El amor y la sexualidad. Omraam Mikhaël Aïvanhov
su alma que rezan, que transmiten, y su oración es recibida en el Cielo. Mientras vuestra oración no sea intensa al punto de ser transmitida por el otro polo de vuestro ser, vuestro espíritu, no será escuchada. Y que vosotros llaméis a este otro polo Cristo, o espíritu, o vuestra alma, o vuestro ser amado, eso no tiene ninguna importancia.
Se dice en la Ciencia iniciática que no se puede encontrar nada exteriormente que no se haya encontrado interiormente, ya que incluso lo que encontréis exteriormente, si no lo habéis encontrado ya interiormente, pasaréis sin verlo. Cuanto más descubráis la belleza interiormente, más la descubriréis exteriormente en el plano físico. Tal vez penséis que no la veíais antes porque no estaba allí... Sí, estaba allí, pero vosotros no la veíais porque dentro de vosotros algo no estaba aún desarrollado. Pero ahora que la habéis visto interiormente, la veis también exteriormente, porque el mundo exterior no es más que el reflejo del mundo interior. No busquéis nunca nada exteriormente si no habéis hecho primero el esfuerzo de encontrarlo interiormente.
Cuando hayáis encontrado interiormente vuestro Yo superior, vuestra alma gemela en vuestras meditaciones y vuestras contemplaciones, la encontraréis por todas partes en el mundo entero, a través de los rostros, de los lagos, las montañas, las plantas, los pájaros y escucharéis su voz. He aquí una verdad importante que deben conocer todos aquellos que se aman, si no su unión, su matrimonio serán una catástrofe. Si el hombre ha encontrado en él el principio femenino, y la mujer el principio masculino y quieren servirle, trabajar para él, que se amen y se casen, ¡su amor será una fuente de bendiciones! Por esto ya os he explicado que la mujer debe ver al Padre celestial a través de su amado, porque él es la representación de Dios en la tierra. Y él también debe ver a través de su amada la Madre divina, y amar a esta Madre divina, contemplarla, servirla. En ese caso, todos los tesoros se abrirán ante ellos y vivirán día y noche en el arrobamiento, el éxtasis y la belleza. Si no, se sentirán decepcionados, sufrirán, comenzarán a hablar con disgusto del hombre y de la mujer. Simplemente, porque lo que han conocido el uno del otro no era ni su alma, ni su espíritu, sino miserias, vestidos usados, mezquindades... He ahí lo que les sucede a aquellos que no son instruidos; han huido de la Escuela iniciática, no han querido conocer nada y se rompen la cabeza. El hombre se castiga a sí mismo cuando huye de la luz que debe abrirle los ojos e iluminar su camino.
Todos los Libros sagrados adquieren su verdadero sentido para vosotros esta tarde... ¿Por qué aún titubear?... Avanzad ahora, que nada pueda deteneros, y ¡que Dios esté siempre con vosotros!...
Videlinata (Suiza), 8 de abril de 1962
1 “Y me mostró un río de agua de la vida”, Parte II, cap. 1: “El nacimiento de los mundos”.
2 Lenguaje simbólico, lenguaje de la naturaleza, Obras completas, t. 8, cap. X: “Cómo los dos principios están contenidos en la boca”.
3 Ibid., Parte V, cap. 1-1: “El primer y el segundo mandamiento”.
4 Ibid., Parte II, cap. 2-1: “El alfabeto cósmico. Alef”.
5 El lenguaje de las figuras geométricas, Col. Izvor n° 218, cap. II: “El círculo”.
II
TOMAR EL TORO POR LOS CUERNOS EL CADUCEO DE HERMES
I
Está escrito en los tratados de alquimia que, para obtener la piedra filosofal, simbolizada por Mercurio, hay que comenzar el trabajo en el momento en que el Sol entra en la constelación de Aries y la Luna en la constelación de Tauro, porque el Sol está exaltado en Aries y la Luna está exaltada en Tauro.6 El signo siguiente, Géminis, es la casa de Mercurio. Entonces ya lo veis: Aries (el Sol), Tauro (la Luna) y Géminis (Mercurio)... Estos tres signos se suceden entre sí para mostrar que la unión del Sol y la Luna da el hijo: Mercurio. Volvemos a hallar el grupo Sol, Luna, Mercurio repetido en otra parte del zodíaco, pero hoy nos detendremos solamente en estos tres signos: Aries, Tauro y Géminis, que son extremadamente significativos.
El símbolo de Mercurio está formado por el disco solar, la Luna creciente y, para marcar su unión, el signo + que es el signo de la suma. El símbolo de Mercurio O no es más que la unión del Sol y la Luna.
El Sol y la Luna dan nacimiento al hijo, Mercurio, la piedra filosofal. Pero la piedra filosofal que buscan los alquimistas es en realidad un símbolo de la transformación del hombre.7 Los alquimistas trabajan con el Sol y la Luna, es decir con los dos principios de la voluntad y de la imaginación, y gracias a este trabajo de los dos principios, logran transmutar su propia materia y llegar a ser simbólicamente como el Sol y la Luna, es decir radiantes y puros. No es por azar que Aries sea la casa de Marte, y Tauro la casa de Venus... Ya que trabajando con el Sol y la Luna, es decir con los dos principios masculino y femenino, sublimando la fuerza sexual (Venus) y la fuerza dinámica y activa de la voluntad (Marte) el alquimista obtiene todos los poderes espirituales simbolizados por Mercurio, el agente mágico.
En los Templarios, este agente mágico estaba representado por Bafomet, esta figura monstruosa que ha hecho creer a algunos que los Templarios rendían culto al Diablo. Otros han llamado a este agente mágico AZOT, este nombre está formado de la siguiente manera: A, es la primera letra de tres alfabetos: latín (a), griego (alfa), y hebreo (alef), y de la última letra de estos tres alfabetos: Z (latín), O (griego), T (hebreo). Esta palabra significaba que el agente mágico era alfa y omega, el comienzo y el fin.
Para obtener este agente mágico los alquimistas se tomaron mucho trabajo, y a menudo sin éxito, porque no sabían que este trabajo con los dos principios masculino y femenino no debe hacerse solamente en el plano físico, sino también en el plano espiritual con los dos principios de la voluntad y de la imaginación, trabajo que puede ser también simbolizado con la expresión “Tomar el toro por los cuernos”. Tomar el toro por los cuernos, es para el discípulo comenzar un trabajo interior a fin de dominar todo lo que en él es grosero, anárquico, violento. Desgraciadamente, en nuestra época, los humanos no toman el toro por los cuernos sino que le dan libertad para pisotearlo todo. En particular en la juventud, ¡veréis todo lo que el toro saquea!
Tomar el toro por los cuernos representa el trabajo de la voluntad sobre la imaginación. La imaginación está siempre unida a la sensualidad. Todos los que tienen una imaginación desenfrenada tienen tendencia a ser perezosos y sensuales. La Luna y Venus van siempre juntos. Pero, si con su luz, el Sol interviene para dar una dirección correcta a esta fuerza, la Luna se vuelve extraordinariamente útil porque tiene el poder de concretizar las cosas. Ya os he hablado de los diferentes períodos por los que ha pasado la tierra: período de Saturno, período del Sol, período de la Luna, y os he explicado que el período del Sol fue un período de dilatación, de expansión, mientras que el período de la Luna, al contrario, estuvo marcado por un proceso de coagulación, de concretización. El Sol y la Luna son también el símbolo de dos procesos alquímicos solve y coagula: disolver y coagular.
En el símbolo de Mercurio, el Sol está representado por un círculo y la Luna por un fragmento de círculo como una costilla del Sol (lo que explica porqué está escrito en el Génesis que Dios sacó a Eva de una costilla de Adán). Y es pues para mostrar que esta combinación, esta fusión inteligente de los dos principios producían Mercurio, que los Iniciados representaron Mercurio con el Sol coronado de la Luna y reunido por el símbolo de la tierra que es también el de la suma en aritmética. Sólo el signo de Mercurio muestra la ciencia profunda de los Iniciados que han creado esos símbolos. Una de sus numerosas variantes es el caduceo de Hermes que ha quedado como el símbolo de médicos y farmacéuticos.
En la actualidad, este símbolo aparece en la ciencia oficial bajo la forma de un láser. Un cristal de rubí está envuelto por un tubo de flash que suministra la energía necesaria para producir “el efecto láser” Cuando se pone en funcionamiento un haz de luz roja, muy intensa,