En torno al animal racional. Leopoldo José Prieto López
37 Cf. THOMAE AQUINATIS, In III Sententiarum, dist. 26, q. 1, a. 2, ad 5; Contra Gentiles, lib. III, cap. 124, n. 1; De Veritate, q. 25, a. 2, co.
38 Cf. AURELII AUGUSTINI, Confessionum libri tredicim, I, 1: «Tu excitas, ut laudare te delectet, quia fecisti nos ad te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te».
39 Cf. PÍNDARO, Nemea 11, 43-48.
40 Cf. THOMAE AQUINATIS, Summa Theologiae, I, q. 58, a. 6, co.
41 Cf. M. HEIDEGGER, Sein und Zeit, GA, II, § 44; íd., «Vom Wesen der Wahrheit», en Wegmarken, o. c., 177-203.
42 U. ECO, «La forza del senso comune», en La Repubblica, 31 dicembre 2000. Traducción propia.
43 Se pueden incluir también las funciones vegetativas (nutrición y crecimiento), pero en la medida en que estas son comunes al animal y al hombre carecen ahora de interés para nosotros.
44 Cf. U. ECO, «La forza del senso comune», o. c.
II
Peter Singer y el Proyecto Gran Simio
Un caso interesante, tanto por la radicalidad de sus planteamientos como por la actualidad que, desde 2006, con la iniciativa parlamentaria presentada en el Congreso de la Diputados, ha venido a tener en España, es Peter Singer. Aunque Singer es un filósofo ético, no un antropólogo, su tratamiento en este libro queda justificado sobradamente. De los dos principios fundamentales en que se asienta todo su pensamiento, uno antropológico (el darwinismo como interpretación materialista del hombre) y el otro ético (una perspectiva ética utilitarista), el más importante sin lugar a dudas es el primero. El utilitarismo, además, suele ser una aplicación a la ética de un naturalismo antropológico subyacente. Y esta es justamente una de las ideas de fondo sobre las que este trabajo desea hacer algunas sugerencias.
El 11 de abril de 2006 se publicaba en el Boletín Oficial de las Cortes Generales que, a propuesta del diputado del partido verde adscrito al grupo parlamentario socialista, Francisco Garrido Peña, el Congreso de los Diputados había admitido a trámite una proposición no de ley que instaba al Gobierno español para que se adhiriera al Proyecto Gran Simio, que pretende ampliar la comunidad de los iguales, incluyendo en ella a los grandes simios.1 La exposición de motivos de esta iniciativa parlamentaria fundaba sus razones en «la cercanía evolutiva y la vecindad genética que compartimos con nuestros parientes los grandes simios y la cruel realidad de nuestro trato con ellos, que está poniendo en peligro su supervivencia».2 El Proyecto Gran Simio, como explica la propuesta parlamentaria, «ha sido impulsado por el pensador Peter Singer y a él se han adherido numerosas personalidades del ámbito científico e instituciones de muy diverso tipo».3 Finalmente, mediante esta iniciativa, «el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a declarar su adhesión al Proyecto Gran Simio y a emprender las acciones necesarias en los foros y organismos internacionales para la protección de los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura, la muerte y extinción».4
Como era de esperar, una iniciativa parlamentaria de tal naturaleza no podía pasar inadvertida. La polémica, incluso fuera del ámbito español, no se hizo esperar. El propio Peter Singer manifestaba un mes después de la iniciativa parlamentaria española su satisfacción por la aceptación a trámite de la propuesta no de ley presentada por el diputado español. En el artículo titulado «El debate de los grandes simios», aparecido en un periódico británico el 27 de mayo de 2006, decía Singer:
En su Historia de la moral europea, publicada en 1869, el historiador y filósofo W. E. H. Lecky escribió: «En un momento dado los afectos benevolentes abarcan solo a la familia y pronto el círculo se amplía primero a una clase, luego a una nación, después a una coalición de naciones, luego a toda la humanidad y, finalmente, su influencia se siente en el trato del hombre con el mundo animal». La expansión del círculo moral puede estar a punto de dar un importante paso adelante. Francisco Garrido, especialista en bioética y miembro del parlamento español, ha presentado una moción exhortando al Gobierno a «declarar su adhesión al Proyecto Gran Simio y a tomar todas las medidas necesarias en los foros y organizaciones internacionales para garantizar la protección de los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura, la muerte y la extinción». La resolución no tendría fuerza de ley, pero su aprobación supondría que por primera vez un cuerpo legislativo nacional reconoce el estatus especial de los grandes simios y la necesidad de protegerlos no solo de la extinción, sino también de los abusos individuales.5
1. LA PERSONALIDAD INTELECTUAL DE PETER SINGER
Peter Singer es un filósofo moral. Nacido en 1946 en Australia de padres hebreos originarios de Austria. Cursó estudios de historia, filosofía y derecho en la Universidad Monash de Melbourne. Continuó sus estudios de Filosofía en Oxford, donde recibió el influjo decisivo de Richard Mervyn Hare (1919-2002), por medio del cual se inició en la lectura de los clásicos de la tradición anglosajona de la filosofía moral, particularmente en el utilitarismo de Jeremy Bentham y de John Stuart Mill. Durante su estancia en Oxford participó en el movimiento contra la guerra del Vietnam, que inspiró su primer libro, Democracia y desobediencia (1973). También en Inglaterra tuvo conocimiento de los laboratorios de experimentación con animales y de las granjas industriales, a los que, una vez convertido a la causa animalista, se ha opuesto tenazmente.
Un papel relevante en la personalidad intelectual de Peter Singer lo ha desempeñado su actividad académica. Singer es un profesor universitario cosmopolita. Durante el curso académico 1973-1974 fue profesor visitante del Departamento de Filosofía de la Universidad de Nueva York. Posteriormente lo ha sido de otras universidades, como las de Washington, Vancouver, Boulder, Irving y Roma. Ha ocupado la cátedra de Filosofía Moral en la Universidad Monash. Ha sido también nombrado director del Centro de Bioética Humana y codirector del Instituto de Ética y Política Pública, instituciones anejas a la Monash University. Además, ha sido coeditor, junto con Helga Kuhse, del Journal of Bioethics. Desde 1999 ocupa la cátedra Ira W. DeCamp de Bioética, adscrita al Center of Human Values de la Universidad de Princeton, en los Estados Unidos.
No es de extrañar que el magisterio universitario de Singer se haya visto siempre salpicado de innumerables polémicas. Dada la radical y provocativa personalidad del autor, activo sostenedor del aborto, infanticidio y eutanasia, era inevitable que su nombramiento como titular de la cátedra Ira W. DeCamp de Bioética desatara las protestas de los grupos provida norteamericanos. Incluso el acaudalado filántropo estadounidense Steve Forbes llegó a amenazar con la retirada de sus cuantiosos donativos a la Universidad de Princeton en el caso de que se hiciera efectivo el ingreso de Singer en el claustro de la universidad. A pesar de todo, la universidad no cambió de criterio y ratificó el nombramiento. Desde 1999, Peter Singer ocupa su cátedra en Princeton.
Singer es considerado por algunos de sus más decididos seguidores españoles como la mayor autoridad en el campo de la ética aplicada. Así decía un artículo de prensa española:
Hasta la llegada de Peter Singer a la palestra, gran parte de la ética académica estaba aquejada de un