¿Cómo aman las mujeres?. Bettina Quiroga
“cortesano” es una persona que aparece a menudo en la Corte de un monarca o de un alto personaje. No eran todos nobles, sino que incluían miembros del clero, soldados, y portadores de cargos de la corte.
En la literatura moderna, los cortesanos son representados como poco sinceros, expertos en la adulación y en la intriga, ambiciosos y carentes de sentido para el interés nacional. No se caracterizan por la perseverancia ni por el trabajo. Sin embargo, el proyecto propuesto por la autora es abandonado y lo sigue ella sola. Si bien no logra recoger todos los datos y la obra queda inconclusa, la misma es publicada después de su muerte. Más abajo aportaremos datos relevantes sobre esta que apuntan a destacar por qué Lacan se interesó en ella y por qué es importante para nuestra investigación sobre las modulaciones del amor en Lacan.
Es la perspectiva que le permite a Lacan trabajar el amor cortés, punto que desarrollaremos en el capítulo tres, especialmente en el Seminario 7, La ética del psicoanálisis (2009) que se caracteriza fundamentalmente por una concepción idealizada, platónica y mística del amor. Se trata de un concepto literario de la Europa medieval que expresaba el amor en forma noble, sincera y caballeresca; se origina en la poesía lírica en lengua occitana. El trovador, poeta provenzal de condición noble, y más respetado que los juglares plebeyos, era la figura destacada en este tema.
La relación que se establecía entre el caballero y la dama, mujer inaccesible, era comparable a la relación de vasallaje. La mujer, como inaccesible, la podemos ubicar en la Dama, en la modalidad amatoria que es el amor cortés. Adviene como prohibida para el amante cuando este la ubica en el lugar de lo inaccesible. Se presenta con caracteres despersonalizados, al punto que todos los cantores parecían dirigirse a una misma Dama. Por eso Lacan dice “…el objeto femenino está vaciado de toda sustancia real” (2009, p. 183).
Generalmente, el amor cortés era secreto y ocurría entre los miembros de la nobleza. Los matrimonios eran arreglados entre las familias y se realizaban por conveniencia. No era un amor bendecido por el sacramento del matrimonio, en el seno de parejas formales, sino en la mayoría de los casos, adúltero o prohibido.
Lacan, en su texto, “Homenaje a Marguerite Duras” (2007) se refiere a un historiador, Lucien Febvre, quien hace un comentario del texto de Margarita de Navarra, para ubicar como la idea del “cuento galante” es un engaño y vela la verdad. Además, sostiene, que se utiliza la novela para poner a cuenta de la ficción “la convención técnica del amor cortés”. Esta convención se caracteriza por tener una técnica muy refinada que encubre la promiscuidad del matrimonio. A su vez advierte, que no se opaque lo que hay de irreductible en la imposibilidad de hacer surgir, en un discurso, la heterogeneidad radical que existe entre el objeto causa de deseo y el objeto de amor.
El realismo del Heptamerón (1991), historias verdaderas, fue lo que interesó a Lacan. Lo denominó “la convención técnica del amor cortés” que tiene un efecto de verdad. El amor cortés como práctica erótica se aleja del escapismo de la novela ficcional, pues esta convierte a las historias de amor en ideales, en una ficción; mientras que las historias del Heptamerón son historias de amor que no marchan, o marchan más o menos, o muestran diferentes impasses.
Lo serio de la técnica erótica del amor cortés, cuyo antecedente lo ubica en esta obra, es que los que escribían estaban atravesados, tomados, por lo que contaban. Entonces, al encontrar en ella historias verdaderas, no novelescas, le permite dar al amor cortés un lugar destacado en su desarrollo e investigación sobre el amor. La lectura de este libro muestra cómo la pena de vivir varía según las épocas, pero lo que se mantiene invariable es la relación de estructura que el deseo, que es del Otro, entabla con el objeto que lo causa.
Lacan extrae del Heptamerón, especialmente, la Novela X, donde Amador, personaje principal, se dedica hasta la muerte a un amor, el que siente por Florinda, que si bien es imposible, no es platónico y no necesariamente equivale a desdicha. Con esto Lacan nos sitúa en el campo del goce y le permite diferenciar la cara imaginaria del amor, más ligada al yo, y a un sentimiento como la desdicha (padecimiento a nivel consciente) de una cara más real ligada a lo inconsciente y a una posición subjetiva. Desde allí piensa el lugar del goce, el goce del sujeto y su elección en juego.
Esta novela muestra que en todas partes existen nobles que los podemos equiparar a hombres y mujeres, de antes y de ahora. Es así que encontramos una equivalencia entre los personajes que describe Margarita de Navarra en 1558 y, por ejemplo, los de las novelas contemporáneas, entre ellas, las de Marguerite Duras. Si bien en el Heptamerón se trata de héroes y acá de hombres comunes, versión moderna del heroísmo sublimatorio amoroso, lo importante a resaltar es la valentía para arrojarse en los enredos del amor imposible de domesticar.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL HEPTAMERÓN
En el «Prólogo» de la “Primera Jornada” que inaugura la obra, asistimos a la reunión, en los baños de Cauterets, de tres gentiles hombres, Hircan, Dagoucin y Saffredent, que junto con otros personajes irán enhebrando los setenta y dos relatos que la componen. Son narraciones de temas y contenidos bastante desenfadados y, describen las prácticas amatorias de principios del Renacimiento. La autora no rehúye temas escabrosos, y, para comprobarlo, basta con consignar el título de la novela XXX: “Notable ejemplo de la fragilidad humana que, para encubrir su honor, incurre en algo peor”.
Trata de un gentilhombre, de catorce o quince años de edad, que al creer que se acostaba con una de las doncellas de su madre, sin embargo, se acostó con ella. Al cabo de nueve meses, de lo sucedido con su hijo, esta dio a luz a una niña, con la que él se casó doce o trece años después, ignorando que fuese su hija y hermana, y ella que él fuese su padre y hermano. La autora, va poniendo los cuentos en los labios de diferentes damas y caballeros, forzados a refugiarse en un monasterio, debido a una horrorosa tormenta. Deciden pasar las horas de encierro, alternando los oficios religiosos en la iglesia, con la cháchara en el refectorio. Sin demasiado respeto al lugar sagrado en donde se encuentran, los joviales refugiados, cuentan atrevidas historias galantes, y ponen de relieve la elasticidad de los conceptos morales dn la Francia renacentista.
Este es el contenido de las ocho jornadas del Heptaméron, (siete de ellas incluyen diez relatos y la octava tan solo dos). En la primera jornada, se hace una recopilación de lo que las mujeres hacen a los hombres y los hombres a estas. En la segunda, se conversa acerca de las ocurrencias que, súbitamente, se le vienen a la imaginación de cada uno. En la tercera, se trata de las damas que, en sus amores, no han buscado más que la honestidad. Pero, también, la hipocresía y perversidad de los frailes.
En la cuarta, se trata, principalmente, de la virtuosa paciencia y de la larga espera de las damas para ganar a sus maridos; y de la prudencia que utilizaron los hombres con las mujeres para conservar el honor de sus casas y de su estirpe. En la quinta, se trata de la virtud de las solteras y de las casadas, que han tenido en más su honor que su placer, y también de las que han hecho lo contrario y de la simpleza de alguna otra. En la sexta, se trata de los engaños entre hombre y mujer, entre mujer y hombre, o de mujer a mujer, por avaricia, venganza y malicia. En la séptima, se trata de quienes hacen todo lo contrario de lo que deben o desean. En la octava y última jornada, se trata de las más grandes y verdaderas locuras que pueden servir de aviso a todos.
SÍNTESIS DE LA NOVELA X
Esta novela se encuentra dentro de la Primera Jornada, que es, como dijimos anteriormente, la que Lacan toma como referente y antecedente del amor cortés. Lleva por título: “Los amores de Amador y Florinda, donde se relatan muchas astucias y disimulos, junto a la muy loable castidad de Florinda”.
Este cuento narra cómo Amador, un hermoso y valiente noble sin herencia, se enamora de Florinda, de sólo doce años e hija del conde de esa región de Aragón, Navarra. Para estar cerca de esta dama se casa con una mujer rica que pertenece a la corte, Aventurada, que le proporciona un buen pretexto para verla a menudo ya que es la confidente de Florinda. Esta mujer funciona como una coartada ideal para su verdadera pasión.
Amador