El Universo, su conciencia cuántica y tu cerebro. Pedro Blanco Naveros

El Universo, su conciencia cuántica  y tu cerebro - Pedro Blanco Naveros


Скачать книгу
inminente, y el de los homínidos, encargados de las funciones típicamente humanas, pensamiento, lenguaje, creatividad, y coordinar todos los sistemas nerviosos entre sí, ejerciendo funciones directivas y “tomando la última decisión”, con algunas excepciones muy especiales.

      Nuestro cerebro había conseguido su propósito, ser lo más fascinante de cuánto existe. El neocórtex, el telencéfalo, no era una cantidad más o menos variable de tejido adiposo, sino el sustrato mismo de la Conciencia humana, capacitado para recibir información continua y variable, analizarla y sacar sus propias conclusiones, así como proporcionar al organismo actividades diversas, algunas muy placenteras, y para no vivir encerrado dentro de su segura bóveda craneana, lo que le hubiera supuesto su desaparición inmediata por inacción; se había válido del phylum de otras estructuras anteriores, para captar y visionar toda clase de estímulos externos e internos y lo que es tan crucial, el poder trasladarse de un lugar a otro con sus miembros inferiores y superiores. De esta manera no sólo disponía de excelente información, sino que podía seguir buscando estímulos de toda clase en el medio y sacar el máximo provecho de ellos.

      La Conciencia

      Y de repente emergió la conciencia individual de los homínidos, un sustrato inexorablemente vinculado al cerebro, con una concepción subjetiva de la realidad de cada individuo. Por decirlo de otra forma, el cerebro es una especie de maquinaria de miles de millones de células funcionando con trillones de sinapsis entre sí y la conciencia es la expresión de dicha fábrica en funcionamiento. La subjetividad individual de un organismo en su vórtice de poder, sobre sí mismo y sobre el resto de especies que pueblan el universo circundante.

      Conciencia, del latín cum scientîa, significa literalmente: “con conocimiento”, no tiene un correlato físico y no existe ninguna definición consensuada sobre la conciencia, pero fundamentalmente, la conciencia es lo opuesto a la objetividad, es el estado subjetivo de percibir los estímulos tanto internos como externos, la capacidad de conocer las propias percepciones, más que a los estímulos que las producen; en resumidas cuentas la conciencia es reflexión, siendo consciente en primer término del “yo”, y desde ese yo, es la propia percepción subjetiva consciente. Ante los estímulos, con independencia de la medida y definición objetiva de los mismos, la conciencia del yo, captará su propia sensación subjetiva, incomunicable, diferente a la de otras personas.

      Y surge el eterno enigma científico y filosófico, desde Platón y Aristóteles hasta Kant, Descartes, Leibniz, etcétera, la experiencia subjetiva, el dualismo de la relación mente-cuerpo. ¿Cómo es posible que un ente inmaterial como lo es la conciencia, interaccione con un ente material como lo es el cerebro? ¿Cómo puede darse ese mágico y misterioso salto cualitativo de la materia, del mundo físico, expresado en la inmensa actividad neuronal del cerebro, con la inmaterial experiencia subjetiva de la conciencia?

      Pero la conciencia no es un fenómeno del “todo o nada”, hay distintos grados de conciencia, desde la inconsciencia a la consciencia y distintos estados del yo, desde el reposo a la vigilia, como hay dos tipos de conciencia, la conciencia primaria, llamada también consciencia sensorial, que es la experiencia propioceptiva, exteroceptiva e interoceptiva de los diferentes estímulos que nos llegan y la conciencia reflexiva, la conciencia per se, metacognición o consciencia de nivel superior, privativa del ser humano, que incluye el proceso de integración, es decir, conocer lo que se conoce, ser consciente de que se es consciente.

      Las neuronas en sí, no solo transmiten impulsos nerviosos y secretan neurotransmisores, sino que con su actividad relacional, hacen posible el proceso de codificar y entender los estímulos que nos llegan, son las propias neuronas las que reconocen los estímulos, los memorizan e incluso expresan sensaciones hacia ellos, es más, por ejemplo en la visión, las imágenes son captadas por neuronas de la corteza visual primaria, según la intensidad y distintas bandas de frecuencia (colorido), de los estímulos proyectados; para ser trasladados a través del tálamo a redes neuronales establecidas en zonas corticales más profundas, que desarrollan un procesamiento visual más avanzado, y donde se establece la percepción visual consciente. Se ha comprobado que hay neuronas en el hipocampo que solo reaccionan a estímulos visuales conocidos y permanecen en reposo si le son desconocidos. Esta especificidad demuestra, que existe una percepción visual consciente, incluso a niveles tan simples, como reaccionar ante un objeto ya conocido. Por supuesto podemos imaginar que habrá otras redes neuronales de procesamiento más complejas y que se dispararán ante un estímulo que además de ser reconocido, tenga algún tipo de información que implique algún riesgo o posibilidad adicional para el observador.

      De todas maneras, este tipo de percepción consciente, estudia aspectos de la conciencia muy alejados de lo que debe entenderse por conciencia global del sujeto consciente del medio exterior, donde tiene lugar la verdadera experiencia consciente subjetiva.

      El ser humano trasciende sobre la propia materia, su conciencia se instala en un peldaño superior de la materia, es la mismidad, pero vinculado a su cerebro físico, es la manifestación holística de su sustrato, pero no hay conciencia individual sin cerebro, van indefectiblemente unidos.

      -Cerebro. En realidad tienes el mismo origen que el Universo y estás compuesto por la misma materia primigenia, tal vez unas partículas subatómicas infinitesimalmente pequeñas o unas cuerdas aún más diminutas, pero lo grandioso no es que de ahí haya surgido la vida que de por sí es algo inimaginable, lo verdaderamente increíble es, cómo es posible que la materia adquiera conciencia de su existencia, creando los pensamientos, gracias a conexiones neurales y sea capaz de reflexionar teniendo en cuenta toda la información adquirida y almacenada, en esos trillones de conexiones constituidas, y poder relacionarse con otras materias inteligentes.

      Dentro de mi concepción humana es algo misterioso y mágico que roza lo sobrenatural, que queda por encima de las posibilidades de mi intelecto el poder descifrarlo.

      -Querido Humano. No hay nada esotérico en la Naturaleza, y no existe en este Universo algo que pueda ser incomprensible para la ciencia, al contrario, todo lo que ocurre tiene sus fundamentos matemáticos y sus leyes físicas que lo explican. Otra cuestión es el tiempo que la mente humana necesita para llegar a la verdad de aquello que decide investigar. Más tarde o temprano los científicos van descubriendo los secretos más ocultos, como lo demuestra la historia desde sus principios. La materia desde sus orígenes ha estado y está en un baile frenético de vibraciones que dan lugar a muchísimas partículas en sus continuas interactuaciones, en una cifra ascendente de imposible cuantificación y tiene como resultado la creación de multieventos de todo tipo, como puedo ser yo, tu Cerebro, cargado de neuronas, (con múltiples dendritas que se comunican a través del axón con las telodendrias, cargadas de botones sinápticos que se entretelazan entre sí y constituyen redes interminables), que llevan en su interior los microtúbulos, unas estructuras tubulares que además de servir como parte del citoesqueleto de las células, le producen una gran inestabilidad dinámica. Ahí tienes el secreto de tu intelecto, de tu conciencia, la arquitectura neuronal hace posible que surjan los pensamientos y estos a su vez, al computar multitud de circuitos ensamblados llenos de contenido diverso, más pensamientos, recuerdos, experiencias, que dan como resultado una reflexión para que la Conciencia actúe en consecuencia; es la integración de la información necesaria en cada ocasión la que se manifiesta como un todo conscientemente. No hay intervención divina, ni ninguna mediación prodigiosa, solamente, la materia en su devenir incesante ha producido el Cerebro y su expresión a través de la Conciencia.

      Más sencillo es pensar que la mente es una consecuencia lógica de la actividad cerebral, de donde surgen, el lenguaje, los pensamientos, las reflexiones, etcétera, que creer que es producto de alguna mediación exterior con poderes sobrenaturales.

      Correlatos neuronales de la Conciencia.

      La Teoría de la Información Integrada. La primera novela escrita por un ordenador: “Amor verdadero”

      Dado que la subjetividad es la percepción de lo que ocupa nuestra mente, muchos científicos buscan los correlatos neuronales de las diferentes percepciones de los seres vivos, los correlatos neuronales


Скачать книгу