Deportes, masculinidades y cultura de masas. Pedro Acuña Rojas
el rol mediador de las imágenes en la masificación del deporte. Resulta curioso, además, que Santa Cruz no dialogue con la historiografía que sí ha considerado el deporte dentro del análisis cultural. Por ejemplo, el académico alemán Stefan Rinke, quien sugiere que la emergente cultura de masas logró instalar gustos estadounidenses en audiencias chilenas a partir de 1920, contribuyendo así a la “norteamericanización” de los hábitos de consumo que perduraron durante la mayor parte del siglo XX. Rinke acentúa la influencia norteamericana por sobre otras culturas nacional-populares como la mexicana o argentina que también competían en la cartelera santiaguina de cines, música y deportes al igual que las películas de Hollywood, el jazz y las peleas de boxeo59.
A comienzos del siglo XXI, la historia del deporte a nivel internacional comenzó a abandonar las visiones de “modernización” para explorar temáticas de poder, representación y hegemonía al igual que los giros experimentados por toda la disciplina histórica60. La historia del deporte se consolidó como un campo serio de investigación gracias a la proliferación de sociedades académicas, conferencias y revistas internacionales. La nueva oleada internacional de estudios del deporte también contempló mayor atención con respecto al rol de las imágenes pavimentando el terreno para un “giro visual” superando el “giro lingüístico” que había caracterizado las corrientes estructuralistas y posestructuralistas61. Pese a ser una minoría en estas sociedades internacionales, los académicos latinoamericanos no estuvieron ausentes de esta transformación y la generación de núcleos regionales e interdisciplinarios posibilitó la edición de importantes publicaciones en perspectiva comparada. El boom de publicaciones coincidió con la celebración de mega eventos deportivos como el Mundial de Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016 con una serie de volúmenes colectivos dedicados al surf, capoeira y a sujetos históricos previamente marginados como las mujeres y los indígenas62. Brasil continúa liderando la investigación en estudios deportivos con abundante producción académica en portugués e inglés63. Victor Andrade es probablemente el historiador brasileño más atento a la prensa deportiva de Brasil al estudiar revistas como Gazeta Esportiva de São Paulo y Jornal dos Sports de Rio de Janeiro64. Similarmente, Argentina experimentó una explosión de historia deportiva con investigaciones sobre educación física escolar, gimnasia femenina y fútbol durante la era peronista y las sucesivas dictaduras militares. Estos trabajos evidencian una fuerte influencia de Foucault en tanto su objetivo no es únicamente historizar los deportes, sino también trazar el despliegue de saberes intelectuales en torno a instituciones reguladoras del cuerpo65. Por otra parte, historiadores como Matthew Karush y Julio Frydenberg exploran el lenguaje del tabloide Crítica de Buenos Aires, que durante la década de 1920 se consolidó como el de mayor tiraje en habla hispana. Según ambos autores, sus cronistas deportivos empleaban el sarcasmo y las caricaturas para comunicarse frontalmente con sus lectores, privilegiando el comentario picaresco en vez del relato pedagógico e ilustrado de El Gráfico66.
A diferencia de las consolidadas literaturas deportivas en Brasil y Argentina, Chile no posee un núcleo de estudios cohesionado y los pocos esfuerzos existentes obedecen a una historiografía que aborda tangencialmente los deportes. Tal es el caso de Thomas Klubock, quien demuestra que los deportes ayudaron a estructurar el tiempo libre de los mineros de El Teniente proporcionando una alternativa higiénica a otras formas de recreación como beber y apostar. A medida que se organizaron clubes y ligas, el fútbol no solo se transformó en un espacio de prestigio masculino, sino que también en un sitio donde se reforzaban lazos solidarios entre los trabajadores67. La visión del deporte como instancia de organización también es relevante en la investigación de Jorge Rojas Flores sobre niños suplementeros y venta de diarios a comienzos del siglo XX. Las actividades de clubes infantiles no se limitaban a competencias recreativas ya que sus dirigentes también expresaron estrecha vinculación con sociedades obreras y partidos de izquierda68. Si bien el deporte no constituye el eje narrativo de estos trabajos, tanto Klubock como Rojas ven el fútbol como un escenario de organización colectiva fructífero cuando otros espacios de organización formal no estaban permitidos. En ese sentido, el trabajo más exhaustivo sobre los usos contra-hegemónicos del deporte es el de Brenda Elsey en el cual explora la forma en que los clubes deportivos establecieron fuertes relaciones con organizaciones sindicales y partidos políticos, negociando políticas estatales y dando forma al activismo de la clase trabajadora a lo largo del siglo XX. La perspectiva de Elsey es particularmente sólida al describir dinámicas locales en clubes barriales e inmigrantes ofreciendo luces sobre cómo el fútbol reforzó identidades de clase, estereotipos raciales y relaciones de género69.
Si bien la historiografía chilena ha avanzado notoriamente en la historia de las mujeres y de manera gradual en los estudios de género, resulta sorprendente la escasa producción académica sobre deporte y masculinidades. La historia de las masculinidades sigue siendo un terreno levemente explorado en Chile, donde trabajos sobre violencia política, sexualidad, y las nociones de honor se alzan como los tópicos más relevantes sin contemplar el espacio deportivo como un lugar prototípico para la construcción de identidades masculinas70. Esta omisión historiográfica no es casual y obedece a la construcción masculinizada tanto de la disciplina histórica como de prácticas populares como el fútbol, ambas presentadas insistentemente como “actividades de hombres”. Los diversos enfoques interdisciplinarios del feminismo junto con la introducción de miradas interseccionales en historia y ciencias sociales plantean desafíos ineludibles a quienes busquen contextualizar la elaboración de narrativas masculinas y la concomitante fabricación del patriarcado chileno, ya sea a través del deporte u otras prácticas cotidianas y masivas71.
Pese a que la segunda oleada de estudios sobre deporte chileno aporta nuevos enfoques sobre fútbol y educación física, estos trabajos no logran establecer vínculos históricos entre el deporte, la prensa y las masculinidades72. Algunos esfuerzos recientes profundizan en las principales revistas deportivas chilenas del siglo XX, asociando la construcción de identidades regionales y raciales del norte de Chile a la revista Los Sports, así como también examinan la creación de un imaginario de clase media en el periodismo deportivo de la revista Estadio73. Otros trabajos exploran espacios de encuentro y divergencia a nivel transnacional con Chile al centro de problemas latinoamericanos como el mestizaje y el populismo. Estos últimos trabajos ven la construcción del cuerpo masculino no solo como esencial para la producción de arquetipos cívicos para la nación, sino que también como la personificación de proyectos de Estado74.
Historia cultural y texto periodístico
El deporte y los medios han estado históricamente asociados de tal manera que sería difícil construir la historia del deporte chileno sin reconocer su vínculo con los medios. Ningún historiador del deporte podría prescindir de la prensa para estudiar las repercusiones sociales de los Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol, y al emplearla, sabe que tiene un material que expresa modos subjetivos de interpretar la realidad75. Pese a que la noción de comunicación no puede separarse a la de representación, en tanto ambas intentan plasmar ideas ausentes por medio de palabras e imágenes, la historia de la prensa continúa siendo un esfuerzo secundario dentro de la historia cultural76. Esta carencia responde a una persistencia epistemológica que contempla la prensa simplemente como una fuente documental y rara vez como objeto de estudio en sí mismo.
Como una historia cultural del relato deportivo, el libro enfatiza la importancia del texto periodístico, definido como una serie de fragmentos lingüísticos que construyen un orden discursivo simultáneamente real y representativo. La tarea de examinar revistas deportivas no solo requiere detectar regularidades discursivas empleadas para comunicar significados e intenciones, sino que también implica identificar los principios de organización subyacente y las discontinuidades en cada texto. Ahora bien, es pertinente aclarar que el texto periodístico emerge de un proceso colectivo en el cual se conjugan simultáneamente las ideas del autor, las variaciones en la diagramación, las formas de apropiación de los lectores, junto con dispositivos políticos, estéticos y mercantiles. A su vez, el lenguaje comunicacional está codificado por directrices editoriales y una serie de jerarquizaciones temáticas, incluyendo la variación en el tamaño de los titulares, tipos de letras, selección de portadas y disposición visual de la información. Los titulares, por ejemplo, cumplen una función enunciativa relevante al anticipar el