Derechos ambientales en perspectiva de integralidad : concepto y fundamentación de nuevas demandas y resistencias actuales hacia el estado ambiental de derecho . Gregorio Mesa Cuadros
el Sur, un país desarrollado y uno del Tercer Mundo, uno multiétnico y megadiverso, y otro más Estado-nación y una naturaleza más homogeneizada. Varias de estas razones también están relacionadas con el tratamiento y la referencia a estos dos países en otras partes de este trabajo.
Los anteriores enunciados son, en parte, el origen de este trabajo, que es también el resultado de un proceso que surge de otras diversas inquietudes sobre qué está sucediendo hoy en el mundo; en particular, ¿qué hay, qué pasa y qué pasará con los derechos ambientales? Tal proceso habría que empezar a responder desde el por qué, dónde, cuándo, quiénes y para qué del derecho y los “derechos ambientales” en un Estado de derecho y en la actual sociedad económicamente globalizada.
En el ¿por qué?, las palabras hambre, destrucción, depredación, deterioro, explotación, devastación, exterminio, pillaje, saqueo, despojo, injusticia, son una contradicción a los términos desarrollo, libre mercado, industrialización, progreso, nuevas tecnologías, capital, derechos. A la pregunta del por qué, este juego de palabras se puede convertir en una expresiva frase: “Los problemas de la sociedad contemporánea se deben esencialmente a la cada vez más creciente crisis ambiental y crisis civilizatoria, fruto a su vez del déficit político, democrático y de derechos, de una sociedad que tiene como estrategia de supervivencia actuar bajo un único modelo de desarrollo, el del capitalismo industrial y financiero, depredador, contaminador e injusto”, que requiere ser limitado aquí y ahora.
En ¿dónde? Casi siempre en los países del Sur, pero últimamente también en los Estados del Norte; se ha venido afirmando que los problemas ambientales tienen un carácter global, que todo cuanto se haga, más temprano que tarde afectará a “todo” el globo. Pero esta verdad de los principios ambientales, afirmados por los efectos globales acumulados de las últimas décadas, no excluye que los principales afectados por tales problemas sean los habitantes de las regiones empobrecidas del planeta, particularmente porque no tienen cómo ni con qué defenderse de tales agresiones, no poseen “escudos anti-depredación de sus recursos y cultivos”, “no pueden darse el lujo de comprar máscaras anticontaminación” o “emigrar una semana al mes” a confines del mundo menos contaminados para desinfectarse temporalmente de las consecuencias del modelo de desarrollo. Los conflictos y problemas ambientales globales originados principalmente en los países industrializados afectan a todo el mundo, pero paradójicamente sus efectos se sienten con mayor rigor entre los empobrecidos del planeta, el mejor ejemplo de ello son los cambios climáticos de origen antrópico, agenciados por la nueva era del capitaloceno3.
¿Quiénes? También se ha dicho mucho del papel de los ilustrados modernos y “posmodernos” como la “vanguardia” que asume el compromiso para cambiar el “estado” de cosas, pero casi siempre se olvida que son los pueblos, las comunidades y sociedades afectadas y negadas de los derechos, los que permanentemente se han alzado contra las agresiones económicas, políticas, militaristas, “pseudohumanitaristas” y ambientales. Por supuesto que en esta tarea estas sociedades han estado acompañadas por otros sectores y grupos organizados, que como en el caso de los derechos colectivos y ambientales, lo han sido los grupos y movimientos ecologistas y ambientalistas, quienes en las tres últimas décadas y media vienen trabajando en defensa del ambiente y de los más desfavorecidos, y que en los últimos diez años, en un hecho sin precedentes en la historia de las luchas sociales, han conformado el movimiento por una globalización alternativa, ampliamente criticado por la doctrina neoliberal, a quienes se acusa de sediciosos radicales opuestos a “todo”. Por supuesto, este “movimiento de movimientos” no dejará de ser el símbolo de la lucha contra el “todo”, que significa la globalización económica del único orden capitalista realmente existente.
¿Cuándo? Existe una opinión medianamente generalizada que afirma que sólo cuando se tiene tiempo y dinero suficiente para resolver las necesidades básicas, dispondremos de tiempo para pensar en problemas ambientales y en respuestas a tales problemas. Desde el Norte se ha creído que sólo los habitantes de las sociedades ricas se pueden dar el lujo de dedicarse a la defensa del ambiente; por tanto, sólo fue a finales de los años sesenta cuando la sociedad “occidental” del “estado del bienestar” se preocupó por los efectos de los problemas ambientales. Pero se olvida que desde hace mucho tiempo, siempre que un grupo o una sociedad humana ha tratado de imponerse o se impone a otro grupo o sociedad humana, los de abajo se han levantado para defender proactivamente lo que les es propio; un solo ejemplo, en el Sur, desde hace cinco siglos se reivindica el derecho a la supervivencia, y hoy como ayer, se defienden los territorios, la naturaleza, la madre tierra, el ambiente y sus ecosistemas, culturas e identidades. Por otra parte, para justificar las agresiones y el saqueo de las riquezas, el Norte no sólo ha hecho correr ríos de tinta, sino sobre todo, ríos de sangre.
¿Para qué? Son tantos y cada vez más los millones de seres humanos en el mundo que sufren las consecuencias y los efectos de ese modelo, que cada vez con mayor fuerza y número se levantan para reivindicar sus derechos, su dignidad y su identidad. Siguiendo al connotado jurista italiano, los nuevos derechos ambientales también estarían especialmente consagrados para proteger a los más débiles, excluidos y marginados.
Para indicar la manera como esta tesis ha sido desarrollada y está compuesta, quisiéramos empezar por señalar en primer lugar que lo ambiental ha sido uno de los temas sobre los que hemos venido trabajando desde hace más de dos décadas con indígenas, campesinos, afrocolombianos y otras comunidades marginadas en Colombia, compartiendo con ellos sus problemas y sus justas luchas por la reivindicación de sus territorios y sus ecosistemas, sus culturas e identidades. En segundo lugar, esta tesis, que es un paso importante en nuestro ejercicio profesional, no es un trabajo definitivo sino apenas una etapa dentro de un proceso de más largo empeño en la ruta por construir cotidiana y permanentemente acciones y afirmaciones teóricas y prácticas en defensa de la dignidad humana de seres humanos concretos y situados en espacios y tiempos concretos de la historia de las vejaciones humanas. Es un camino que quiere andarse desde perspectivas multidisciplinares, con el riesgo que esto implica, pero con énfasis en lo “ambiental” y lo “jurídico”, camino que se empezó a recorrer hace ya varios años en mi país, al que regresaremos pronto para continuar nuestras tareas en la Universidad y con los pueblos y las comunidades con quienes hemos venido trabajando desde hace varios años, para complementar y profundizar en el análisis de los problemas esbozados en este trabajo, concretarlos en la realidad latinoamericana y seguir avanzando en estas y otras posibles respuestas.
Por último, para la presentación de la tesis hemos realizado una agrupación temática en tres partes, las cuales están íntimamente relacionadas entre sí y presentan una cierta coherencia propia que les permiten “leerse” de manera independiente; además, pensamos que lo que ahora va como segunda parte, podría, si se quiere, leerse de primero. De manera deliberada se ha optado por este tratamiento, a partir de la consideración establecida por una crítica a la “especialización” en el conocimiento de la modernidad, que ha impedido hacer desarrollos de conjunto sobre temas y problemas mutuamente relacionados e interdependientes. Como indicamos, hemos querido presentar los contenidos de esta tesis en tres grandes partes; una primera, que consiste en el desarrollo de una perspectiva dinámica de los derechos humanos, nuevas subjetividades y nuevos derechos que se concretan en los derechos ambientales; la segunda, centrada en las ideas de fundamentación de los derechos, que partiendo de los antecedentes fácticos inscritos en los conflictos y la problemática ambiental global, recurren a las diversas razones en defensa de los derechos desde la ética, el pensamiento, las resistencias y la acción ambiental, y la tercera, que desde una nueva concepción de ciudadanía y democracia ambientales, recoge los elementos de fundamentación anteriores y que se han venido traduciendo en los elementos primordiales de un nuevo estadio en el largo proceso de desarrollo de la forma “Estado” y las ideas de los “derechos”, que en este trabajo denominamos Estado Ambiental de Derecho.
La primera parte es un acercamiento a la historia y al concepto de los derechos humanos, que permite tener un panorama básico de los momentos de los derechos humanos y profundiza en el desarrollo de nuevas subjetividades y nuevos derechos que confrontan la visión clásica liberal de los derechos individuales, defendiendo además la existencia de derechos colectivos