Tarot en PHI: Paradigma Hermético Iniciático. Leo En PHI
cómo un hobbit (un ser muy parecido a un humano pero de muy baja estatura y con enormes pies peludos, y que viven en cómodas casas en forma de túneles en la tierra), llamado Bilbo Bolsón, es visitado inesperadamente por un anciano “mago” y se involucra -sin ninguna intención de su parte- en una peligrosa aventura que lo arranca de la disciplinada y cultivada rutina que gobernaba la vida de cada uno de los de su especie. Cuando finaliza la historia, Bilbo regresa a su hogar, pero descubre que ya nunca más será el de antes, puesto que ha descubierto dentro suyo que su destino no es el que su sociedad desea inscribirle para aceptarlo, sino que es mucho Más que eso, aunque aún no sabe cuál. Todo este aprendizaje no hubiera sido factible sin la aparición en primera instancia de Gandalf el Gris, sin su socorro en algunos tramos… y su ausencia en otros.
Pues bien, este es uno de los aspectos del Chamán: sorprendernos un día y lanzarnos -a veces en contra de nuestro gusto personal- a una aventura inesperada que requiere que extraigamos de nosotros mismos un material que ni siquiera sospechábamos que estuviese allí. Por eso es normal que cada tanto deba apartarse y ausentarse de nuestro lado, pero es que si no lo hiciera, no necesitaríamos valernos de nosotros mismos para tomar nuestras propias decisiones y comprobar en definitiva de qué madera estamos hechos. Lo que sin embargo debemos destacar, es que no es una figura que nos lanza al abismo y ya; aparecerá precisamente en nuestros momentos de desesperación, de más profunda angustia, para hacernos comprender que no es el fin del viaje, y que en lugar de pensar en el equipaje del que debimos desprendernos para cruzar el río, debemos Valorar que ya lo hemos cruzado, que hemos llegado a un lugar en el cual nunca jamás antes habíamos logrado estar. Así, la Comprensión y la Guía en los asuntos del Espíritu son los otros dos aspectos del Chamán.
Cuando la Energía de esta carta se presenta invertida, podría estar hablándonos de un espíritu débil, dominado por la rutina y las obligaciones que los demás depositan sobre él; o una etapa de absoluta confusión, demandando la ausencia de este Gran Guía. En ciertos casos, podría hacer referencia a una derivación del arquetipo del Viejo Sabio, que nos habla de una persona mayor que no se acepta como tal y que cree mantener su juventud a través de la compañía de personas más jóvenes que él o ella. Este es un tema muy complejo que no implica necesariamente una perversión ni un carácter sexual (aunque no los excluye), sino que puede remitirse simplemente a compartir reuniones, deportes y actividades con personas mucho más jóvenes para sentir dentro suyo que él (o ella) también lo es. El problema en este caso no está en lo que hace en lo real (claramente tener una vida activa, saludable y divertida no está vedada a una persona mayor!), sino Desde Dónde Hace lo que hace; muy distinto sería, por ejemplo, una persona que tiene este comportamiento pero lo que la motiva es verse bien en el espejo, o una forma de declararle la guerra a los prejuicios sobre cómo debe ser la vida de una persona mayor, o que participa de determinadas reuniones con jóvenes porque le interesa el tema y la cuestión de los co-participantes es totalmente secundaria. Cada uno de estos ejemplos tiene sus bemoles y sus sostenidos, pero en definitiva, sirven para ejemplificar cómo sería hacer lo mismo en lo Real sin estar Haciendo lo mismo desde lo Simbólico: en ninguno de estos ejemplos recientes aplicaría esta variante del Viejo Sabio, ya que en ellos la compañía joven es un derivado asociado al verdadero Qué que lo motiva, mientras que para el Falso Joven Eterno, el Qué es precisamente el verse rodeado de personas de menor edad.
Otro ejemplo del Chamán en oposición podría estar ejemplificado doblemente en la mitología griega tanto a través del mito de Urano (dios del Cielo) como por el mito de Cronos, dios del Tiempo e hijo de Urano. Tanto el padre como el hijo muestran el pánico a la descendencia, pues ven a ésta como amenaza a su autoridad y por ello intentan evadirla por todos los medios. En el caso de Urano, negó a sus hijos que salgan del vientre de su madre (Gea, la Tierra), y en el de Cronos… bueno…, él se los comía. Lo que también queda demostrado en estos mitos es la futilidad de estas artimañas, ya que ninguno de los dos logró sostener su ‘trono’ más allá de lo que era natural que lo haga… con el adimento de un final traumático en ambos ejemplos: en el caso de Urano, fue castrado por su propio hijo Cronos desde dentro del vientre de su esposa -en el momento en que tenía relaciones con ella-; y en el de este último, fue engañado por su esposa Rea (con ayuda de su propia madre, Gea) y luego derrotado por sus hijos Zeus, Poseidón y Hades, hasta ser desterrado al Tártaro por ellos, quienes asumieron respectivamente el poder sobre los Cielos, las Aguas y el Inframundo.
El entendimiento de que existe una Ley que rige sobre las cuestiones del Espíritu y el Universo Sutil, y la cual no está ni por encima ni por debajo de la Ley Simbólica que nos enseña el Emperador, es la Gran Lección que aprendemos del Chamán. El Mundo de los Espíritus está al alcance de la mano, ¡sólo hay que dejar de buscarlo Afuera!
VI
El Enamorado
Esta Carta del Tarot en PHI ha manifestado su Energía perfectamente en cuanto a su propio diseño: en el corto lapso de tiempo entre que fue concebido y editado por primera vez para su venta al público, la Carta ha tenido siete motivos distintos.
La presencia de este Arcano nos hace ver que hemos llegado en nuestro recorrido a un punto clave de nuestro desarrollo espiritual e intelectual. Hasta aquí, cada carta nos mostraba a un Arquetipo que tenía una enseñanza para nosotros, algo de qué apropiarnos. En cambio, con la llegada del Enamorado, ya no se trata de consultar y aprender a partir de una respuesta; a partir de esta carta, la respuesta deberemos darla nosotros mismos, puesto que la forma que toma aquí es la de una Decisión, y nadie más puede tomar una decisión por nosotros. Otra cosa muy distinta es que las opciones que veamos sean tan dispares que dicha decisión parece ya tomada, pero en esa misma palabra se enconde precisamente el factor Imaginario de la frase.
La Escena Arquetípica encerrada en esta carta es el joven atrapado en un conflicto ante el cual debe Decidir, sabiendo que esa decisión deja por fuera las demás opciones. Muchos de nosotros, sino todos, en algún momento hemos atravesado una situación de estas características con distintos grados de profundidad.
En la imagen está representado el instante que decidió el destino de Troya y de todos los participantes (humanos y dioses) en ese épico conflicto; vale la pena tomarnos unos minutos en repasarla.
Todo comenzó en una gran fiesta en la que se celebraba la boda de Peleo (uno de los Argonautas) con la nereida Temis (que comparte el nombre pero no es la diosa de la Justicia), a la cual habían invitado a una gran cantidad de mortales y dioses. A mitad del festejo, todos quedaron asombrados cuando ven llegar, sucia y vestida con harapos, a la diosa Eris, personificación de la Discordia, quien no había sido invitada debido al ambiente conflictivo que solía generar.
Parándose en mitad de la gente, Eris extrajo una manzana de oro del prohibido jardín de las Hespérides (se guardó muy bien de mencionar su procedencia, sin embargo), con la palabra grabada kallisti (“para la más hermosa”), y la extendió en dirección donde estaban las diosas mirándola con desconfianza. Entonces, simuló tropezar y la manzana quedó suspendida en el aire, a dos pasos de donde ellas estaban. Inmediatamente, Hera (esposa de Zeus y diosa de la Familia y el Matrimonio), Afrodita (hija de Zeus y la ninfa Dione, y diosa del Amor Físico) y Palas Atenea (hija partenogénica de Zeus –literalmente surgió de la cabeza de su padre… ¡cosas de los mitos griegos!- y diosa de la Sabiduría y la Guerra Estratégica), dieron un paso adelante extendiendo la mano para tomar el obsequio… dado que cada una de ellas se pensaba la más hermosa. Ante esa incómoda situación, las tres comenzaron a discutir satisfaciendo así a Eris, quien se alejó con una amplia sonrisa y su propósito cumplido, puesto que las semillas de una discordia mucho mayor ya habían sido sembradas y comenzaban a germinar. Cuando el nivel de la discusión escaló, fue pedida la intervención de Zeus para dirimir y poner orden; y entonces él determinó que debería hacerse un juicio pero que él no podría presidirlo, ya que una de las querellantes era su esposa y las otras dos sus hijas… y el rey de los dioses sabía con qué fuerzas mejor no medirse. Delegó rápidamente la resolución a su hijo Hermes, quien eligió entonces como jurado entre los mortales a un pastorcillo muy joven llamado Paris -el cual sin saberlo era legítimo príncipe de Troya-, para