Correr con el alma es posible. Ramón Abdala

Correr con el alma es posible - Ramón Abdala


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que el cuerpo enferme. Lo contrario, la actividad física propicia flujos de energía y evita el bloqueo. La energía es movimiento y el movimiento es vida.

      La palabra energía proviene del término griego en que significa dentro y ergon que significa que significa trabajo, actividad, acción. Es decir, la actividad, el trabajo, la acción dentro de uno. El universo es una unidad compuesta por diversas manifestaciones de energía, pues todo lo que existe se encuentra en movimiento perpetuo.

      La energía cósmica mantiene vivo el universo, es responsable de su permanente evolución y movimiento, así como de su armonía. Desde el micro al macro cosmos, todo es energía.

      Es la sustancia esencial que cuenta con las siguientes características: omnipresente: es decir, que existe en todo espacio y tiempo; inagotable: no perece ni se acaba; gratuita y direccional: puede dirigirse a un fin específico como para alcanzar la meta propuesta cuando se tiene un objetivo o se quiere mejorar la salud.

      A esta fuerza sutil los chinos la llaman chi, los vedas prana, los occidentales energía cósmica o fuerza vital. La humanidad vive inmersa en un océano energético no obstante la poca conciencia que se tiene de su presencia. Afortunadamente, desde los albores de la humanidad, esos pocos conscientes, a través de la observación y métodos diversos fueron desarrollando técnicas para captar más energía con el objetivo de lograr mejor capacidad física, salud y armonía. El hombre sano es aquel que ha conseguido un yo en armonía, un yo permanente, integral, capaz de explorar el propio campo de energía con equilibrio y medida, consciente y dispuesto a nutrirse de emociones y pensamientos positivos para vivir una vida en alegría.

      Este conocimiento ancestral se ha ido pasando de generación en generación, de maestros a discípulos. Dentro de la tradición hindú, a estos vórtices o centros energéticos se los conoce con el término chakra, que en lengua sánscrita quiere decir rueda en movimiento.

      Los centros energéticos son siete y están alineados a lo largo de la columna vertebral de la cabeza al perineo. En los seres humanos son puntos específicos y bien localizados que funcionan como verdaderos receptores y transmisores de energía cósmica. Trabajan como si fueran torbellinos o vórtices girando a gran velocidad y permiten de ese modo que exista un intercambio de energía entre el ser humano y el universo. A más velocidad en el giro, más energía se involucra y se mejora la salud y el rendimiento físico. Cada centro es responsable del buen funcionamiento de determinados sistemas y órganos que están bajo su control: habrá salud si existe una recarga y flujo adecuado de energía. Por el contrario, la enfermedad aparecerá ante la incapacidad de los centros para absorber y distribuir adecuadamente la energía cósmica.

      Me detuve en este tema de la energía porque ser consciente de ello y direccionarla me permiten tener salud, meditar, correr, siempre conectado con el intercambio de energía cósmica equilibrada. Correr con la columna recta, el mentón recogido es fundamental para que circule y se distribuya correctamente.

      Esta energía sutil en occidente es ignorada porque no la pueden desmontar científicamente, pero existe, es real, se comprueba teniendo buena salud, corriendo, meditando y logrando alegría de vivir, pensamientos positivos y venciendo limitaciones mentales. La mente es el motor que genera los pensamientos que son vibraciones de ondas de energía. Cuando la emitimos positivas, éstas regresan frutos que hemos pensado. El universo es un eco de nuestros pensamientos por la ley de causa efecto: todo fluye y refluye, nada está quieto, es el principio de la polaridad . Es necesario prestar atención a lo que se piensa y se dice o se hace en uno y otro polo: positivo o negativo, porque todo vuelve.

      El común denominador que nos une a los que practicamos ultra deporte extremo, aventuras y desafíos constantes en la vida diaria son los pensamientos positivos. Más importante que nuestra capacidad es esa vocecita interna que dice yo puedo. Todo lo que logramos en la vida es por nuestra forma de pensar y cómo usamos la mente. Cuando cambia nuestra forma de pensar cambia nuestra vida. El ser humano es la única especie viviente que puede elegir cómo pensar: es el libre albedrío. La fuerza de la mente es algo tan importante como la física, por eso tenemos que lograr dirigir la mente para enfocarnos en nuestra vida. Es tan importante el poder del pensamiento positivo, de lograr una actitud mental positiva que nos predispone a pensar sobre personas, situaciones, metas, trabajos, problemas que vamos encontrarnos todos los días de manera positiva.

      Es indicador de cómo es una persona en su interior, las circunstancias no hacen al hombre, simplemente reflejan su interior. Es el poder del pensamiento, es la raíz. La actitud mental positiva o negativa está determinada por nuestras expectativas. Si éstas son potentes ejercen una influencia dominante en nuestra personalidad.

      Fuente de energía: es la fortaleza que surge de un canal de energía en el centro del cuerpo. La meditación es la llave que abre la posibilidad de sustentarla y canalizarla porque la fuente de todo poder está dentro de uno mismo. Encontrar esa fuente de energía y de poder llena de alegría las acciones, canalizarlo es nuestra responsabilidad: la fuente de energía comienza en el cuerpo y se extiende al espíritu.

      También existe energía química esencial compuesta por hormonas, nutrición, alimentos, genéticas. Lo espiritual surge de esas sustancias.

      Podemos concluir en que somos todo energía. Podemos llamarla de muchas maneras: Dios, vida, conciencia, prana. Hacer fluir esa energía por el cuerpo y por la mente permite sentir la vida con fuerza y plenitud, conectado con el universo donde el macro cosmos y el micro cosmos son la misma cosa. Tenemos alma y espíritu y tenemos la posibilidad de encontrarlos a través de lo profundo y universal y al sentirnos plenos podemos disfrutar de la vida. Finalmente debemos estar conscientes que la voluntad de superación es la fuerza interior que tenemos y nos empuja a llevar a cabo lo que nos proponemos. Vale recordar que solo los fuertes de espíritu tienen voluntad, los demás tienen deseos.

      

       Potencial humano

      Su fórmula es P.H = (C.I + C.D) · AP. El potencial humano es dar lo máximo de sí mismo para lograr el éxito. Es igual a la cualidad innata que cada persona tiene desde el nacimiento, el lado genético, más la cualidad desarrollada, la que cada uno ha trabajado durante años. Está influenciada por la habilidad, el talento, el conocimiento. Todos están bajo nuestro control: la actitud personal, la actitud mental positiva, la forma en que enfrentamos nuestra vida, la predisposición de pensar con optimismo, todo conforma la energía mental emocional que invertimos.

      La cualidad innata más la desarrollada nos acerca al éxito que está bajo nuestro control.

      El pensador chino Confucio, cuya doctrina se llama confucionismo afirmaba: tu voluntad de ganar, tu deseo de tener éxito, tus ganas de llegar al máximo potencial, es la llave que te abrirán las puertas a tu máxima realización.

      La clave está, según esta filosofía, en la actitud personal. Esa actitud es el factor multiplicador de las cualidades propias. La actitud mental positiva se puede desarrollar tanto como se quiere. Una forma es repetir como un mantra: T.P. es decir, tú puedes, todo pasa: el cansancio pasa, el dolor pasa, todo pasa y solo queda la satisfacción del logro.

       Correr con el chi es posible

      Vuelvo a mi propia experiencia. En la búsqueda de encontrar la plenitud, a los 35 años empecé mis prácticas de thai chi. Comprendí la esencia de esa cultura china milenaria transmitida por Lao Tse en su libro sagrado Tao te ching. El taoísmo es una doctrina iniciática que implica la realización del orden metafísico del yin yang que constituye una explicación de la dinámica del mundo en las fuerzas opuestas de atracción y repulsión. Son principios polares complementarios y el desequilibrio entre ellos determina la falta de armonía.

      Así el yin yang está determinado por principios metafísicos y, en forma subordinada, por aspecto de la naturaleza del cosmos, de la especie humana, de los animales y las plantas y hasta las cosas que son concebidas como inanimadas porque también llevan las fuerzas del yin y yang. En ella está la dinámica de la vida universal, pero relacionada con su naturaleza metafísica,


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