El deseo prohibido de Doug. Darlis Stefany
me da una enorme sonrisa mientras se arroja hacia mí.
Harry Daniel se hace más pesado, pero no me importa cargarlo mientras comienzo a dar vueltas con él alrededor de la pista de baile. Él se agarra de mi cuello mientras me da una gran sonrisa que muestra sus pequeños dientes.
Dejo de dar vueltas para no marearlo mientras nos contoneamos de un lado a otro. Harry Daniel sacude un poco su cabeza para retirar unos cuantos rulos de sus ojos. Kaethennis asegura que pronto le rebajará un poco los rizos, pero ella se encarga de aplazarlo cada vez que puede.
—¿En dónde dejaste a Halle, sobrino?
—Hade está con papi.
—Oh, entonces Harry está en modo posesivo —digo carcajeando. Mi sobrino me ve con confusión—. ¿Y a Adam dónde lo dejaste?
—Tío Ke, Ayam lloró y tío Ke lo cargó.
No puedo evitar apretujarlo contra mi cuerpo, aun cuando se queja. Harry Daniel es demasiado hermoso, por un momento estoy deseando que no crezca, lo mismo me pasa con Halle incluso con Adam.
Bailo una canción completa con mi sobrino antes de dejarlo sobre el suelo y verlo corretear hacia los padres de Kaethennis, sonrío y con mi mirada busco a Katherine, por un momento casi ni la veo, parece que está escondiéndose tras una gran planta.
Ella no me ve venir, por eso, cuando estoy detrás de ella la sobresalto diciendo un «bu»; no puedo evitar reír mientras ella entrecierra sus ojos hacia mí, intentando mirarme amenazadoramente, pero Katherine es más propensa a proyectar la imagen de dulzura.
—¡Eso no se hace Hilary!
—¿Quieres explicarme por qué te escondes como una rata? —cuestiono cruzándome de brazos.
—No me escondo como una rata, solo estoy… Solo estoy resguardándome de la vista.
—Claro…, te conozco, Katherine Lanesse.
—Solo tengo miedo de enfrentar a Ashton.
Ladeo mi cabeza de un lado a otro, mientras finjo reflexionar. Katherine no me cree cuando le digo que aún puede solucionar las cosas con Ashton, la mujer se empeña en decir que no es cierto y que no tiene solución, creo que su miedo va más hacia el hecho de tener que enfrentarlo, parece avergonzada.
—Katherine hace mucho tiempo le comentaste a Ashton de esta boda, de que querías que te acompañara y el hecho de que aún a pesar de todo lo que sucedió él haya venido debe significar algo, no seas una cobarde y ve a hablar con él. Él no vino a hablar con Doug, estoy muy segura que por una razón vino y tiene que ver contigo.
—¿Eso crees? Algo muy parecido me ha dicho Kae…
—Y ya sabes que ella es muy lista, así que ve ahora mismo hacia él, no me obligues a darte un empujón.
Katherine realmente respira hondo mientras ve a Ashton hablar con Doug, ella parece un cachorro pateado, ruedo mis ojos y, efectivamente, le doy un fuerte empujón, creo escucharla maldecirme, pero ha captado la atención de un Ashton que la observa con detenimiento.
Katherine se voltea y me da una mirada que pretende ser intimidadora, le guiño un ojo y la veo caminar hacia Ashton, espero y puedan hablar.
—¿Qué estás haciendo? —preguntan a mi espalda y me sobresalto, encontrándome a Ethan con una gran sonrisa.
—No me asustes de ese modo.
—¿Por qué? ¿Estabas haciendo algo malo? —me cuestiona con diversión.
—Por supuesto que no.
—De acuerdo, voy a creerte —da un trago de su bebida—. ¿Estás escondiéndote o algo así?
—Estás muy curioso hoy, Ethan.
—Solo pareces misteriosa hoy, cariño, cuidado si te metes en problemas.
—Soy una niña buena…
—¿Ha sido la niña buena la que ha enviado a Katherine hacia Ashton? —la voz baja y masculina de Doug me sobresalta, me doy la vuelta y él me observa con una de sus cejas enarcadas.
—¡No me acorralen! ¡Yo no he hecho nada!
—Claro, apuesto a que no —es lo que dice Doug riendo por lo bajo, él da un vistazo rápido a mi apariencia antes de guiñarme un ojo y luego ver hacia atrás de él—, bueno, está bien, esos dos necesitan hablar, ciertamente Ashton desde que pasó lo que sea que haya pasado entre ellos está siendo un dolor de culo, parece un cachorro vagabundo.
—Es porque está enamorado —lo defiendo, Doug gira sus ojos en señal de fastidio.
—O idiotizado… —espeta Ethan dando un último trago de su bebida—, la prima de Hottie me está incomodando, no deja de mirarme, parece hambrienta. No pienso tocarla.
No puedo evitar reír, Ethan a pesar de ser un grandísimo adorador de mujeres, tiene sus principios y gustos, no le van las desesperadas y locas, y esa es justo la manera en la que luce la prima de Kae.
—Pues saca a bailar a Bridget para que ella deje de violarte con los ojos —recomiendo.
—Buena idea, Hil —dice, guiñándome un ojo.
Con una sonrisa veo como Ethan se dirige hacia la hermosa novia, es una suerte que cuando llegué me encontré con los novios, de manera que pude felicitarlos. Me doy la vuelta y Doug está observándome con una pequeña sonrisa.
No te vuelvas gelatina, Hilary. Y no resultes obvia.
—Creí que no ibas a venir.
—Bueno, al parecer todos estaban pendientes de mi llegada —digo, volteando los ojos hacia la estratosfera—, no iba a venir, pero cambié de planes.
—¿Y tu pareja? Pensé que vendrías con el chico con el que estabas saliendo.
—Cambié de opinión —es lo que digo mientras disimulo mirar hacia un lado.
—¿Te hizo algo Hil? Porque puedo partirle la cara si quieres.
—No hizo nada que no hayan hecho otros…
—Eso suena un poco perturbador, princesa Jefferson.
—Vale, sonó como algo más grande de lo que es.
Doug me estudia con sus ojos azules que parecen muy transparentes, ciertamente parecen agua cristalina de las costas de una isla exótica, son muy azules, claros y profundos.
—¿Quieres que caminemos por el jardín?
—De acuerdo —acepto, obteniendo como respuesta una de las sonrisas que tiene enloquecidas a millones de mujeres en el mundo. No soy la excepción.
El jardín de los Stuart bien podría competir con el de mi madre, es espacioso y todos están dispersos, Doug y yo nos detenemos en un lugar donde tenemos buena vista de todos.
—¿Por qué no luces feliz?
—Soy feliz —le digo viendo hacia mis pies, debería hacer un curso donde la timidez no me invada cuando estoy a solas con Doug.
—Desde luego, ahora no estás ofreciendo tu sonrisa feliz.
—¿Tengo acaso yo una sonrisa feliz?
—Tienes distintas sonrisas y sé identificar alguna de ellas —me da un empujón amistoso, no puedo evitar sonreír un poco—, ahora dime, ¿cómo es que estás sin cita en esta boda? Lo último que escuché fue a Dexter quejándose de ti saliendo con un enclenque.
—Pasó lo de siempre, Doug, estuvo interesado en mí hasta que estuvo más interesado en mis hermanos —digo, sin despegar la vista de mis pies—, quiero salir con alguien que quiera hablar conmigo de diversas cosas no solo de lo grandiosos que son mis hermanos. Sé que ellos son geniales, los amo con locura y créeme que soy la persona más feliz de ver lo lejos que han llegado, pero, ¿está mal desear ser el centro de atención de un chico?