Desaprender para transformar. Annette Nana Heidhues
después de la reunificación, pero fueron premisas fundamentales para todas nuestras actividades internacionales en el futuro.
Por lo dicho, todas las actuaciones que desde entonces hemos desarrollado en el Instituto Paulo Freire han partido de la pregunta por su relevancia para nuestra propia sociedad. A su vez, la formación continua que ofrecemos nunca la hemos entendido como pura transmisión de conocimientos, sino como un esfuerzo por lograr empatía y encuentro con el otro. Nos guía la convicción de que este mundo necesita ser transformado y que eso es algo posible de hacer, tanto en el norte como en el sur, para lo cual es importante, además de tomar conciencia de la opresión y la injusticia y de desarrollar resistencia, generar ideas y propuestas acerca de cómo nos imaginamos un mundo mejor; por ello, en todos nuestros espacios nos ocupamos activamente de garantizar ambientes para crear alternativas.
En 1996 la Fundación Alemana para el Desarrollo (DSE) nos encargó diseñar y conducir un currículum para docentes chilenos orientado a la educación para la democracia, en el marco del programa chileno de becas en el exterior. En Alemania, poco tiempo antes de ese encargo hubo varios ataques racistas en las ciudades de Rostock-Lichtenhagen y Mölln. En el Instituto Paulo Freire sentimos una gran consternación por la situación y nos preguntábamos cómo podríamos contribuir a un proceso de transformación en Chile, si en nuestra propia sociedad no habíamos sido capaces de superar las consecuencias del racismo y del antisemitismo.
La vergüenza que sentíamos por la fracasada elaboración de nuestra propia historia con el Holocausto en Alemania nos impulsó entonces a desarrollar un currículum que intentaba retomar las cuestiones que ya el movimiento estudiantil había planteado, pero que habían quedado sin respuesta: tanto las preguntas sobre una cultura de la memoria, respecto a nuestra historia reciente, así como el debate acerca de la migración en nuestra sociedad, emergieron como temas de central relevancia. El objetivo de este curso que desarrollamos entre 1997 y 2003 era reflexionar, con la distancia geográfica necesaria, sobre la orientación que requerían tener la escuela y la sociedad chilena en un contexto posdictatorial. Más tarde, entre 2009 y 2014 incluimos esta reflexión en un programa de formación para docentes de matemática de Chile e investigamos de qué manera las matemáticas podrían servir como un medio crítico y alternativo de entender la sociedad. En el inicio de este proceso, 1997, entregamos al Ministerio de Educación de Chile una propuesta que incluía un módulo denominado “Cultura de la memoria/Elaboración del pasado”; sin embargo se nos dijo que después de 18 años de iniciada la transición, Chile aún no estaba en condiciones para enfrentarse a lo sucedido durante la dictadura, así que le cambiamos el término “memoria” por “Reflexión sobre la historia”.
Este primer curso con veinte profesoras y profesores de todo Chile, se convirtió en una guía para nuestro trabajo posterior. Efectivamente, nos mostró la magnitud del silencio (y del silenciamiento) presente en la sociedad chilena, pero también que nuestro curso en Alemania, de dos meses de duración, ofrecía un espacio protegido que hacía posible construir confianza y romper lentamente aquel silencio instalado en cada uno de los frentes. Este espacio, además de estar geográficamente lejos de Chile, facilitó que las personas que participaron empezaran a conversar sobre las experiencias que habían tenido según sus respectivas posturas políticas, y que tomaran conciencia del dolor y los bloqueos que este extendido silencio sobre el pasado reciente volvía a desencadenar una y otra vez. Al finalizar el curso, y gracias a los múltiples acercamientos y diálogos, la dureza de los frentes se había disipado y los profesores y las profesoras habían comenzado a adoptar una actitud más abierta respecto de lo sucedido durante la dictadura. Después de su regreso de Berlín, muchos de estos colegas chilenos fueron a visitar los antiguos lugares de violaciones a los derechos humanos de la dictadura chilena, de cuya existencia recién se habían enterado estando en Alemania. Les resultaba inconcebible saber que ellos, habiendo vivido esa época, no se hubieran enterado de su existencia, de la ocurrencia de aquellas violaciones, y de que estas hubieran sido completamente acalladas o (in)conscientemente bloqueadas.
Nuestros cursos siempre han contemplado reuniones de seguimiento, y en el caso de los cursos con los profesores y profesoras de Chile, en uno de ellos se conversó sobre los procesos de reflexión que se habían desencadenado luego del regreso a Chile. Fue así como supimos que en muchos casos quienes participaron habían organizado instancias de formación continua para otros profesores y que en estas iniciativas autogestionadas estaba claro que no era necesario enfocarse exclusivamente en temas específicos como género, memoria, interculturalidad y manejo del conflicto en las escuelas, sino que lo que ocurría fuera de los seminarios era igualmente importante —o quizás incluso más que lo que se vivía en las clases— para lograr verdaderas tomas de conciencia. Dichas iniciativas llevaron a que ya en 2003 los antiguos participantes chilenos de estos cursos formaran la Asociación de Perfeccionamiento de Profesores “Vagamundos”8, para seguir desarrollando modelos de aprendizaje mutuo.
Otro aporte que seguramente fue muy relevante al momento de estimular estos procesos se dio por los viajes de los “Profesores y Profesoras Sin Fronteras”, una iniciativa creada por el Instituto Paulo Freire en 1999 y apoyada por la Asociación Paulo Freire desde 2009. A través de ella, un grupo de docentes alemanes viajó por dos o tres semanas a Chile y visitaron los colegios de sus pares chilenos. Ofrecían talleres sobre diferentes temas, dirigidos a todo el profesorado de los colegios respectivos, y al mismo tiempo podían conocer de primera fuente, en conversación con sus colegas chilenos, de qué maneras se había dado continuidad a los contenidos discutidos en Berlín. Estas reuniones posteriores, hechas de manera descentralizada en diferentes lugares de Chile —en el ámbito rural y urbano, en escuelas con población mapuche o con un alto porcentaje de migrantes provenientes de Perú, Bolivia y Colombia— llevaron a un entendimiento más profundo en relación con los procesos de aprendizaje, y a una reflexión crítica sobre el modelo pedagógico imperante en el Chile actual. Hoy en día, quienes forman parte de la red “Vagamundos” dan formación continua a estudiantes y colegas en Chile, Perú, Colombia, Honduras, El Salvador y Guatemala, con lo cual se favorece el intercambio sur-sur que solo ha sido posible gracias a una confianza construida por años de relación.
De manera similar a como lo hicimos en el programa con los grupos de becarias y becarios chilenos, esto es, invitando a personas de América Latina a estar con nosotros por un periodo de tiempo, en 2003 diseñamos un curso de educación para la paz —Edupaz— con el fin de reflexionar durante dos meses sobre la cultura de paz con docentes provenientes de regiones donde había habido o aún había guerra; así, desde 2003 los encuentros fueron con maestras y maestros y con otros profesionales de ONG dedicadas al trabajo en derechos humanos, a los movimientos de resistencia indígena, o a organizaciones sociales o de mujeres de países centroamericanos (Honduras, Guatemala y El Salvador) y de Colombia. Tras cinco promociones, dimos el paso a hacer los cursos de manera virtual (e-learning) con dos momentos presenciales. En esta ocasión trabajamos de manera conjunta con varias instituciones universitarias y organizaciones de la sociedad civil en Colombia y Centroamérica. Actualmente, este curso sigue vigente y ya estamos en la cuarta promoción.
Otra iniciativa guiada por principios similares que buscaba reflexionar sobre la didáctica de la educación superior fue el programa ProCalidad, que se realizó durante cuatro años en Alemania con profesores universitarios de Guatemala, Honduras y Perú, quienes se formaron durante un año en Berlín y tuvieron seguimiento en sus países.
Todas estas capacitaciones e iniciativas nos proporcionan aprendizajes fundamentales que a su vez enriquecen el trabajo de acompañamiento y formación que realizamos en escuelas e instituciones educativas alemanas. En este sentido, tratamos de construir puentes que permitan que los aprendizajes adquiridos en diálogo con nuestros colegas de los diferentes países, lleguen también a la realidad escolar alemana.
A lo largo de estos años, además se ha ido creando una gran red de amigas y amigos de Paulo Freire que nos encontramos en diversas partes siempre en torno a debates muy profundos y derivando aprendizajes. Como dijera Nicanor Perlas:
El contexto social y el paradigma de lo antiguo ya no tienen la fuerza suficiente para resolver aquellos problemas que ellos mismos crearon. En un momento de esas características, lo nuevo se impone. Las iniciativas y los individuos que han visualizado o imaginado