El juego de la seducción. Martín Rieznik

El juego de la seducción - Martín Rieznik


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por un solo hombre y cien mujeres. Con un poco de dedicación, en un año él podría tener cien hijos, y ésta probablemente sería una buena forma de garantizar la continuación de su linaje y la especie. O, quizá, él elegiría entre esas cien mujeres sólo a algunas de ellas. ¿A cuáles? Pareciera que la mejor estrategia consistiría en seleccionar a las más fértiles, las que tuviesen mejor genética, las más lindas, para procrear con ellas una cantidad razonable de hijos. ¿Podría ese hombre elegir a una sola mujer? Claro que sí, pero estaría arriesgando la continuidad de la especie si, por ejemplo, ella resultara no ser fértil o muriese en el intento de reproducirse.

      En definitiva, podríamos decir que si se apareara con varias mujeres jóvenes, fértiles y sanas (de alto VR, valor de reproducción), él tendría mayores probabilidades de perpetuar sus genes.

      Pensemos ahora el escenario opuesto e imaginemos a una mujer sola en una isla con cien hombres. Ella podría tener, en condiciones favorables, un solo hijo por año (con muchísima suerte, dos o tres). Teniendo en cuenta esa circunstancia, ¿a qué hombre elegiría para procrear?

      Ahora podemos comprender un poco mejor la diferencia entre lo que la mujer pondera en la búsqueda de un compañero sexual y lo que predomina en la elección masculina. La selección natural determinó que los hombres busquen principalmente altos valores de reproducción: mujeres con buena genética, fértiles, lindas, jóvenes, que le garanticen una buena progenie. Los hombres nos sentimos atraídos por este tipo de mujer; es un factor decisivo en nuestras elecciones y, al estar presente en nuestros genes, actúa con una intensidad que usualmente no percibimos de forma consciente.

      En las mujeres, la selección natural ha operado al revés: ellas buscan en los hombres un alto índice de valores de supervivencia y, en un porcentaje mucho menor, ciertos valores de reproducción. Si el hombre tiene una personalidad que transmite alto VS, la mujer se siente atraída. En cambio, la belleza y la juventud ocupan un segundo lugar. Tal como sucede con los hombres, este comportamiento ha sido heredado durante generaciones y posiblemente haya sido incorporado en un plano más inconsciente.

      Expresado en términos de porcentajes, podríamos decir que el hombre busca valores de reproducción (mujeres bonitas) en un 80% y valores de supervivencia en un 20%. En las mujeres, es al revés: ellas buscan principalmente hombres con un alto valor de supervivencia.

      Selección sexual hoy

      La reproducción es un proceso biológico y no parece muy complicado entender en qué consiste un VR elevado. Pero ¿en qué radica el valor de supervivencia actualmente? En la época de las cavernas, quizás se hallaba en la fuerza y la destreza física, la capacidad de cazar y defenderse de otros hombres o animales. Pero hoy en día, a no ser que uno viva en la jungla, la cuestión pasa por otro lado.

      El liderazgo siempre ha sido atractivo porque invariablemente ha aumentado las probabilidades de sobrevivir; podemos suponer que, desde que el ser humano vive en tribus, esto es así. En ese entonces, si se declaraba una guerra o estallaba una epidemia ¿quién tenía más posibilidades de sobrevivir? Seguramente, el jefe o, por lo menos, su familia. El liderazgo siempre ha sido un rasgo de personalidad muy atractivo para las mujeres, porque es una característica determinante en alguien con alto valor de supervivencia.

      La mujer busca hombres con una personalidad atrayente, sólida, determinada: una que transmita altos valores de supervivencia. Por lo tanto, como hombres, para la seducción nuestro as en la manga radica principalmente en la personalidad, aunque es preciso recordar siempre que no se trata de pretender ser quien uno no es, sino de resaltar aquellos rasgos nuestros que muestren un alto valor.

      Cuando se encienden los interruptores de la atracción

      Como ya señalamos, los hombres tendemos a sentirnos atraídos por valores de reproducción y las mujeres por valores de supervivencia. Ahora bien, el VR puede detectarse en milésimas de segundo: con sólo ver la foto de una mujer podemos determinar, sin mucho margen de error, si tiene un alto valor de reproducción y si es bella.

      El VS, en cambio, requiere más datos para poder ser establecido. La foto de un hombre no es un buen indicador. Como observamos previamente, el valor de supervivencia hoy en día se relaciona ante todo con la inteligencia social más que con la fuerza física o la belleza del individuo. Estas habilidades se perciben únicamente al ver interactuar a un individuo.

      Cuando se les pregunta a las mujeres qué les atrae de un hombre, suelen decir casi siempre, en primer lugar: “Que me divierta, que me haga reír”.

       Y ¿qué es el humor sino un rasgo de personalidad? Manifiesta inteligencia social pura, que indica empatía con la gente. Entender qué nos hace reír y qué nos hace llorar es un rasgo de alta inteligencia social. Es por eso que en una interacción, el sentido del humor se convierte en una herramienta muy útil para transmitir valor en poco tiempo.

      En definitiva, los hombres podemos sentirnos atraídos instantáneamente por una mujer, tan sólo viendo una foto (a la mayor parte de nosotros nos sucede eso a diario). En cambio, el mecanismo de atracción en la mujer requiere de un tiempo mayor para ser activado.

      Es crucial entonces saber que, cuando comienza una interacción entre un hombre y una mujer, es muy probable que el dispositivo de atracción de él se dispare antes que el de ella. Una vez activados, los dos son igualmente efectivos, pero cada uno tiene sus tiempos particulares. En el momento de la seducción, parte de la inteligencia social del hombre consiste en saber cómo actuar frente a esta falta de sincronización de los mecanismos de atracción de ambos sexos.

      Los hombres tenemos una gran ventaja. No estamos tan limitados por nuestra belleza física a la hora de seducir; nuestra personalidad puede permitirnos atraer a hermosas mujeres. Jamás debemos descartarnos de antemano porque no creemos ser suficientemente atractivos en el plano físico. Tenemos que recordar que en la selección que realizan las mujeres predomina el valor de supervivencia: tan sólo con desarrollar y exhibir adecuadamente nuestro VS podremos acceder a mujeres con alto valor de reproducción. En otras palabras: si desarrollamos una personalidad atractiva, sin duda atraeremos a hermosas mujeres.

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