Por el espejo. A. A. Salvatierra
Fred no era nada del otro mundo, de hecho, era un modelo un poco antiguo.
Kate logró despegar la vista del espacio anteriormente ocupado por el pequeño robot y miró directamente a Carter, su cara mostraba una dosis igual de curiosidad y preocupación, pero algo en la manera en que la miraba que hizo que finalmente Kate saliera del trance y mandara a su cerebro a ponerse en modo profesional.
-Sr. Carter, como ya le mencioné antes, mi nombre es Kate Magnus, soy física y trabajo para el profesor Jonathon Rook, el cual también responde al nombre de John…
Kate siguió contando cómo había llegado a la casa de Carter sin dar muchos detalles acerca de su relación con Rook o del estado de su oficina en Firefly y él la escuchaba con mucha atención, sin querer perder nada. Al terminar su historia ella sacó el cristal del bolsillo de su jean, y con mucha renuencia se lo mostró, indicándole exactamente que había hecho antes de llegar a la habitación a oscuras. A esto, Christopher inmediatamente agarró con delicadeza la mano de Kate que sostenía el objeto, sintiendo como los músculos de la mano de ella se tensaban, él sonrió suavemente y pidió observar el cristal, ella aceptó silenciosamente con un suave movimiento vertical de su cabeza y él continuó con su tarea, observándolo detenidamente, pasó una mano sobre su superficie, rozando levemente la palma de Magnus. Ella sintió como los pelitos de la nuca se alzaban por su toque tan delicado, enviando escalofríos a través de su espina dorsal.
-Miss Magnus -dijo, su voz apenas un susurro-, es importante que responda con toda honestidad. Jonathon Rook ¿Es un hombre en sus 50, pelo castaño, de lentes con ojos marrones, cuerpo en forma para su edad y una actitud un poco, digamos que, difícil?
Los ojos de Kate se agrandaron y apareció un brillo de felicidad en ellos mientras respondía alegremente que sí.
-¿Lo has visto? ¿Vino por el mismo lugar que yo? -preguntó emocionada.
Su felicidad se fue tan rápida como vino al ver la cara de ese hombre, vio el cambio de expresión inmediato en su cara y cuerpo. Su mandíbula se tensó y las fosas nasales de su larga y puntiaguda nariz se abrieron momentáneamente, sus hombros se pusieron rígidos. Todo esto ocurrió en una fracción de segundo, después de la cual la sonrisa amable volvió a su cara y sus hombros volvieron a caer, relajados. Kate pensó que había imaginado esa reacción de no ser por la respiración de Carter, estaba un poco más pesada que antes.
-Tengo que mostrarle algo. Por favor, sígame -dijo mientras se levantaba del sofá, dejando a Kate aún más confundida que antes.
Una tristeza la embargó, de pronto tuvo un mal presentimiento de esto. Y ¿si habían encontrado a John y estaba muerto? O ¿lo habían secuestrado? ¿Tortura? Agitó su cabeza levemente para quitar esos pensamientos de su mente, algunas veces odiaba su capacidad de concebir escenarios. Siempre eran muy realistas y detallados.
Se levantó lentamente, pero se detuvo, sin quitar la mirada del piso preguntó casi en un susurro.
-¿Está muerto? -mientras decía esto, Christopher volteó al tiempo que ella levantó la mirada, él pudo ver el miedo en sus ojos y sintió como su corazón se apretaba ante tal vista.
Se sentía culpable pero ahorita no podía explicarle nada o dejarla sola, no en ese estado. Tenía que enseñarle. Se acercó a ella, despacio, con cuidado de no asustarla, tocó su brazo suavemente con su mano y puso su otra mano en la espalda de ella, arriba de su cintura, gentilmente empujándola un poco para que siguiera caminando. Con la voz más dulce que pudo formar le dijo que lo siguiera. Todo iba a estar bien, le aseguró. Ella no le creyó y su corazón se achiquitó al recordar a Rook.
Carter la dirigió a una de las habitaciones del segundo piso, abrió la puerta y la sostuvo para dejar que ella pasara primero, todo estaba oscuro, así que ella se aseguró de quedarse cerca de él. Una vez adentro, él tocó dos veces suavemente el lúminol en su saco ocasionando que las luces del lugar se encendieran.
Esta habitación parecía la extensión de la sala, estantes llenos de libros de portada dura llenaban la mayoría de las paredes, los muebles estaban cubiertos con mantas blancas, todo parecía estar perfectamente limpio.
Christopher se dirigió a uno de los muebles cubiertos, al final de la habitación y con un rápido y suave movimiento removió la tela para revelar una mesa escritorio con patas torneadas de madera de pino decorada con dos cajones y con un secreter. Carter abrió uno de los cajones y sacó un marco con una fotografía dentro. Se dirigió otra vez donde estaba Magnus, con la fotografía contra su abdomen, de manera que ella no pudiese verla. Su mirada era seria y le costaba no derretirse frente a los ojos llenos de tristeza de la mujer a su lado. Pero él había hecho una promesa y tenía que hacer esto bien, aun si eso significara hacerla sufrir un poco más.
-Por favor, pronto le explicaré todo. Necesitaremos sentarnos, acompáñeme.
Llegaron otra vez a la sala, todo estaba igual a excepción de la mesa de café, al parecer Fred había dejado un servicio de té al no encontrarnos, incluyendo pequeños sándwiches de pepinillo. Se sentaron en la misma posición que antes y ella espero pacientemente a que él empezara a hablar. No podía asegurarlo, pero la calma que tenía en sus ojos había desaparecido después de que supo que hablaban del mismo John y algo parecido a dolor había cruzado sus facciones cuando vio ese marco.
Carter agarró una de las tazas de té, la llenó y se la dio a Magnus. Ella no era fan de esa bebida, pero necesitaba algo que le calmara los nervios, aunque un café no estaría mal. Esperó a que él sirviera su taza y tomara un sorbo, dejando el té de nuevo sobre la mesita, ella optó por dejarlo sobre su regazo. Él comenzó a hablar.
-No, Jonathon Rook no está muerto, hasta donde sé -vio como Magnus relajaba sus facciones mientras que la tristeza se iba de sus ojos, algo que tranquilizó un poco más a Carter-. Sé que esto va a ser muy difícil de comprender, no sé en qué área se especialice usted así que comenzaré por lo obvio. ¿Sabe que son los universos paralelos?
Terra
Kate Magnus estaba segura de que estaba en una especie de sueño o broma pesada. Si éste era otro de los intentos de Rook para estudiar su personalidad, podría considerarse hombre muerto.
Ella probablemente había estado mirando a Carter mucho tiempo, ya que él empezó a mirarla un poco preocupado, como si algo que hubiese dicho la hubiese ofendido o tal vez molestado y no sabía qué hacer consigo mismo. Ella decidió averiguar qué pasaba realmente, pero, para eso, tendría que seguir su juego.
-Sí, mi especialización es la astrofísica. Sé perfectamente que son los universos paralelos -su tono era suave y dijo todo con precaución, observando cada detalle en los movimientos de Carter. Algo que ella tenía, y se sentía muy orgullosa de ello, era una habilidad innata para captar las mentiras en las expresiones de las personas.
-Si no le importa, ¿Podría explicarme? -al ver la reacción de incredulidad de Magnus, decidió explicar su razonamiento-. Solo quiero asegurarme de que poseamos la misma terminología, he notado cambios muy notables de nuestras realidades -ofreciendo una leve sonrisa, señaló la vestimenta de Magnus.
Ella miró su ropa: pantalones vaqueros de corte alto, azul oscuro y tobillo ancho. Una blusa de acetato, dando la apariencia de la suavidad de la seda, verde oliva, y para complementar, una chaqueta de cuero marrón oscura. Un atuendo típico, hasta que miraba como estaba vestido él. Junto con la decoración y su vestimenta parecía algo sacado de una novela histórica de la época victoriana. Rook había ido a medidas extremas esta vez, de eso ella estaba segura. Con un suspiro audible intentó ordenar sus pensamientos e ideas antes de responder.
-Bueno, imagina un camino con una bifurcación, una vía te lleva a un pueblo y otra a una ciudad. El momento que tienes que tomar una decisión es el momento donde, según la teoría de quantum, se crea una situación distinta, lo cual es reflejado en un universo paralelo. Básicamente son una cantidad infinita de universos creados con todas las posibles decisiones realizadas -explicó.
-Exacto, me alegra que estemos en la misma página -respondió sonriendo amablemente.
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