El Universo, su conciencia cuántica y tu cerebro. Pedro Blanco Naveros
proporcionar información a su poseedor, para que pudiese obtener energía y alimento, ambas cosas vitales, para poder sobrevivir en su medio de asentamiento.
- Cerebro, sabes que venimos de un cerebro muy pequeño, de unos peces minúsculos anteriores incluso a nuestra prehistoria y que lo más importante es captar información; sin información no habría vida desarrollada, tú, Cerebro, captas la información que necesito para poder vivir, a través de tus neuronas y te pasas la vida estableciendo nuevas conexiones, haciendo funcionar conexiones ya establecidas o tendiendo puentes entre unas neuronas y otras neuronas según mis nuevas experiencias.
- Así es, querido Humano, me encargo continuamente del funcionamiento de las neuronas y de captar toda la información que necesitas para poder vivir, pero además te facilito todo aquello que tiene interés para ti. Te informo de los estímulos que están a tu alrededor y que te facilitan alcanzar tus deseos.
Cuando quieres algo de verdad, yo te doy continuamente pistas para que puedas conseguir tus objetivos. A veces me haces caso, otras no, y de ello depende el tiempo que tardes en llegar a tu meta final. Ten en cuenta que estamos en un medio bombardeado por estímulos continuos de todo tipo, de los que hago que ignores la mayor parte de ellos.
En este mismo momento, tal vez puedas captar los latidos de tu corazón, pero deberás concentrarte para ello, habrá múltiples sonidos cercanos y lejanos, visiones de todo tipo, gran cantidad de olores; todo lo estoy captando yo, tu cerebro, pero sólo te transmito lo que verdaderamente vas a utilizar en cada instante de tu comportamiento, entre otras cuestiones para que no te sientas confundido, inmerso en un mundo infinito de estímulos que te impedirían vivir, y que debe estar controlado por alguien que te avise, o bien de un peligro próximo o de una oportunidad que estás buscando. Y ya sabes quién se encarga de ese arduo trabajo, a través de mis miles de millones de neuronas, soy tu mejor amigo y vivo exclusivamente para ti y ni tan siquiera duermo un sólo segundo, pues una cabezada mía podría ser fatal para tu vida.
Además, soy quién conoce a la perfección, tus inquietudes, tus sinsabores, no tienes secreto alguno que yo no conozca, puedo penetrar hasta en lo más recóndito de tus pensamientos, no podrás engañarme jamás, siempre sabré como te sientes de verdad.
Querido Humano, si eres alguien y puedes vivir, es gracias a mí, tu cerebro, y debes saber que soy insensible a cualquier estímulo que apliques a mi tejido, a mi estructura blanda y amorfa, no noto nada con el contacto exterior, pero sí sé cuando eres feliz o sufres con un gran dolor, mis conexiones neuronales me lo van indicando y voy leyendo cada mili segundo de lo que te está ocurriendo como persona.
Debes mantener siempre una gran comunicación conmigo y sacar el máximo provecho de nuestra estrecha amistad, y no olvides nunca que si te enfrentas a mí, tendrás serios problemas para poder sobrevivir e incluso podrías provocar tu muerte y la mía, pues estamos asociados a morir el mismo día y a la misma hora.
Aunque no lo apercibas a simple vista, tengo miles de millones de neuronas conmigo, la mayor parte de ellas están libres, con unas terminaciones preparadas para enlazarse con otras neuronas, pudiendo llegar a formar grandes y complejas redes neuronales, pero aún no lo han hecho. Otras en cambio sí están enlazadas con varias o múltiples neuronas, vecinas o alejadas físicamente entre sí. Todo este entramado está a tu disposición y dispones de él a tu voluntad, con una excepción muy importante, hay una serie de neuronas conectadas, unas desde tus primeras fases embrionarias dentro de tu vientre materno y otras en estadios posteriores y que están encargadas de asegurar la homeóstasis de nuestro organismo compartido, algo así, como asegurarnos que el corazón va a dar sus latidos, que los pulmones van a funcionar adecuadamente y que todas aquellas funciones vitales inconscientes siguen su estricto protocolo de supervivencia.
Otras neuronas las has ido enlazando tú, mi querido Humano, con tus continuas experiencias y comportamientos diarios. Cada vez que imaginas o piensas en algo, estás enlazando neuronas entre sí, algunas por primera vez y otras ya enlazadas de ocasiones anteriores o con grandes grupos de neuronas bien asentadas, grupalmente hablando. Todo va a depender del tipo de pensamiento y reiteración del mismo. Esas redes neuronales establecidas, debido a la frecuencia de uso, tendrán más posibilidad de dispararse en el futuro, aún en ausencia de los estímulos originales, haciéndose más patentes durante el sueño y ocupando nuestra mente en situaciones de poca actividad del intelecto, como en momentos de algún tipo de relajación normal del quehacer diario a lo largo del día, o simplemente en ratos de descanso esporádicos.
Aquellas conversaciones interiores me sobrecogían, me consideraba el dueño de la magia más poderosa del planeta. Poder conversar con mi propio cerebro era alucinante y el diálogo surgía más fluido según iba avanzando en la dificultad de mi aprendizaje autodidacta.
No tenía la menor duda de que todos los seres vivos tenían el mismo origen, la materia pura y dura, que tras complicadas transformaciones, unidas a casualidades increíbles de la naturaleza, había producido la materia orgánica en sus múltiples expresiones y hábitats.
Aquellos pececitos dieron lugar a los cordados con un neuroeje que se fue invaginando en el tiempo, para proteger de los golpes, tan sensible materia nerviosa, esbozo primigenio de la médula espinal y de la futura columna vertebral. Había surgido el orden de los vertebrados.
La Información es el verdadero sentido de la evolución
El sentido de la evolución prioritario, era la captación de información; sin información, el individuo que fuese no podría sobrevivir. De acuerdo que el motor principal de la selección de las especies era poder adaptarse en el medio que fuese, pero sin información, sería imposible saber dirigirse a la fuente nutricional, así como el de tener el conocimiento necesario para poder defenderse de los peligros externos.
Las mutaciones favorables de las especies para adaptarse al medio que le había tocado vivir, se transmitían posteriormente y favorecían la propagación de esa especie con esas características, pero las mutaciones más importantes eran aquellas que afectaban al desarrollo de ese neuroeje que facilitaba enormemente la información. Tanta importancia llegó a tener, que posiblemente pasó a ser lo primordial para asegurar la supervivencia de los seres vivos.
Y lo que en un principio no se cuestionó, como podía ser la cantidad de células nerviosas y su funcionamiento, llegó a ser planteado por la propia naturaleza, dada la importancia creciente que el hecho tenía. Tal vez, para seres vivos de órdenes inferiores fuese suficiente con unas pocas células, como el ectoplasma de los pececitos del periodo cámbrico, y puede ser que tampoco necesitasen muchas neuronas algunas de las variedades que poblaban el subsuelo amazónico, pero de lo que no cabe la más mínima duda es que el hombre, aspirante a dominar la propia naturaleza, necesitaba cantidad ingente de neuronas, para conseguir la mayor información posible.
Y en este aspecto, la bipedestación fue crucial en la eclosión cerebral de los homínidos. Sin ella no habría podido llegar el hombre a las actuales cotas intelectuales, aún muy por debajo de su verdadera potencialidad.
Con la bipedestación, el cerebro se liberó de sus ataduras craneales y liberó gran espacio físico para miles de millones de neuronas y trillones de conexiones sinápticas. La información triunfaba en grado máximo.
El hombre no era el rey de la creación, sino el cerebro, esa materia gris llena de circunvoluciones, para asegurarse mayor almacenamiento. El cerebro dominaba tanta información que incluso podía permitirse el lujo de emplear una parte de la misma en un aspecto puramente lúdico, muchas conexiones neuronales no eran para asegurar su futura supervivencia, sino para lograr únicamente el placer de vivir.
Pero al margen de ello, no podían descuidarse funciones típicamente fundamentales para afrontar el riesgo de la vida, así como ejercer la posibilidad de trasladar esa materia mágica de neuronas por espacios diferentes.
Y la solución fue simplista en grado máximo, aprovechar en el filo, los sistemas nerviosos de otras especies anteriores: invertebrados, para filtrar todos los estímulos del entorno; reptiles, para la función de coordinar el movimiento, mantener el tono muscular y regular los procesos vegetativos tales como,