Shakey. Jimmy McDonough

Shakey - Jimmy  McDonough


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      La interacción Dylan/Young por antonomasia se produjo en junio de 1988, cuando Dylan estaba de gira por California y Neil decidió participar en un par de conciertos. «Neil llegaba al volante de su Cadillac descapotable con su ampli Silvertone en el asiento de atrás», recuerda Fernandez. ¿Se sentía Young intimidado al aparecer junto a uno de sus ídolos en el escenario? «Nunca lo he visto sentirse intimidado por nadie en el plano musical», me dijo David Briggs. Si Willie toca con Neil, es Willie el que sigue a Neil. Si Neil toca con Waylon, Waylon sigue a Neil. Cuando empuña su guitarra, su aura se magnifica. Es él quien aprieta el gatillo.»

      Hasta con Dylan apretó Young el gatillo, y a pesar del gran aprecio que Bob siente por Neil, no tardó en verse atrapado en la línea de fuego. «Neil acaparó todo el protagonismo del concierto», dijo Elliot Roberts, que después del concierto escuchaba a Dylan manifestar su temor ante la intervención de Young la noche siguiente, cuando Neil se le acercó dando saltos. «¡Un concierto genial! ¿Nos vemos mañana, Bob?» «Sí, Neil», dijo Bob con resignación. Ni siquiera Dylan era capaz de decirle que no.

      En el Beacon se había colocado una guitarra de más al final de la última actuación y corría el rumor de que Dylan iba a salir a acompañar a Young en un par de temas, pero no fue así.

      «El otro día estaba pensando en la voz de Neil», escribe Rickie Lee Jones. «Titubeante, quejumbrosa, masculina y femenina… toda esa tristeza y esa indecisión [en su voz expresan] cómo se siente un adolescente. Le estás diciendo adiós a la niñez en esos años.» Para Jones, Young ejemplifica el sonido de ese adiós, es una voz que habla de manera libre y espontánea, ajena al comedimiento típico de los adultos. El estilo improvisado y sin editar característico de la música de Young no hace más que subrayar esta realidad, donde importa tanto lo que queda fuera del lienzo como la pintura que salpica su interior.

      «Sus canciones nunca fueron obras acabadas. Echaba un vistazo a algo, decía algo, sentía algo; pero lo normal era que al final no hubiera un significado moral claro en todo aquello; no había un chiste que pillar, no había una razón de ser para aquel despliegue lírico…» En estas simples frases Jones resume de manera casi perfecta lo que hace que este tipo sea tan especial. Para ella, como para tantos otros, Neil Young es de una «integridad incuestionable».

      A pesar de haberse suavizado con los años en su progresiva tendencia a la melancolía, la de Young es una voz que expresa dolor. Su inusitada visión de la historia de Estados Unidos desde la perspectiva de un canadiense resulta tan evocadora y sobria como cualquier fotografía de Walker Evans. Sus canciones no proporcionan respuestas, se limitan a hacer hincapié en las preguntas.

      El catálogo de Young es impresionante. Entre 1967 y 2001, ha publicado cuarenta y seis álbumes, siete de los cuales han sido disco de platino certificado, y nueve, disco de oro (a partir de 1997). Tiene en su haber más de cuatrocientas canciones: canciones de confesiones en primera persona, canciones de viajes a través del tiempo, canciones sobre personajes varios, canciones lisérgicas, canciones de broma; canciones de lo más dispares, y aun así en todas ellas se le reconoce al instante. «Expecting to Fly», «Mr.Soul», «Cowgirl in the Sand», «Helpless», «I Believe in You», «Harvest», «Tired Eyes», «On the Beach», «Star of Bethlehem», «Will to Love», «Like a Hurricane», «Danger Bird», «Powderfinger», «Transformer Man», «Depression Blues», «Rockin’ in the Free World», «Fuckin’ Up», «Unknown Legend», «My Heart», «I’m the Ocean».

      Y esas son solo algunas de las más destacadas de lo que tiene publicado. En los Archivos permanecen ocultas canciones y actuaciones que son indudablemente de lo mejor que ha hecho en su vida, pero que nunca han visto la luz. Existen discos enteros que acabaron en un cajón porque Neil cambió de idea, a los que hay que añadir tres largometrajes, dos bandas sonoras, montones de proyectos de vídeo y un número incontable de giras. Todo lo que toca Young lleva su marca inconfundible, poco importa que sea una canción, la portada de un disco, un coche o una guitarra. Neil Young es un visionario y, para muchos, uno de los pocos vestigios, Dylan aparte, que nos recuerda que sí, que algo ocurrió en los sesenta.

      RANDY NEWMAN: La mayoría de gente produce sus mejores trabajos en su juventud. Neil Young sigue siendo tan bueno como siempre, que ya es mucho decir… Y no parece haber trampa ni cartón. No creo que haya nadie mejor que venga del mundo del rock and roll.

      LINK WRAY: Neil es un fuera de serie, pero no deja que eso le afecte. Podría venderse si quisiera, pero él no es así. Ha decidido no hacerlo. Neil siempre ha mantenido la integridad.

      LINDA RONSTADT: La mayoría de nosotros solo dispone de un año para llegar a lo más alto de las listas de ventas; luego dejas de estar de moda. Neil ha tenido una carrera increíble.

      ELTON JOHN: Neil siempre se ha entregado al máximo en todo lo que ha hecho; no hay mucha gente de la que se pueda decir esto. Consigue emocionarme con cualquier tipo de música que toque, da igual que sea potente, suave o country. Neil es muy polifacético, y creo que por eso lo respeta tanto todo el mundo, desde los músicos más veteranos como yo hasta las generaciones más jóvenes, como Pearl Jam y compañía; sabe cómo salir ahí fuera y darlo todo.

      JAMES TAYLOR: Me encanta su actitud. Ha significado mucho para mí. Su posición bien definida respecto a temas como los patrocinadores o el negocio en que se ha convertido el mundo de la música… Neil siempre ha hecho frente a todo eso. Está bien que haya gente como él que defienda toda una serie de valores, y que luego además predique con el ejemplo.

      DAVID BOWIE: Siento una profunda admiración hacia Neil. Todo lo que hace tiene un toque juvenil de redención, rezuma esa alegría que le causa ser un pensador independiente en Norteamérica.

      WILLIE NELSON: ¿Qué se puede decir? Pues que es un tío que sabe cómo escribir canciones. Es más que un compositor, más que un cantante, es un artista. Reunir esas tres cualidades a ese nivel es algo rarísimo.

      BRYAN FERRY: Me gusta Neil Young. Muchísimo.

      J. J. CALE: No hay nadie que suene como Neil Young. El suyo es un sonido tremendamente original y, si tiene alguna influencia, no se nota.

      DEAN STOCKWELL: No se me ocurre nadie a quien le tenga más respeto que a Neil Young. Creo que es uno de los mejores músicos vivos, por no decir el mejor.

      PETER BUCK: Para mí Neil Young siempre ha sido una fuente de inspiración, porque me fijo en él y me doy cuenta de que hace lo que le sale de los huevos. Algunos de sus mensajes son positivos, algunos son negativos, y luego hay otros que no tienen ningún sentido.

      EDDIE VEDDER: No sé si hay otro músico que haya entrado a formar parte del Salón de la Fama del Rock que siga teniendo hoy en día la importancia que tiene Neil Young. Algunas de sus mejores canciones están en su último disco.

      EMMYLOU HARRIS: Su música es atemporal, roza el misticismo. Neil crea unos discos magníficos, fáciles de identificar; no hace falta que nadie te diga de quién se trata. Es único. No se me ocurre nadie que le llegue ni de lejos a la suela del zapato.

      THURSTON MOORE: Neil es lo más. Es Hank Williams.

      TOWNES VAN ZANDT: Yo sé leer el aura y te puedo decir, chaval, que el color verde claro es mal asunto. Conozco a mogollón de tíos con el aura verde; la mayoría están muertos. Y luego está esa aura más bien dorada, brillante, casi llena, que ha hecho que mucha gente se sienta realizada. Neil es capaz de eso. Neil es oro. Oro.

      Topicazos aparte, Neil Young sigue siendo un personaje solitario. Se muestra retraído y misterioso hasta en sus círculos más íntimos; basa sus amistades en el trabajo, que parece no tener fin. Y a pesar de haber tocado con muchos grupos: Buffalo Springfield; Crosby, Stills, Nash and Young; Crazy Horse; The Stray Gators; Booker T. and the MGs o Pearl Jam, en su discurso del Salón de la Fama del Rock le dijo al público que el suyo era «un viaje en solitario».

      Y aunque jamás lo reconocerá, lo cierto es que el viaje no ha sido nada fácil. Young lo tuvo prácticamente todo en contra desde el principio. Le dijeron que no sabía cantar ni tocar la guitarra ni componer, pero él no dejó que nada se interpusiera en su camino y no solo ha conseguido triunfar, lo ha hecho, además,


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