Salud del Anciano. José Fernando Gomez Montes
la salud, así como en la lucha contra la pobreza. Esta distribución etaria ayudaría, además, a anticipar inversiones frente al aumento de la población anciana, cuyas demandas serán más costosas en el mediano plazo.
Se refiere a la dependencia potencial en términos de población en edades teóricamente inactivas desde el punto de vista económico (menores de 15 años y mayores de 64 años), en relación con la población en edades teóricamente activas desde el punto de vista de productividad económica (entre 15 y 64 años). Es decir, muestra la carga potencial económica, ya que indica el número de personas consideradas potencialmente inactivas por cada persona considerada potencialmente activa desde el punto de vista de la productividad económica.
En Colombia, el índice de dependencia demográfica ha mostrado un descenso en los últimos diez años. En 2005, de cada 100 personas entre 15 y 60 años dependían 58,8 personas menores de 15 y mayores de 60 años; en 2018 el número de dependientes es de 46,6 y se proyecta que para 2020 continúe la tendencia al descenso. Además, según datos del Ministerio de Salud y la Protección Social (2013), mientras el índice de dependencia infantil ha disminuido, pasando de 51,6 menores de 15 años por cada 100 personas entre 15 y 60 años en 2005 a 41,0 en 2018, el índice de dependencia de mayores ha aumentado, pasando de 14,8 personas mayores de 60 años por cada 100 personas entre 15 y 60 años en 2005, a 19,3 en 2018; se estima que estos índices continúen con las tendencias observadas y para 2020 haya más dependientes mayores de 60 años y menos dependientes menores de 15 años. En la figura 4.2 se muestra la tasa de dependencia de 1993 a 2018.
Figura 4.2 Relación de dependencia demográfica: mayores de 64 años por cada 100 personas entre 15 y 64 años
Fuente: CEPAL. CEPALSTAT. Información revisada 20 mayo 2019.
Según los datos preliminares del censo 2018, por cada 100 personas potencialmente productivas hay 21 personas mayores de 59 años potencialmente dependientes, en la Región Andina esta relación se incrementa y la relación de dependencia es mayor de 30.
1.4 Modificación de la estructura demográfica a partir del envejecimiento progresivo
A consecuencia del envejecimiento demográfico, la pirámide poblacional de Colombia es regresiva con un estrechamiento en su base para 2018, comparado con 2005; la estructura de la población en Colombia se está transformando en un diamante, lo que significa que la pirámide con base amplia que se tenía en 1985 compuesta predominantemente por niños y jóvenes entre 0 y 19 años registra ahora una menor tendencia, similar a las de los países desarrollados. Los datos del censo 2018 muestran que la población de 65 y más años pasó del 3% en 1964 al 9,2% en 2018 y la población de 60 años y más pasó del 9% en 2005 al 13,4% en el 2018. Además, hay un sobre envejecimiento de la población, de las personas de 60 y más años, 40,4% tienen 75 y más años.
Figura 4.3 Porcentaje de personas de 65 y más años, por departamentos en Colombia
Fuente: DANE, 2019.
El ritmo de crecimiento es considerablemente superior en la población anciana en comparación con el crecimiento de la población total, este diferencial se mantiene en todos los departamentos, aunque con magnitud variable según condiciones de desarrollo social y dinámicas demográficas particulares. En la figura 4.3 se muestra el mapa de la distribución geográfica de la población de 65 años y más por departamentos. Es evidente que la Región Andina tiene poca gente joven comparada con los departamentos periféricos, en especial la Orinoquía y la Amazonía donde hay mayor población menor de 14 años. En el Eje Cafetero 15% de la población tiene 60 años o más, dos puntos porcentuales por encima de las cifras nacionales.
Figura 4.4 Índice de envejecimiento en Colombia, por departamentos
Fuente: DANE, 2019.
El índice de envejecimiento corresponde al porcentaje de ancianos por cada 100 jóvenes menores de 15 años, en Colombia ha aumentado casi siete veces desde 1964. En 1993 correspondía a 13,1%, se incrementó a 20,5% en 2005 y alcanzó 40,6% en 2018. En la figura 4.4 se muestra el índice de envejecimiento por departamentos. Como era de esperar, el mayor índice de envejecimiento se encuentra en las zonas con mayor proporción de ancianos. El índice de envejecimiento en Colombia en 1973 era 11, en 1985 fue 17, en 1993 subió a 20. El Censo de 2018 muestra que mientras que en 2005 por cada 100 personas menores de 15 años había 29 mayores de 59, en 2018 la proporción es de 60 personas mayores de 59 años por cada 100 menores de 15. Llama la atención que, en Manizales, de cada 100 habitantes, 90 son personas mayo-res de 60 años. Las áreas metropolitanas y las urbes más desarrolladas presentan un proceso de envejecimiento más acelerado.
La esperanza de vida al nacer equivale a la cantidad de años que un recién nacido puede esperar vivir si los patrones de mortalidad por edades, vigentes en el momento de su nacimiento, siguieran sin variación a lo largo de toda su vida.
Se estima que a mediados del siglo pasado el promedio de la esperanza de vida al nacer de ambos sexos en América Latina era de 50,4 años, mientras que en 2020 se espera que alcance los 76,4 años, lo que implica una ganancia de 26 años de vida en un período de 70 años. Si se compara esta información con la proporcionada por la División de Población de las Naciones Unidas (Naciones Unidas, 2017), se observa que históricamente la esperanza de vida al nacer en América Latina es superior al promedio mundial y al de los países de menor desarrollo.
En América Latina ha aumentado particularmente la esperanza de vida a los 60 años, que en promedio iguala los niveles observados en el mundo desarrollado. En la figura 4.5 se muestra el incremento que ha experimentado el número de años que en promedio se espera que vivan los ancianos de América Latina después de los 60. En 1950 la brecha entre hombres y mujeres era de 1,5 años: un hombre que llegara a cumplir 60 años tenía una esperanza de vida de 14,2 años, mientras que la de una mujer era de 15,7 años. Dicha brecha ha aumentado con el paso del tiempo, y en 2020 se espera alcance los 3,3 años, con una esperanza de vida a los 60 de 21,0 años en el caso de los hombres y de 24,3 en el de las mujeres.
Figura 4.5 Esperanza de vida al nacer en ambos sexos, proyectada por países, 1950-2020
Fuente: Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)-División de Población de la CEPAL. Estimaciones y proyecciones de población, revisión de 2017.
Algunos demógrafos han propuesto el concepto de “edad prospectiva”, que toma en cuenta los cambios que ha experimentado la esperanza de vida a partir de los 60 años y no considera el tiempo vivido, sino el tiempo por vivir. Es decir, plantean que las políticas dirigidas a las personas de edad no deberían depender de su