Entre bestias y bellezas. Michael Edward Stanfield

Entre bestias y bellezas - Michael Edward Stanfield


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que revelaban su baja condición social, la dureza del trabajo y de la vida rural, y la distancia social y estética entre la fealdad rural y la belleza urbana. Aunque a menudo se idealizaba la belleza de las campesinas mestizas, como cuando dejaban asomar los tostados senos mientras se inclinaban a recoger agua de la fuente de la ciudad, en muchos casos la belleza era una marca de la condición y el progreso urbanos, mientras que lo feo, sucio y marginal evocaba la pobreza y la lucha que sufrían la mayoría de los colombianos.48

      La belleza también enmascaró a la bestia de la guerra civil y la violencia política. Ocho grandes guerras civiles sacudieron al país entre 1831 y 1902; la última de ellas fue la Guerra de los Mil Días (1899-1902), con creces la más sangrienta. Catorce guerras civiles locales estallaron en el mismo periodo, interrumpiendo la producción y el comercio, derrochando recursos públicos y dejando a menudo más deudas a su paso. La inseguridad frente a la amenaza o realidad de la violencia era una sensación que experimentaban muchos colombianos en el siglo XIX. Y aunque la frecuencia de las guerras civiles declinó en el siglo XX, la violencia siguió afectando a la nación porque,

      a diferencia de muchas otras naciones latinoamericanas, Colombia nunca superó las divisiones políticas del siglo XIX entre conservadores (clericales) y liberales (anticlericales), nunca resolvió los problemas del centralismo versus el federalismo del siglo XIX, nunca instituyó un gobierno nacional que realmente forjara y administrara la nación, y nunca reemplazó el personalismo, el sectarismo y la búsqueda de la hegemonía partidista por una agenda política moderna.49

      La belleza, entonces, se convirtió en una expresión alternativa y positiva del orgullo civil colombiano, abrazada a menudo como otra opción frente a las arraigadas desigualdades raciales y de castas, a la fealdad de ser pobre o campesino, y a la bestia cíclica de la violencia masculina.50

      Las heterogéneas geografía y sociedad de Colombia veían la fealdad entre la población rural, pobre, enferma y no blanca, y la belleza entre la minoría moral, próspera, urbana y educada; la belleza marcaba tanto la salud ecológica y económica como el estatus sociocultural. La belleza también se convirtió en un útil tropo para tender un puente entre la herencia de la pigmentocracia colonial americana —el blanco es mejor, el negro es malo— y las modernas categorías raciales seudocientíficas que mantuvieron la desigualdad racial en el siglo XXI. La adopción del traje nacional revelaba tanto el intento de crear una identidad vestimentaria nacional como una postura defensiva en medio de la inseguridad social y la violencia partidista. Curiosamente, la obsesión por los concursos de belleza en Cartagena, Colombia y el resto de las Américas puede reposar en nobles tradiciones tanto europeas como africanas desarrolladas en la época colonial y recreadas en las sociedades americanas modernas disfrazadas de democracias. Tanto la bestia de la violencia como la definición de la belleza sirvieron para mantener las desigualdades socioeconómicas mientras que la belleza surgía como alter ego de la bestia, necesitándose mutuamente para conservar las tradiciones e instituciones.

      Notas

      1 Encuentre introducciones a la geografía de Colombia en Frank Safford, The Ideal of the Practical: Colombia’s Struggle to Form a Technical Elite (Austin: University of Texas Press, 1976), 21-24 y en Krzysztof Dydyński, Colombia, a Lonely Planet Travel Survival Kit, 2.a ed. (Hawthorne, Victoria: Lonely Planet Publications, 1995), 28-30.

      2 Véase Brian Loveman y Thomas M. Davies, Jr., “Colombia”, en Che Guevara, Guerrilla Warfare, 3.ª ed. (Wilmington, Delaware: Scholarly Resources, 1997), 233-267, para una descripción breve pero perspicaz de la historia colombiana del siglo XX.

      3 Raymond Leslie Williams y Kevin G. Guerrieri, Culture and Customs of Colombia (Westport, CT: Greenwood Press, 1999), xvi, 26, 29.

      4 Safford, Ideal of the Practical, 21-25.

      5 Gabriel García Márquez, One Hundred Years of Solitude, trad. por Gregory Rabassa (Nueva York: Avon Books, 1971).

      6 Véase Dydynski, Colombia, y Guillermo Abadía Morales, ABC del folklore colombiano, 6.ª ed. (Bogotá: Panamericana Editorial, 1998).

      7 Sobre la historia colonial del Chocó, véase William Frederick Sharp, Slavery on the Spanish Frontier: The Colombian Chocó, 1680-1810 (Norman: University of Oklahoma Press, 1976); y para una visión general de la geografía y el folclor de la costa Pacífica, véase Abadía Morales, ABC del folklore, 81-93.

      8 Mis disculpas a aquellos lectores que deseen más atención a la belleza en Boyacá, Cesar, los Llanos, Córdoba y Sucre: mi investigación de archivos se concentró en las grandes ciudades y extrapoló, dejando a las ciudades más pequeñas y departamentos circundantes un tanto desatendidos.

      9 UABG (M) Gloria n.° 9 (julio-agosto 1947), 6.

      10 Selden Rodman, The Colombia Traveler: A Complete History and Guide (Nueva York: Hawthorn Books, 1971), 151.

      11 Un ejemplo: “¿Quién ganó el concurso de belleza de Pasto este año?”, “Nadie”. Rodman, Colombia Traveler, 154-155.

      12 Safford, The Ideal of the Practical, 31 y Williams y Guerrieri, Culture and Customs of Colombia, 3.

      13 Williams y Guerrieri, Customs and Culture of Colombia, 2-5.

      14 Malcolm Deas, Efraín Sánchez y Aída Martínez, Tipos y costumbres de la Nueva Granada: la colección de pinturas formada por Joseph Brown en Colombia entre 1825 y 1841 y el diario de su excursión de Bogotá a Girón en 1834 (Bogotá: Fondo Cultural Cafetero, 1989), 174.

      15 Deas, Sánchez y Martínez, Tipos y costumbres, 183.

      16 Sobre los Llanos, véase Jane Rausch, The Llanos Frontier in Colombian History (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1993) y sobre la Amazonía, véase Stanfield, Red Rubber, Bleeding Trees: Violence, Slavery, and Empire in Northwest Amazonia, 1850–1933 (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1998).

      17 David Bushnell, The Making of Modern Colombia: A Nation in Spite of Itself (Berkeley: University of California Press, 1993), 208, 286-287; Safford, Ideal of the Practical, 24; Patricia Londoño y Santiago Londoño, “Vida diaria en las ciudades colombianas”, en Nueva historia de Colombia, vol. IV (Bogotá: Planeta, 1989), 327-337 y Dydyński, Colombia, 37.

      18 Safford, Ideal of the Practical, 3-5, 10, 29.

      19 Luis Latorre Mendoza, Historia e historias de Medellín: siglos XVII, XVIII, XIX (Medellín: Ediciones Tomás Carrasquilla, Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, 1972), 412-414.

      20 Londoño y Londoño, “Vida diaria”, 340; Magdala Velásquez Toro, “Condición jurídica y social de la mujer”, en Nueva historia de Colombia, vol. 4 (Bogotá: Planeta, 1989), 22.

      21 Camilo S. Delgado, Historias, leyendas y tradiciones de Cartagena, vol. 1 (Cartagena: Tip. J. V. Mogollón, 1911), 11.

      22 Delgado, Historias, leyendas y tradiciones de Cartagena, 41.

      23 Ibíd., 74.

      24 Ibíd., 118.

      25 Esta maravillosa fuente podría servir de fundamento para un interesante artículo. Joaquín Posada Gutiérrez, “Fiestas de la Candelaria en la Popa”, en Museo de cuadros de costumbres (Bogotá: Impreso por Foción Mantilla, 1866), 81-90. Parece que también se puede encontrar en las Memorias histórico-políticas: últimos días de la Gran Colombia y del Libertador (Madrid: Editorial América, 1920).

      26 Posada Gutiérrez, “Fiestas de la Candelaria”, Cuadros de costumbres, 82.

      27 Ibíd., 83-86. Hay descripciones de varias danzas populares colombianas en Williams y Guerrieri, Culture and Customs of Colombia, 32-33.

      28 Posada, Cuadros de costumbres, “Fiestas de la Candelaria”, 87-88.

      29 Ibíd., 89.

      30 Londoño y Londoño, “Vida diaria”, 359; “Danzas de Colombia: El bullerengue”, Colombia Ilustrada (enero-junio, 1970): 25-32; “Danzas de Colombia: El currulao”, Colombia Ilustrada (enero-abril, 1972): 19-28.

      31 Josefina Amézquita de Almeida, La


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