El juego de la seducción. Martín Rieznik

El juego de la seducción - Martín Rieznik


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esto no demorará más que unos segundos. Recomendamos colocarse frente a un espejo y ensayar todas estas indicaciones: pararse erguido, sonreír e, incluso, practicar la secuencia, girando la cabeza por encima del hombro para iniciar una interacción.

      Recordemos una vez más que el lenguaje no verbal representa el 80% de nuestra comunicación. Un buen dominio del lenguaje corporal será siempre mucho más efectivo que cualquier expresión enunciada, aunque se trate de la frase más ingeniosa que se nos pueda ocurrir.

      1. Lowndes, Leil (1996), How to make anyone fall in love with you, Chicago, Contemporary Books.

toolbox.tif Lenguaje corporal Algunos consejos para poner en práctica un lenguaje corporal correcto:

      1. Llevar siempre la bebida a la altura de la cintura para que no se transforme en una muralla entre nuestro pecho y el resto del universo.

      2. No delatar con el cuerpo el deseo de terminar en la cama con una mujer en particular. Al estar con amigos o con un grupo de gente, la atención debe dirigirse hacia ellos.

      3. Evitar cruzar los brazos, las piernas y/o mantener posturas incómodas. Demuestran aburrimiento y falta de interés por comunicarse con el entorno.

      4. Al hablar, es importante mirar siempre a los ojos de los interlocutores. Lo mismo vale para cuando se los escucha. La sonrisa siempre ayuda a crear un buen clima.

      5. Ganar centímetros de estatura es fácil si nos paramos bien erguidos y sacamos un poco el pecho, sin exagerar.

      6. Comenzar siempre las conversaciones en grupos nuevos girando la cabeza por encima del hombro e iniciar todas las interacciones con un 10% más de energía que la que tiene el grupo en ese momento.

      7. En un venue, caminar con la mirada en el horizonte, sin buscar contacto visual con mujeres aún desconocidas.

Field Report --> Nacho. El juego. En este FR, Nacho aplica sus estrategias para lograr realizar una transición A1/S3 sólida, en un tiempo limitado, con el fin de closear a su objetivo en apenas seis horas. toolbox.tif

      Desde unos mates en el parque hasta la cama

      «Suelo pensar que mi fuerte es la noche, pero este sábado me pasó algo muy loco… Supuestamente nos juntábamos con los chicos de la banda a la tarde pero me quedé dormido. Me desperté a las seis de la tarde. Entonces llamé a Mike y me dijo:

      –Es súper tarde. ¡Mejor andá a levantar a alguien a la esquina de tu casa!

      Era un chiste, pero lo pensé medio segundo y me dije: “¿Qué puedo perder? ¡Vamos!”. Acá empieza uno de mis mejores juegos.

      Me cambié y salí hacia la plaza. Ya eran las 18:30 hs. Abrí el primer set con un mate… Describo: eran dos mujeres con un nivel de energía muy positivo y parecían divertidas. Una, medio rellenita pero divina, tenía una voz muy sexy y una sonrisa que no se le borraba de la cara. Se había mudado poco antes al barrio, a dos cuadras de la plaza. La otra, la que más me interesaba conocer, era su mejor amiga y vivía más lejos. Con ella conectamos muy rápido. Físicamente era muy linda, con una cola increíble. Más tarde, hablando un poco con ella, me contó que solía trabajar de promotora para poder bancar sus estudios en Comunicación.

      Me aproximé con una frase muy simple. Iba con un libro de Murakami en la mano, como si fuera a la plaza a leer algo y las abrí, por supuesto, girando la cabeza por encima de mi hombro con un:

      –Chicas, me sumo a sus mates, ¿se animan?

      –¡Obvio!

      Apenas dijeron eso, me senté y me relajé completamente, como si estuviera en casa. Le pedí a la vecinita que me sacara una foto con su amiga pasándome un mate, y nos pusimos a hablar de fotografía. Enseguida, mi nueva ceina dijo que tenía que irse un rato a comprar un colchón antes de que cerrara el negocio (ya eran las 19:30 hs.). Como iba a encontrarse con su madre y su amiga promotora estaba divirtiéndose conmigo, me dejó solo con ella y se fue. Entonces aproveché y le dije:

      –Quiero tomar algo, esperemosla en ese café…

      Lo pensó un segundo, le avisó por teléfono a su amiga y allá fuimos. Al rato, volvió la vecina, muy contenta de tener ya su nuevo colchón. Acá pensé que se me terminaba la noche con la promotora, pero entonces su amiga quiso pasar al baño. Nos quedamos solos nuevamente y decidí cerrar con el intercambio de Facebook. Por las dudas, mis últimas palabras fueron:

      –Te escribo un mensaje con una palabra secreta y vos me respondes con la contraseña… Yo te digo “Hola, competidora” y vos contestás “Hola, competidor amoroso”. ¿Dale?

      Llegué muy contento a mi casa. A las 22:20 hs. la vi conectada. Pensé qué haría si se daba la ocasión de volver a verla ese día. Arranqué a chatear por Facebook:

      –¿Llegaste, competidora?

      –Recién, competidor amoroso.

      –¡Cumpliste! ¿Qué hacés?

      –Acá, con mi amiga. Me da poca bola, está con el novio…

      –¿No estás de más ahí?

      –Puede que sí, pero todavía no me incomoda. El chico es muy caballero, no se andan toqueteando, jaja.

      –Yo voy a comprar helado y a ver una peli, ¿te sumás?

      –Mmmm…

      –Bueno... ¡si te cabe el voyeurismo te podés quedar a mirar ahí!

      –¡Jajaja! Mmm, bueno, dale. Película y helado, pero no me puedo quedar hasta muy tarde.

      –Hecho.

      Entonces arreglamos para encontrarnos de nuevo. Compramos helado y fuimos a casa. Vamos a aclarar algo: lo que cuento quizá parezca fácil de hacer, pero no lo fue. Tuve que esforzarme para lograr que ella entrara en confianza en mi departamento. A grandes rasgos, esto es lo que hice para generar confort: entramos y salimos del departamento varias veces con cualquier excusa (tirar la basura, comprar cigarrillos, etcétera). La idea era que no sintiera que estábamos encerrados ahí. Nos pusimos juntos a elegir música. Le pedí que guardara el helado en la heladera y que buscara los cubiertos, como si fuéramos amigos desde mucho antes. Después buscamos una película: El club de la pelea.

      Sacamos el helado y nos sentamos en el sillón frente al televisor. Ella estaba bastante nerviosa, se le notaba; tenía cruzados los brazos y las piernas. Para no hacerla sentir incómoda, no hice nada hasta que no se relajó corporalmente. Esperé a que se descruzara y dejé que fuera ella la que tomara la iniciativa de ir a lo físico. Después de ver la mitad de la película, empezó a imitar a Brad Pitt y a pelearme en el sillón. Arrancamos con los besos y al rato estábamos en la cama.

      Hagamos las cuentas: salí a las 18:30 hs. de casa y el momento cúlmine llegó a las 00:30, es decir ¡6 horas después! Fue increíble. No esperaba nada parecido de una salida a la plaza. ¡Gracias, Mike!»

      Capítulo

      05

      Regla de los tres segundos

      Dietas de placer social y otras delicias

      El que nunca tuvo miedo, no tiene esperanza.

      David Cowder

      La timidez no es un problema: es una declaración de incapacidad. Este rasgo adyacente a la personalidad de cada uno a menudo es utilizado durante años como excusa para no tomar las riendas del destino personal. Aquí haremos un stop para entender las razones biológicas y emocionales de ese desastre.

      Hay personas que,


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