Gabriela de Laperrière de Coni. Graciela Tejero Coni
fueron inhumados en el cementerio del oeste (hoy Chacarita).
El curso que siguió su obra la podemos ubicar con Emilio Coni, que ese mismo año publica In Memorian, Gabriela de L. de Coni, donde reúnen notas de periódicos que muestran reconocimiento a la labor de Gabriela al momento de su fallecimiento. Asimismo, se realiza la publicación de algunos de sus cuentos en un folleto de 1907 de la imprenta Coni.
Sobre su obra literaria y biográfica encontramos de Antonio Pagés Larraya un texto específico dedicado a sus novelas bajo el título de “Gabriela de Coni y sus ficciones precursoras” (1965). Mientras que Fermín Estrella Gutiérrez (1979) intenta una recuperación de datos biográficos a partir principalmente de los testimonios y fuentes aportadas por los Coni, padre e hijo. Pasarán varias décadas hasta encontrar a especialistas en literatura intentando recuperar parte de su obra, como el artículo sobre las crónicas del barrio de las ranas de Margarita Pierini (2009) y la publicación de Paulina Movsichoff (2010).
En cuanto a sus propuestas de cocinas obreras, salas cuna y legislación laboral, durante la década de 1910 encontramos varias publicaciones de Emilio Coni (1918), Alejandro Unsain (1914), Eduardo Bullrich (1919) y Carolina Muzzilli que afirman su actividad pionera.
Luego se van dispersando unas pocas referencias sobre la temática en las décadas sucesivas hasta los años ´80 cuando los artículos de María del Carmen Feijoo (1982) la colocan en escena. Luego diversas publicaciones del Centro Editor de América Latina realizan referencias a su actividad, aunque nunca siendo objeto central de un texto. Así hallamos su nombre en las biografías de Alicia Moreau de Justo de Mirta Henault (1983); de Carolina Muzzilli realizada por José Armando Cosentino (1984), en las producciones de Héctor Recalde sobre la higiene y el trabajo (1988); en los estudios de Matilde Mercado sobre la primera ley laboral (1988), entre otros. En las décadas siguientes, serán más frecuentes las referencias en diversos textos y artículos de quienes se han dedicado a estudiar el feminismo, el trabajo y las organizaciones de mujeres, así como, el Partido Socialista y los sindicatos durante ese período.
A partir del material reunido organizamos el presente texto poniendo como meta para su edición el 7 de marzo de 2016, con motivo de conmemorarse 155º aniversario del nacimiento de Gabriela, fecha en la cual se realiza la apertura de la muestra en su homenaje en el Museo de la Mujer de Buenos Aires.
11 Agradecemos la colaboración de Sophie Friederich en las búsquedas de información en París.
12 El texto dice: En fin nous remercierons toutes les personnes qui ont bin voulu nous favoriser de leur précieuse collaboration, notamment M. Menjou qui nous a particulierement secondeé dans notre táche ardue (Coni, 1887:X).
13 Bajo la presidencia del Departamento Nacional de Higiene a cargo del Dr. Udaondo, se había encargado a Emilio Coni y Pedro Arata los “Anales del Departamento Nacional de Higiene” que en 1892 se fusionan con los Anales de la Asistencia Pública, momento en que Emilio Coni fue director. Curiosa fusión lograda por Coni, trabajando con dos dependencias que estaban en permanente conflicto.
CAPÍTULO II
Hacia un “feminismo clasista”
Graciela Tejero Coni
La Comuna de París
Conocer a Gabriela implica conocer su mundo, aquel que marcó sus inclinaciones justicieras hasta el final, pues como reflejaron a su muerte sus camaradas de La Acción Socialista:
“Fue mujer trabajadora, útil para sí y para el pueblo. Francesa de origen, en su alma se anidaba la intuición de la Francia del 89, del 48 y del 70.”
In Memorian, compilación de Emilio Coni, Buenos Aires, Coni Hnos., 1907.
Sin duda, la presencia y la participación de las mujeres en todas las revoluciones burguesas y proletarias de los siglos XVIII, XIX y XX en Francia son una constante, siendo el símbolo de la República Francesa una mujer. Ellas utilizaron las oportunidades para plantear demandas sociales, económicas y políticas, sobre todo aquellas destinadas a transformar sus relaciones en la familia y con la economía, conectando estas cuestiones con las luchas por el poder y los cambios políticos más radicales. A pesar de que, aún hoy, los varones revolucionarios no siempre han tenido muy en cuenta sus derechos.
En 1789 las mujeres participaron de forma destacada en las luchas revolucionarias y ello puso la marca al futuro feminismo. Movilizaciones contra la escasez, el hambre y la irregularidad en el abastecimiento, fueron más lejos creando asociaciones destinadas a exigir la defensa de sus derechos como por ejemplo la Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias14, fundada en febrero de 179315.
Gabriela, bajo la firma de Gabrielle Menjou, se involucra en el análisis de la Revolución Francesa desde una perspectiva histórica, participando como escritora con un artículo: France, en la publicación de su esposo Henri Menjou titulado Le Centenaire de 1789 dans la Republiqué Argentine, editado en Buenos Aires en 1889.
Más tarde, en Francia, la participación de las mujeres en las luchas revolucionarias de 1848 alcanzó el nivel más alto de toda Europa. París se destacó como la ciudad donde sucedieron el mayor número de manifestaciones proletarias y donde las mujeres participaron más activamente, incluso de forma independiente, tanto en la organización de huelgas como en asociaciones gremiales. Las ideas socialistas y comunistas, que defienden la igualdad para las mujeres asociada con la emancipación de clase y la subversión del orden social hicieron su aparición.
Entre las organizaciones específicas fundadas en este período se distingue las Vésuviennes que, en la lucha por sus reivindicaciones, entrenaba militarmente grupos de mujeres. Muchas de las activistas que lucharon en los acontecimientos de la Revolución de 1848 en Francia, tuvieron más tarde un papel político importante en las luchas feministas: Jeanne Déroin16, fundadora del Club para la Emancipación de las Mujeres; la Unión de las Mujeres y la Asociación Fraternal de Demócratas de Ambos Sexos que reivindicaba la igualdad de derechos para las mujeres, el derecho al divorcio y al voto.; Joséphine Courbois, conocida como la reina de las barricadas, por su actuación destacada en las barricadas en Lyón; Eugénie Niboyet, responsable de la publicación del periódico Parísino La Voix des Femmes (La Voz de las Mujeres), que abogaba por el divorcio y las guarderías infantiles para las mujeres trabajadoras, leiv motiv de la futura acción política de Gabriela venida a la Argentina.
Se sabe también que muchas mujeres asistieron a las reuniones de la Sociedad Republicana Central dirigida por Blanqui17 y que, en algunas provincias, surgieron “clubes femeninos”.
Tal era la situación de la Revolución de 1848, a la que el pseudo-democrático Luis Bonaparte pondría fin con el ejército en 1851, “asegurando a Europa la tranquilidad interior, pero gratificándola con una nueva era de guerras. Por un instante estaba cerrado el período de las revoluciones por abajo; pero le sucedió un período de revoluciones por arriba” como señaló Federico Engels.18
Gabriela nace en 1861 en esta convulsionada Francia, en Pézens, Audé, región recostada sobre el Mediterráneo, en la que ya muchos gobiernos comunales eran elegidos por la propia población, pero que se sacudiría con la guerra comenzada en julio de 1870 contra Alemania.
La Guerra Franco-prusiana terminó con Francia derrotada y un desastre para los franceses. El levantamiento popular pudo derrocar el Imperio y los diputados proclamaron la República. Desde entonces, París quedó bajo el asedio del ejército prusiano, la comida escaseaba y la diferencia entre ricos y pobres era cada vez más grande generando la agudización de todas las contradicciones sociales. Engels dijo, “Los sepultureros de la revolución de 1848 se habían transformado en sus ejecutores testamentarios. Y junto a ellos ya se erguía amenazante el heredero de 1848, el proletariado, en la Internacional.”19
Los/as