Conexiones de la salud global. Diana Benavides Arias
Interfaz ecosistema-humano-animal: definiciones y contexto *
Diego Soler-Tovar
Diana Benavides-Arias
Los patógenos multihuésped son los causantes de la mayoría de las enfermedades humanas. El 58 % de los organismos patógenos son clasificados como zoonóticos y el 73 % de los patógenos humanos considerados emergentes son, asimismo, zoonóticos; es decir, son agentes causantes de infecciones o enfermedades transmitidas naturalmente entre animales vertebrados y humanos o viceversa (Bose, 2008; Friend, 2006; Greger, 2007; Lloyd-Smith et al., 2009; Paige et al., 2015).
Dentro de los agentes patógenos se encuentran los microparásitos (priones, virus, bacterias, hongos y protozoarios) y los macroparásitos (metazoarios, insectos y artrópodos) (Hudson et al., 2002; Rabozzi et al., 2012), los cuales se pueden reproducir y mover de huéspedes enfermos (o infectados) a nuevos huéspedes susceptibles (Bose, 2008; Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FAO], Organización Mundial de Sanidad Animal [OIE], Organización Mundial de la Salud [OMS], 2010). Los agentes patógenos circulan en las poblaciones animales y humanas; esto puede ser una amenaza para la salud de aquellos y estas. Por ende, los sectores de salud deben tener como responsabilidad su control (FAO, OIE y OMS, 2010; Friend, 2006; Dhama et al., 2013).
Por otro lado, la mayoría de los países o regiones no cuentan con sistemas integrados de control para las enfermedades y sus agentes causales, que articulen los sectores animal, alimentario, humano y ecosistémico. Además, en los sistemas vigentes se tiene un trabajo colaborativo limitado o casi nulo entre sectores (Anderson et al., 2010; FAO, OIE y OMS, 2010; Osofsky et al., 2005; Dhama et al., 2013). Adicionalmente, el manejo de los riesgos asociados a las zoonosis y la respuesta adecuada al posible alto impacto económico, social y en salud de estas enfermedades es complejo; por lo tanto, se requiere la cooperación multisectorial y multiinstitucional (FAO, OIE y OMS, 2010; Rabinowitz et al., 2013).
La evaluación de los componentes e interacciones de las interfaces ecosistema-humano-animal permite prevenir, detectar, controlar, eliminar o manejar los riesgos de las enfermedades de humanos originadas directa o indirectamente de animales domésticos o silvestres (Anderson et al., 2010; FAO, OIE y OMS, 2010; Lloyd-Smith et al., 2009; Osofsky et al., 2005; Asokan, 2015). Este objetivo se puede alcanzar si se fortalecen las estructuras gubernamentales con el fin de establecer sistemas de alerta temprana y desarrollar mecanismos de coordinación y soporte entre países (FAO, OIE y OMS, 2010; Osofsky et al., 2005; Asokan, 2015). Ejemplos de mecanismos de alerta temprana son el Sistema Mundial de Alerta Temprana (Global Early Warning System [GLEWS]), el Marco Global para el Control Progresivo de las Enfermedades Animales Transfronterizas (Global Framework for Progressive Control of Transboundary Animal Diseases [GF-TADs]), el Centro de Gestión de Crisis-Sanidad Animal (Crisis Management Centre-Animal Health [CMC-AH]), el Sistema para la Prevención de Emergencias de las Plagas y Enfermedades Transfronterizas de los Animales y las Plantas (EMPRES), la base de datos del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (World Animal Health Information System and Database [WAHIS]) (FAO, OIE y OMS, 2010; Jebara et al., 2012) y la interfaz de la base de datos del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHID) (OIE, 2016).
Interfaces
El concepto de interfaz no es muy claro en la literatura científica, ya que algunas veces se toma como sinónimo de conexión, interacción, enlace, vínculo, entre otros términos. Incluso puede ser confundido con palabras como interfase, que tiene una aplicación desde el punto de vista físico o forma parte del ciclo celular. De cualquier manera, para este capítulo, la interfaz será definida como la conexión física y funcional entre dos sistemas independientes, y dichos sistemas pueden ser los humanos, los animales (domésticos o silvestres) y el ecosistema. Por su parte, autores como Bengis, Kock y Fischer (2002) lo consideran sinónimo de interfaz la zona de contacto.
Transiciones epidemiológicas
El entendimiento de las interfaces ecosistema-humano-animal debe ser abordado a través del concepto transiciones epidemiológicas. Según Greger (2007), estas consisten en los cambios importantes a través de la evolución humana desde hace seis millones de años y en el efecto de esos cambios en las enfermedades humanas. Esta transición se puede dar por fenómenos como los orígenes domésticos, al igual que por medio de la complacencia y las enfermedades infecciosas emergentes (Reinhard et al., 2013).
La transición epidemiológica, mediante los orígenes domésticos, ocurre con el inicio de la agricultura y la tendencia de mantener animales silvestres con fines de domesticación, lo cual genera “enfermedades de la multitud”, debido al crecimiento de localidades fijas de asentamientos humanos. Este hecho incrementó la exposición a sus propios desechos y, por ende, a enfermedades mantenidas por reservorios como los roedores, por la proximidad permanente del hombre con dichos hábitats (Bose, 2008; Burdon y Thrall, 2008; Friend, 2006; Greger, 2007; Osofsky et al., 2005, Barrett, Charles y Temte, 2015). Ejemplos de esta transición son la expansión, por medio de mosquitos antropofílicos, de Plasmodium falciparum virulento en África; también se da por la domesticación del gato y la transmisión oral eficiente, con la expansión de Toxoplasma gondii (Greger, 2007).
La complacencia comienza hace más de un siglo en los países o regiones que mejoraron su nutrición, las medidas de salud pública y las intervenciones médicas. Esto condujo a la declinación de enfermedades infecciosas; se consideró que la batalla contra los microorganismos se había ganado (gracias a la erradicación de la viruela, el desarrollo de vacunas y la disponibilidad de antibióticos), aunque realmente se estaba generando una nueva era de organismos patógenos (Greger, 2007; Barrett, Charles y Temte, 2015).
Por último, las enfermedades infecciosas emergentes se iniciaron en los años ochenta del siglo XX. Consisten en la aparición de enfermedades infecciosas emergentes (o reemergentes), con características de expansión intercontinental y con la posibilidad de tratarse de virus u otros patógenos que no son específicos, sino interespecíficos. Ejemplo de esta transición es el virus del Ébola (Greger, 2007; Lloyd-Smith et al., 2009; Asokan, 2015).
Impacto antropogénico, alteración de las interfaces y enfermedades
La presencia y el efecto de los humanos sobre su entorno ha alterado las interfaces ecosistema-humano-animal, lo cual ha perturbado la dinámica de las enfermedades (Burdon y Thrall, 2008; Bose, 2008; Friend, 2006; Greger, 2007; Osofsky et al., 2005; Woldehanna y Zimicki, 2015). Dentro de los factores de riesgo primarios para la emergencia y diseminación de enfermedades, se incluyen el incremento en la demanda de la proteína animal, ligada a la intensificación agropecuaria; el transporte a través de largas distancias de animales vivos; el consumo de carne de animales silvestres, y la destrucción del hábitat (Burdon y Thrall, 2008; Friend, 2006; Greger, 2007; Lloyd-Smith et al., 2009; Woldehanna y Zimicki, 2015). En la tabla 1 se enuncian algunas de las enfermedades que han tenido cambios en su patogenicidad o distribución geográfica por alteraciones en la dinámica ecológica de sus agentes causales.
TABLA 1
FACTORES DE RIESGO PRIMARIOS Y PRÁCTICAS HUMANAS INVOLUCRADAS EN LA EMERGENCIA Y DISEMINACIÓN DE ALGUNAS ENFERMEDADES
Factor de riesgo primario | Prácticas humanas involucradas | Enfermedades o agentes | Año de emergencia o diseminación | Ubicación geográfica | Animales involucrados |
Destrucción de hábitat | Deforestación para agricultura | Virus Nipah | 1998, 2004 | Malasia | Cerdos, zorros voladores (murciélagos) |
Destrucción de hábitat | Deforestación para agricultura | Fiebres hemorrágicas (virus sin nombre, virus Machupo, virus Sabia, virus Guanarito) | 1993, 2003 | Estados Unidos (Nuevo México), Bolivia, Brasil, Venezuela | Roedores, primates, bovinos |
Destrucción de hábitat | Fragmentación de bosques en áreas periurbanas | Enfermedad de Lyme | 1975 | Estados Unidos (Connecticut) | Roedores |
Consumo de animales silvestres | Exposición |