Los elementos de investigación. Hugo Cerda Gutiérrez

Los elementos de investigación - Hugo Cerda Gutiérrez


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racionalidad lógica y técnica, lo cual ha convertido a los investigadores más en técnicos de la investigación, que en investigadores científicos propiamente dichos.

      Lo que es verdaderamente cierto, es que ningún método es un camino infalible para el conocimiento, porque todos constituyen una propuesta racional para llegar a su obtención. Si bien al comienzo de este capítulo señalamos algunas de estas características, lo cual nos permitiría diferenciar un método de una técnica, no es una tarea fácil establecer claramente las diferencias entre lo que es o no es método.

      Según Mario Bunge (2001), una investigación procede con arreglo al método científico si cumple, al menos con las siguientes fases:

      ♦ Descubrimiento del problema.

      ♦ Planteo preciso del problema.

      ♦ Búsqueda de conocimientos o instrumentos relevantes.

      ♦ Tentativa de solución del problema con ayuda de los medios identificados y seleccionados.

      ♦ Intervención de nuevas ideas (hipótesis, teorías o técnicas) o productos de nuevos datos empíricos.

      ♦ Obtención de una nueva solución del problema.

      ♦ Investigación de las nuevas consecuencias de la solución obtenida.

      ♦ Puesta a prueba (contrastación) de la solución.

      ♦ Corrección de la hipótesis.

      El autor señala que estos pasos o reglas no son suficientemente específicos y precisos para ejecutar con flexibilidad los momentos de la investigación. El método no suple los conocimientos, decisiones o planes, sino que ayuda a ordenarlos, precisarlos y enriquecerlos; el método forma, no informa. Es una actitud más que un conjunto de reglas para resolver un problema, porque la mejor manera de aprender y resolver problemas científicos no es estudiar un manual de metodología escrito por un filósofo, sino estudiar paradigmas y modelos de investigación exitosa.

      El método científico (del griego: meta = hacia, a lo largo; odos = camino; y del latín scientia = conocimiento como camino hacia el conocimiento) tradicionalmente ha sido definido de formas muy diversas, hasta el punto que hoy día se ha convertido en un término que ha dado margen a numerosas confusiones, donde muchas veces a un paradigma, una concepción o una doctrina se le reconoce una condición de método. Como lo señalamos al comienzo, algunos investigadores creen que esta confusión se debe a que en el campo de la ciencia, el método ha tenido dos significados dominantes: ha servido para referirse a toda investigación o más específicamente a toda orientación general de la investigación, y otro que se acepta como una técnica o procedimiento particular de investigación.

      A pesar de que el método se ha convertido en una pieza clave en la investigación y en el trabajo científico, muchos autores han puesto en entredicho su existencia y su naturaleza. Son conocidas las posturas asumidas por Paul Feyerabend, quien en su obra Contra el método (1975), critica la lógica del método científico racionalista, apoyada en un estudio detallado de episodios claves de la historia de la ciencia. Para Feyerabend, el verdadero método científico es que no haya método científico y que la guía de acción sea una mezcla de dos factores: oportunismo y negación. Oportunismo porque el científico no debe tener el temor en usar lo que venga y esté a mano con tal de resolver sus problemas. Desde esta visión, no hay que escandalizarse si alguien ha hecho una aproximación que no esté bien desde el punto de vista lógico o estratégico.

      Pero no es el único detractor de los métodos. James B. Conant, ingeniero, químico, y destacado gestor del programa nuclear norteamericano, quien desde su cargo de presidente de la Universidad de Harvard promovió reformas que llevaron a esa casa de estudios a un nivel de excelencia en investigación, afirma que el método científico como tal no existe. Lo que utiliza el científico son un conjunto de procedimientos definitorios, clasificatorios estadísticos, hipotéticodeductivos, procedimientos de medición, etc, pero no existe algo que tenga características únicas y generales. Según Conant, hablar de método científico es referirse a un conjunto de tácticas y técnicas empleadas para constituir el conocimiento, sujetas al devenir histórico, y que pueden ser diferentes en el futuro.

      Si bien en la actualidad, conceptos como método científico y metodología se han convertido en los verdaderos ejes de la cientificidad y de la tecnología moderna, estos no han sido ajenos a una confusión y disparidad de criterios que existen alrededor de ellos. Desde una postura filosófica, N. Abbagnano, afirma que el término metodología se puede entender de cuatro formas diferentes:

      ♦ La lógica o la parte de la lógica que estudia los métodos.

      ♦ La lógica transcendental aplicada.

      ♦ El conjunto de los procedimientos metódicos de una ciencia o de varias ciencias.

      ♦ El análisis filosófico de tales procedimientos.

      En algunos casos, tanto los métodos como las metodologías se han ido constituyendo en disciplinas relativamente autónomas, las cuales muchas veces van más allá de cualquier frontera filosófica y adoptan enfoques eclécticos, donde se confunden procedimientos lingüísticos y operativos.

      Pero así como el método se ha convertido en la vía indispensable para todo trabajo científico, en muchos sectores los excesos han derivado hacia un metodologismo peligroso que atenta contra la propia naturaleza cognoscitiva, crítica y reflexiva de la investigación. Lo presuntamente científico aquí se convierte en un verdadero fetiche, y en una fórmula para resolver todo tipo de problema.

      Andreski, S., en su obra Las ciencias sociales como forma de brujería asume una crítica demoledora contra las posiciones dominantes en este terreno. Para éste, lo científico ha dejado de ser un medio o un instrumento empírico o conceptual para conocer la verdad, en cambio se trocó en una fe, un credo o una religión, única fuente de la verdad y el único instrumento de que dispone el hombre para conocer la realidad. El metodologismo, una especie de degeneración o engaño de la metodología, especialmente en el ámbito de las Ciencias Sociales, ocupa un lugar importante en las críticas del autor. Para éste, se trata de una orientación que responde a tendencias muy difundidas en la mentalidad popular de nuestros tiempos. Una manifestación del wishful thinking (pensamiento por deseos), que tiene también algo que ver, si se quiere, con la mauvaise foi que hablaba J. P. Sartre: mala fe, en el sentido de autoengañarse, para no sentirse responsable de los actos de uno mismo. Busca presentarse también así ante los demás, para que no lo traten como el verdadero responsable de esos actos. El metodologismo consiste en desviar la atención de las auténticas dificultades que se presentan en la realidad de las prácticas sociales, y hacer creer que todo marchará bien con sólo aplicar algún método. Se ofrece la obtención y el empleo de método como un curatodo. Y esta palabra suele entenderse por lo menos implícitamente, orientada a su sentido estricto y como un ideal del algoritmo.

      El metodologismo es vinculado por Fromm con el denominado culto al hombre-mecánico, que significa evadir la atención de los problemas que enfrenta el trabajo investigativo y aplicar mecánicamente algunas fórmulas generales para resolver un problema específico, y ahorrarse el trabajo de transitar nosotros mismos por esta experiencia.

      El método y otros procedimientos nos posibilitan organizar, orientar y dirigir una actividad investigativa, pero es muy distinto convertirlo en la única ruta hacia la producción de un nuevo conocimiento, donde la preocupación central está puesta casi exclusivamente en los medios, y donde todo lo demás es secundario, incluyendo la naturaleza del problema y el propio significado de la ciencia y el conocimiento.

      Quieran o no, la mayoría de las ciencias y las disciplinas que las estudian, siguen teniendo como preocupación principal el adoptar un método único de carácter universal, por medio del cual se busca sustituir la mera habilidad personal del investigador (como la manufactura sustituye al artesanado y la tecnología al obrero manual), gracias al cual se puedan descubrir y no sólo demostrar verdades.

      Aunque


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