De la sociedad de las naciones a la globalización: Visiones desde América y Europa. Mercedes Samaniego

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en nuestro continente y que por la coincidencia en los años de su creación y el inicio de la Guerra Fría ha sido considerado en algunos análisis como una de las consecuencias directas de ésta.

      Bueno es recordar que, en Chile, luego de que en 1941 terminara la experiencia centro izquierdista conocida como Frente Popular, se mantiene el control del partido radical (colectividad de centroizquierda) que logra obtener respaldo de sectores socialistas e incluso de sectores liberales e ibañistas, durante el gobierno de Juan Antonio Ríos, momento en que concluye la II Guerra Mundial.

      El año 1946, ante el deceso de Ríos, se realizan elecciones presidenciales que definen la victoria del radical Gabriel González Videla, con el respaldo del Partido Comunista. Como su triunfo, con mayoría relativa, debe ser sancionado por el parlamento, los radicales conseguirán el respaldo del derechista Partido Liberal, constituyéndose una inédita alianza con liberales, radicales y comunistas, que le permite asumir la presidencia, cuando en Europa tal como lo señalamos anteriormente, se aprecian los primeros choques entre la URSS y la alianza angloamericana.

      Resulta evidente, que una alianza que incluyera al Partido Comunista en esta coyuntura internacional se vería presionada tanto en su interior como desde fuera. Al margen de cualquier consideración en el actuar del Presidente González, lo objetivo del asunto lo representa en la alianza la posición del partido comunista, que rechazará cualquier proyecto de gobierno que respalde una posición internacional contraria a Moscú, colisionando directamente con la orientación que en América entrega Estados Unidos, apoyado por la casi totalidad de naciones del área que evalúan el accionar soviético como potencial amenaza.

      El dilema se soluciona en Chile entre los años 1947 y 1948, luego de que una serie de acciones del partido comunista pusiera en jaque la actividad productiva,con huelgas en sectores estratégicos de la economía, con la expulsión del gobierno, primero y luego con la declaración de ilegalidad del partido y, obviamente, de sus militantes74.

      En agosto de 1947, mientras en Chile se libraba esta dura lucha al interior del gobierno, se inauguró la Conferencia Interamericana de carácter especial, denominada oficialmente como “Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente”, que se extendió entre el 15 de agosto y 2 de septiembre, pasando a la historia como la Conferencia de Petrópolis, a pesar de haberse clausurado en Río de Janeiro donde se firmó el Tratado de Asistencia Recíproca o Pacto de Río.

      Si bien, algunas naciones deseaban incluir en el temario de la reunión materias concernientes a la cooperación económica, primó el criterio expuesto por el general Marshall, Secretario de Estado norteamericano, en el sentido de restringir la discusión al análisis exclusivo de la Defensa Continental en sus aspectos jurídicos y políticos, excluyendo cuestiones de naturaleza militar.

      Sin adentrarnos en el análisis jurídico del Tratado, que no es el objetivo central, podemos, de acuerdo a los contenidos expuestos, resumir su esencia en dos principios básicos: primero, la proscripción por parte de los contratantes de los métodos violentos en las relaciones internacionales y, segundo, complementando el anterior, reemplazar dichos métodos por los procedimientos de naturaleza pacífica como solución de los conflictos que puedan suscitarse entre ellos75.

      Por otra parte, y hasta el conflicto cubano que culmina en 1959, podemos constatar que desde su creación, el TIAR fue aplicado de forma práctica en once problemas, que mayoritariamente involucraron a países centroamericanos. Dichos conflictos se iniciaron en 1948 con la denuncia de Costa Rica contra Nicaragua, le sigue la denuncia de Haití contra República Dominicana el año 1949, luego la misma situación anterior se repite el año 1950. El año 1954 se genera en Guatemala un conflicto que puede catalogarse como de carácter ideológico y que concluyó con un golpe de estado contra un gobierno que se consideró como procomunista. El año 1955, Costa Rica denuncia a Nicaragua y ese mismo año Ecuador solicita la acción del TIAR por amenazas a su integridad territorial de parte de Perú. El año 1957, es Honduras quien, por invasión territorial de Nicaragua solicita la aplicación del tratado. El año 1959, Panamá denuncia la acción de una expedición invasora, ese mismo año es Nicaragua la que solicita aplicar el tratado por invasión desde Costa Rica, además, en 1959, se revela la denuncia de Nicaragua contra Cuba por apoyar la invasión de su territorio. Finalmente, en esta secuencia de apelaciones para aplicar el TIAR, tenemos que el año 1960 Venezuela invoca el tratado contra República Dominicana, imputándole responsabilidad en un atentado contra el Presidente de la República76.

      De lo señalado, se desprende que, en la primera década de funcionamiento, y con la denominada “guerra fría” en constante progreso y agudización, el TIAR no fue utilizado como un mecanismo ideológico en la región. Lo anterior tiene una explicación que podríamos consignar como de procedimiento, existía en el documento que solemnizó su creación una disposición que lo relacionó de manera directa con la Organización de Estados Americanos (OEA), creada el año 1948 y que entregaba al Consejo directivo de esta última organización la potestad de intervenir de forma directa e inmediata en todos los asuntos de interés colectivo de la comunidad interamericana.

      De esta forma, es el Consejo Directivo de la OEA el que, como órgano permanente, junto a la Secretaría General de la misma, evalúa, toma decisiones y ejecuta acciones ante conflictos que emerjan en el continente y que coloquen en peligro la seguridad de sus integrantes.

      Lo dicho permite entender que el conflicto generado en 1959 entre Estados Unidos y Cuba, que tiene una naturaleza eminentemente ideológica, y que ha sido en el continente el de mayor relevancia, fuera abordado en su inicio por el Consejo Directivo de la OEA. Es así como se constata, en julio de 1960, una petición realizada por el representante de Perú, ante las eventuales amenazas extracontinentales a la seguridad de la región, solicitando se convocara a una Conferencia Interamericana de cancilleres, que finalmente no arribó a resultados importantes, todo ello en virtud de las disposiciones contenidas en el artículo 39 de la Carta constituyente de la OEA77.

      Con posterioridad, el año 1961, Perú primero y luego Colombia van a solicitar ahora, la aplicación de las disposiciones del TIAR en el conflicto que involucraba a Cuba y que se encontraban contenidas en el artículo sexto de su Carta, siendo finalmente la presentación colombiana la que concitó el respaldo necesario para efectuarla78.

      La reunión, que era la VIII entre los cancilleres americanos, finalmente se concretó en Punta del Este el mes de enero de 1962, convocada especialmente para analizar el caso cubano, y reveló que no existía un criterio unánime para abordar el problema.

      Las diferencias existentes mostraron que Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México no consideraban que Cuba representara un peligro real y una amenaza permanente a la paz y seguridad americana, y por ello mantenían relaciones diplomáticas con la isla, en tanto, las catorce naciones restantes de la región habían interrumpido sus relaciones con el gobierno de Castro.

      Finalmente, la reunión de Punta del Este, por catorce votos a favor, seis abstenciones y un voto en contra, adoptó la decisión de marginar al gobierno cubano del sistema interamericano por la vulneración de los principios básicos del sistema democrático, invocando el artículo sexto de la Carta del TIAR, que señala textualmente:

      “Si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia política de cualquier Estado Americano fueren afectados por una agresión que no sea ataque armado o por un conflicto extracontinental o intracontinental, o por cualquier otro hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, el Órgano de Consulta se reunirá inmediatamente a fin de acordar las medidas que en caso de agresión, se deban tomar en ayuda del agredido o en todo caso las que convenga tomar para la defensa común y para el mantenimiento de la paz y la seguridad del continente”.

      El alineamiento parcial, que refleja el acuerdo adoptado en la Octava Reunión de Consulta dio pábulo a múltiples interpretaciones, que mayoritariamente asumen que el factor único o de mayor peso para la creación, como para el desarrollo práctico del TIAR en el periodo analizado, es el afán hegemónico de Estados Unidos. En definitiva, el ánimo imperial que guía su política internacional.

      Una mirada más objetiva y global indica que, evidentemente,


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