Epistemología y Psicoanálisis Vol. II. Gregorio Klimovsky

Epistemología y Psicoanálisis Vol. II - Gregorio Klimovsky


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Paz: La primera cuestión, ¿eso ocurre o no?

      Gregorio Klimovsky: Sí, sí, sí, por supuesto, estamos de acuerdo.

      Rafael Paz: Eso es un acto reverencial, de tal modo que sería una inducción, en el seno del discurso analítico, de una práctica que viene de otras concepciones, ideológicas, religiosas, donde hay una remisión al fundador en tanto reservorio esencial. Digamos, ¿podrían suprimirse las referencias a Freud y no ocurriría nada en el campo teórico?

      Gregorio Klimovsky: Sí, ya me doy cuenta de lo que usted dice, pero yo distinguiría entre el aspecto lógico de la teoría y la actitud o comportamiento sociológico o lingüístico de los que actúan en el discurso; es decir, yo nunca diría que estar “discurseando” es teoría.

      La teoría es la estructura lógica de los conceptos y de las proposiciones en sus relaciones deductivas, definicionales. Otro asunto es quién la ha formulado, en qué momento, en qué posible situación histórica. Hecha esta distinción, notemos que la teoría es lo que es, está bien o está mal, pero no se puede decir que sea inmadura. Inmadura sería la actitud de seguir utilizando una cosa que está obsoleta, que ya ha sido superada. Eso sí, porque es una acción de carácter sociológico o pragmático.

      Creo entender así el tipo de objeción que aquí se insinúa; entonces, si lo que usted dice es que la conducta lingüística discursiva de los que practican el psicoanálisis es inmadura por la forma en que construyen su discurso, de acuerdo, no tengo nada que decir a ese respecto. Pero la teoría misma, como estructura lógica, me cuesta entender que la pueda clasificar como “inmadura”.

      Rafael Paz: Por ejemplo, cuando se explora —podría traer cantidad de autores— el concepto de transferencia, los distintos teóricos del psicoanálisis van a indagar la génesis del concepto de transferencia en Freud, o sea que no meramente aparece el enunciado atemporal, abstracto, que define, supongamos, transferencia como tal y tal cosa, sino que el procesamiento científico incluye una ida a la experiencia original freudiana y una vuelta. Eso es algo que ocurre. Entonces yo podría seccionar, que creo que es lo que hacen ustedes y decir: bueno, abstraigamos. Existe acá una serie de enunciados que separamos de esta contaminación subjetivista, o como quiera llamarse, o de raíz sociológica. Creo que en ese corte algo se pierde, que es intrínseco al modo de procesamiento teórico del psicoanálisis, tal como ocurre, aquella referencia.

      Eduardo Issaharoff: Sí, hay una hipótesis fuerte ahí.

      Aldo Melillo: Me parece que la discusión ha tomado un sesgo interesante, en el sentido de que quizá sobre el punto que se pretendía discutir, o sea el objeto del psicoanálisis, en general se ha llegado rápidamente a ciertos acuerdos, aunque haya por ahí diferencias en cómo está enunciado, como cuando Rafael Paz decía objeto constitutivo, constituyente, teorías, varias que están circulando o lo que sea, pero que en cambio se ha vuelto muy importante, y hubo muchas alusiones a la adolescencia de psicoanálisis por parte de Issaharoff, y de Rafael Paz de distinta manera, y a la necesidad de introducir el contexto histórico institucional para tratar de dilucidar algo que aparentemente sería un problema mucho más puro de la teoría. Creo que ese es el sesgo interesante y quizás habría que seguirlo un poco más.

      Eduardo Issaharoff: Yo me animaría a seguir un poco más allá en este sentido, en insistir en la diferenciación. Diría con respecto a una disciplina inmadura que, en el caso de crear un término así, lo referiría a una teoría en la cual, cuando uno hace eso de meterse a examinar con una herramienta metodológica el conjunto de hipótesis que se están moviendo en esa teoría y que son manejados por esa comunidad que hace esa práctica de esa disciplina, uno se encontraría con dificultades muy serias, y con algunas hipótesis que son enunciados más o menos claros y se pueden formular y con otros enunciados que uno no encuentra la manera de formularlos. En ese caso me imagino que sí, diría: “eso es una disciplina inmadura”, aunque con muchas reservas, porque eso ocurre en cualquier disciplina, sería una cuestión de grado. Todo esto haciendo un esfuerzo por pensar la disciplina inmadura, ¿no? De todas maneras, me parece que sigo sin ver qué se pierde en la separación, y a mí me interesa especialmente este problema porque es algo acerca de lo que últimamente estoy reflexionando bastante, y tengo la sospecha que la institución psicoanalítica en cierto sentido nació mal, de entrada, como institución, pero no la teoría psicoanalítica. En este sentido me parece útil hacer un diagnóstico, y hacemos dos diagnósticos distintos, creo que no hay una enfermedad de la teoría psicoanalítica.

      Rafael Paz: Yo no hablé de enfermedad.

      Eduardo Issaharoff: No, digo inmadurez. En cierto sentido la voy a tomar como un aspecto que puede dar lugar a cierto tipo de patología, como algo que no madura, hay una detención de la maduración, digamos. En ese sentido lo diría como patología, podría ser una acepción posible, la tomo en ese sentido; pero me parecería muy importante diferenciar justamente la riqueza y madurez, en ciertos aspectos, del tipo de problemas que plantea el psicoanálisis y que tiene un gran interés, no solamente para los que están preocupados por la clínica psicoanalítica, por el funcionamiento de la mente humana, sino que además tiene interés para el conocimiento en general. Freud dice esto muy claramente. En las ciencias naturales el psicoanálisis comparte el método, es una ciencia más, pero agrega algo que es justamente ocuparse de la mente humana y estudiarla como una cosa sobre la cual se puede hacer teoría científica.

      En este sentido me parece que me sigue resultando más conveniente ubicar el problema de la inmadurez dentro de una estructuración de carácter sociológico y vinculada a la institución psicoanalítica. Ahí hay problemas de la práctica, de la formación del analista, de la transmisión de la teoría, de cierto aspecto particular, aparentemente del psicoanálisis en este sentido, de acuerdo, pero creo que no son tan distintos los que se dan en otras disciplinas, y que si nos metiéramos en detalle ahí, podríamos, me parece, dar suficientes ejemplos como para ver que no hay argumentos suficientes como para decir que uno es un caso tan excepcional dentro del conjunto de las ciencias. En cambio, sí pienso que existen graves problemas desde el nacimiento de la institución psicoanalítica. Giro llamativo, ¿no?

      Rafael Paz: Creo que ya se abren tantos problemas que no sería serio tomarlos, porque sería como una cosa de nivelación.

      Gregorio Klimovsky: No, claro, nos obligaría a hacer un seminario para elucidar una serie de aspectos de muchos grandes problemas. Con respecto a lo que decía recién, sin estar de acuerdo con la formulación que hizo Paz, como ya lo hice notar, creo entender de alguna manera la formulación de su posición en este sentido: que como a veces hacen Kuhn y otros estructuralistas de su tipo, se opondría un poquito a la distinción que nosotros proponíamos, por ser un poco sospechosamente platónica en realidad; me parece que lo que él implícitamente está aceptando —no sé si interpreto bien—, es que, después de todo, teoría es un discurso practicado, un tipo peculiar de acción, no es una entelequia lógica que está existiendo en un cielo platónico. Entonces esa actividad, si bien conforma también relaciones lógicas, es la que puede ser una actividad inmadura, a pesar de ser lo único que podría llamarse teoría, porque no hay otra cosa separada de ese discurso práctico. No sé si es esta la idea. Si no, aprovecho para preguntar.

      Rafael Paz: Sí, tiene que ver con el asunto, lo que pasa es que habría que hacer una diferenciación que nos llevaría a otro tema, el lugar del discurso teórico en el seno de un conjunto articulado de prácticas, una de las cuales tiene que ver con la transmisión y otras se enlazan con las preocupaciones corporativas de los que ofician en esa profesión; existe ahí todo un complejo articulado que habría que examinar cuidadosamente. Yo me refería, haciendo una abstracción pasajera, fundamentalmente, a lo dicho por los analistas cuando teorizan, incluso Issaharoff hizo su referencia a Freud, para avalar su cientificidad. Ese hecho es constitutivo. Para llevarlo al plano máximo de acuerdo, lo formularía así: contexto de descubrimiento - formulo - protocolo - enunciado protocolar. “Qué interesante es que todos los psicoanalistas, aun los de ideas más originales, nombren mucho a Freud”. O correlativamente: “Qué interesante es que los estudiantes...”


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