.
En 1847, en su obra Miseria de la filosofía, respondiendo al posicionamiento francamente pequeñoburgués de Proudhon y sintetizando las tesis de economistas y pensadores anteriores a él sobre la lucha de clases, Marx formuló lo que aquellos nunca plantearon, a saber, que la liberación de la clase explotada en la sociedad burguesa implica la creación de una nueva sociedad: “La existencia de una clase oprimida es la condición vital de toda sociedad fundada en el antagonismo de clases. La emancipación de la clase oprimida implica pues, necesariamente, la creación de una sociedad nueva. Para que la clase oprimida pueda liberarse, es preciso que las fuerzas productivas ya adquiridas y las relaciones sociales vigentes no puedan seguir existiendo unas al lado de otras. De todos los instrumentos de producción, la fuerza productiva mas grande es la propia clase revolucionaria”32.
De allí que una de las tareas cardinales de la otrora “clase oprimida” -ahora, emancipada- será sustituir “…la antigua sociedad civil por una asociación que excluya las clases y su antagonismo; y no existirá ya un poder político propiamente dicho, pues el poder político es precisamente la expresión oficial del antagonismo de las clases dentro de la sociedad civil”33.
En otras palabras, después de llevar a cabo la revolución social, la clase obrera sustituirá la antigua sociedad dividida en clases -y con ella el antiguo poder político o Estado- por un nuevo tipo de sociedad, ya que el Estado o poder político organizado existe, solo y exclusivamente, en una sociedad conformada por clases antagónicas.
Meses más tarde, en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx acrecentó ciertos pormenores a la cuestión del lugar y misión del proletariado a fin de que este pueda alcanzar sus objetivos, enfatizando que “…el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante… El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas”34.
Cabe aquí resaltar el nuevo elemento conceptual acrecentado por Marx a sus primigenias ideas sobre el Estado, que -se nos figura- tienen gran significado doctrinario, y que -dicho sea de paso- no dejó de ser advertido y debidamente evaluado y comentado por Lenin35: Marx traza un signo de identidad entre el nuevo Estado y el proletariado organizado como clase dominante.
Pero, haremos aquí una nueva digresión, obligados por las frecuentes críticas de que fue y es objeto la Unión Soviética, que tiene como común denominador otro de los mitos creados por los enemigos del socialismo soviético, de acuerdo con el cual la idea de centralizar todos los medios de producción en manos del Estado proletario tendría como autor a Stalin.
Entre los más severos críticos se encuentra Orlando Millas, a quien irritó sobremanera lo que él denominó “estatismo” en la URSS, es decir, la centralización de todos los medios de producción en manos del Estado.
Millas aseguró que en algún momento Marx se refirió a esta posibilidad -la de centralizar en manos del Estado proletario los medios de producción-, resultante de la victoria sobre la resistencia de los “expropiadores burgueses”. Pero Marx -según Millas- habría agregado que ese acto “… sería simultáneo al desaparecimiento del Estado, no concibiendo que pudiera funcionar una economía moderna como monopolio estatal”36. Según Millas el estatismo no tiene su origen en Marx, sino en Stalin37.
La aseveración de Millas en lo que atañe al “desaparecimiento del Estado”, como se torna evidente a la luz de los comentarios que han precedido, no se corresponde con lo formulado por Marx ni menos con las ideas de Engels y Lenin, por eso, aquí, no redundaremos en ello.
La recién citada y estricta formulación de Marx sobre el papel del Estado en la época de la “dictadura revolucionaria del proletariado” (“El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado”), da un mentís rotundo a todos aquellos que, no sabemos a ciencia cierta sobre qué base, desconocen este inequívoco postulado marxista y atribuyen a Stalin lo que ellos llaman “estatismo”, esto es la centralización de todos los medios de producción en manos del Estado.
Por lo referido, y por si algún defensor del anti-estatismo considera que el citado planteamiento de Marx no es suficiente, acaso un postulado análogo de la autoría de F. Engels en su obra Anti-Dühring. La subversión de la ciencia por el señor Eugenio Dühring, pueda contribuir a convencer a los refractarios: “El proletariado toma en sus manos el poder del Estado y convierte, en primer lugar, los medios de producción en propiedad del Estado”38.
Como se puede constatar, la responsabilidad del “estatismo”, por ahora, hay que atribuírsela por entero a Marx y Engels.
Pero, como el objeto de las opiniones es la Unión Soviética de los años 20 a los 90 del siglo XX, para determinar, en este caso, si Millas dirigió su crítica a la persona correcta, veamos qué postuló Lenin, concretamente, a este respecto, pues siempre, a través de los años, mostró y demostró la coherencia de su pensamiento sobre esta cuestión trascendental para la fase de creación de las bases de la sociedad socialista39.
Iniciemos, pues, nuestro peregrinaje a través de los postulados de Lenin, con un enunciado teórico suyo -formulado un mes antes de la Gran Revolución de Octubre-, que nos permitirá darle un nuevo y rotundo mentís a los partidarios de los malabares teóricos e históricos: “Somos partidarios del centralismo y del ‘plan’, pero de un centralismo y de un plan del Estado proletario”40.
Recuérdese que Lenin ya había formulado el principio general del centralismo del Estado en la época de la dictadura del proletariado.
Cuando todavía hablar del papel del Estado en la economía era pura teoría en la Rusia capitalista, pero esta vez refiriéndose, concretamente, al capitalismo de Estado, Lenin apuntó: “Un ingenioso socialdemócrata alemán de los años 70 del siglo pasado dijo que el correo era un modelo de economía socialista. Muy justo. El correo es hoy una empresa organizada al estilo de un monopolio capitalista de Estado… Derroquemos a los capitalistas, destruyamos, con la mano férrea de los obreros armados, la resistencia de estos explotadores… y tendremos ante nosotros un mecanismo de alta perfección técnica y libre del “parásito”, que pueden plenamente poner en marcha los mismos obreros unidos, contratando a técnicos, inspectores y administradores y retribuyendo el trabajo de todos ellos… con el salario de un obrero… Organizar toda la economía nacional como lo está el correo… bajo el control y la dirección del proletariado armado: ése es nuestro objetivo inmediato. Ese es el Estado que necesitamos, ésa es la base económica sobre la que debe descansar”41.
Los anti-estatistas, de ayer -principalmente, los trotskistas- y de hoy, argumentan que los enunciados de Lenin sobre el papel del Estado en la economía y el capitalismo de Estado o son tomados fuera de contexto por los defensores del “centralismo” o, pura y simplemente, Lenin no estuvo de acuerdo con el “centralismo” en la economía.
En los días que precedieron a la Gran Revolución, lo que implica, indefectiblemente, que, de nuevo, estamos pisando un terreno puramente teórico, Lenin volvió a corroborar su punto de vista ya enunciado, pero, esta vez lo hizo teniendo como objeto al Estado en la primera fase de la sociedad comunista: “Contabilidad y control: eso es lo principal que se necesita para “poner a punto” y hacer que funcione bien la primera fase de la sociedad comunista. En ella, todos los ciudadanos se convierten en empleados a sueldo del Estado, el cual no es otra cosa que los obreros armados. Todos los ciudadanos pasan a ser empleados y obreros de un solo ‘consorcio’ del Estado… El Estado proletario tiene que ser un ‘patrono’ prudente, celoso y hábil, un buen comerciante al por mayor…”42.
Las susodichas tesis de Lenin sobre el Estado en la época de la dictadura del proletariado, expuestas antes de la