La enseñanza de la bondad. Mary Beeke

La enseñanza de la bondad - Mary Beeke


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de otro, no tenemos la necesidad de pasar por los dolores de ser bondadosos. Pero si entramos en las emociones de nuestros semejantes, entonces su dolor se vuelve nuestro y solo podemos descansar cuando hemos hecho todo lo que esté en nuestro poder por aliviar ese dolor. Es lo mismo con el gozo. Nuestro gozo es amplificado cuando el gozo de otra persona es incrementado. El éxtasis en esta bondad no puede ser descrita con palabras.

      Hay una diferencia entre compasión y lástima. La compasión es “pesar por los sufrimientos o problemas de otro u otros, acompañado de un impulso por ayudar”.15 La lástima es compasión que “algunas veces [connota] un ligero menosprecio porque el objeto es considerado como débil o inferior”.16Ambas dan como resultado la bondad, pero la compasión es preferible. Si tenemos un aire de condescendencia o superioridad, es ofensivo para la persona con la que estamos siendo benignos, y ella muchas veces lo va a detectar. De la misma manera, cuando tratamos a los demás con dignidad, valorándolos tanto como a nosotros mismos, entonces nuestra misericordia es mucho más genuina y efectiva. “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” (Romanos 12:15).

       Bondad por la bendición y el gozo que da en sí misma

      Mi madre tiene muchos motivos para ser generosa, uno de ellos es por puro gusto. Por ejemplo, cuidaba y daba de comer a la Abuela Jean de noventa y cinco años cada día durante sus últimos años de vida. La sopa caliente, el pan caliente y el cálido amor de la familia, amigos y Dios eran de lo que la Abuela Jean vivía. Mi mamá pasa la mayor parte de sus horas despierta sirviendo a nuestra familia, nuestra Iglesia, nuestra escuela y cualquier esfuerzo de misiones en el que ponga su corazón. Realmente creo que es adicta a servir. La señora Maxine Cage-Meeks ha estado involucrada en su comunidad ya casi cincuenta años como maestra, trabajadora social y voluntaria en varias organizaciones. Nació en la familia de un ejidatario. Como tenían poco dinero, sus padres la enseñaron a limpiar la casa, a enlatar comida y hacer diligencias para ayudar a la gente. Inculcaron en ella un sentido de responsabilidad por ayudar a la gente siempre que pudiera. Ella dijo: “Amo a la gente y por medio de mi trabajo, he descubierto muchos recursos diferentes”.17

      Peter Beintema y Peter Euwema han sido amigos desde niños. Peter E. trabajaba con Martha en la imprenta Grand Rapids Press. Peter E. le presentó a Peter B. a Martha, y más tarde se casaron. Uno de sus cuatro hijos, Matthew, nació con falla renal.Alos casi seis meses de edad, recibió su primer transplante de riñón. Cuando tenía doce años, necesitó uno más. Se les hicieron pruebas a los miembros de la familia y no se encontró un donador apropiado. Peter E. pidió que le hicieran la prueba. Era un donador perfecto. En cada etapa de las pruebas e incluso en el momento de la cirugía le dijeron que todavía podía retractarse. Nunca dudó. En la actualidad Peter E. vive bien con el riñón que le queda, y Matt B. vive bien con el riñón que le donó Peter E.

      Este es el efecto dominó, de una manera u otra. Enfocarnos en nuestras posesiones nos hace querer más. Cuando obtenemos más, abrazamos lo que tenemos con mayor fuerza y seguimos pensando en “mí” y en “más”. Por otro lado, cuando nos enfocamos en otros y en sus necesidades, pensamos: “¿Qué puedo hacer o dar que los pudiera ayudar?”. Cuando damos, las recompensas son la gratitud, la felicidad de otros y una satisfacción profunda que es un producto secundario de la generosidad. Nos hace querer dar de nuevo. “Más bienaventurado es dar que recibir”, enseñó Jesús (Hechos 20:35). Incluso aunque no deberíamos de dar por las recompensas, las recompensas vienen cuando damos. Jesús explica: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38). Si somos miserables con los demás, ellos serán miserables con nosotros. De la misma manera, si somos generosos con los demás, serán liberales con nosotros.

       Bondad a causa la Regla de Oro

      Payson Jones es un supervisor retirado de la compañía telefónica en Richmond, Virginia. Cuando sus hijos eran jóvenes, comenzó a escribir y a ilustrar las historias de Penny Tree. Los personajes de las historias eran animales discapacitados como Grumpsniggy, el oso hormiguero de mal genio; Tink, un conejo con discapacidad intelectual y Mr. Owl, que era un búho que necesitaba lentes. El señor Jones estaba tratando de ayudar a su hija a enfrentar el hecho de que necesitaba usar lentes. También les quería enseñar a sus hijos a “ver a las personas por quienes son y que no se burlaran o menospreciaran a alguien por alguna diferencia”. Sus once libros están siendo publicados y las ganancias irán a la Asociación para el Apoyo de Niños con Cáncer (ASK, por sus siglas en inglés), una organización a la que ofrece voluntariamente su tiempo.18

      La señora Dorothy Irvin pasó treinta y tres años trabajando en las escuelas públicas de Grand Rapids como maestra y trabajadora social. Ella diagnosticaba necesidades especiales en los niños y los colocaba en los ambientes adecuados. Su objetivo era siempre inspirar a los estudiantes a desarrollar su potencial y darles esperanza. Un niño había sufrido quemaduras en un incendio iniciado por su padre. Sentía que era un Don Nadie. La señora Irvin trabajó con él y lo inscribió en un programa de tutelaje. El muchacho creció como un buen ciudadano en la comunidad. La señora Irvin dijo: “Aunque tienen necesidades especiales y desventajas, ellos tienen habilidades. Sus familias quieren lo mismo para ellos que lo que usted y yo queremos para nuestros hijos”.19

      Habiendo terminado apenas su rehabilitación de la adicción al alcohol y las drogas, quebrado y sin empleo, Gary Field necesitaba trabajo. Pero ni siquiera tenía ropa decente que llevar a la entrevista de trabajo. Siete años después de salir de la pobreza trabajando, abrió Career Gear. Esta organización sin fines de lucro está financiada por donativos y les provee de traje y zapatos a ex convictos y a ex adictos para hacerlos presentables al solicitar un trabajo. También brindan reuniones de grupo para enseñarles a presupuestar, encontrar hospedaje y obtener más asesoría. Les hacen examen de la vista, algo de cuidado dental y un corte de cabello. Jeffery Mazard dijo: “Career Gear levantó mi autoestima y mi nivel de seguridad en mí mismo. Cambia tu comportamiento, tu conducta; incluso la manera en que caminas”.20

      “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Mateo 7:12

      Jesús entendió nuestra tendencia a pensar primero en nosotros mismos; así que en una declaración sucinta, dio la clave que lleva a mucha bondad. Simplemente ponte en los zapatos de otra persona y trata a los demás como a ti te gustaría ser tratado. Es necesaria la empatía, así como una comprensión realista de nosotros mismos. Pero Jesús va todavía más allá. Termina la Regla de Oro con: “Porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12). Mateo 22:37-40 explica: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Así que el resumen de nuestra interacción con Dios y los hombres es amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Estos dos mandamientos son respaldados por la creación, por nuestras conciencias, los Diez Mandamientos y los frutos inevitables del evangelio.

       La bondad frente a la adversidad

      En los comentarios finales del juicio, una joven viuda le dijo al asesino de su esposo: “Muchas noches mis hijos se quedan llorando en la cama hasta quedarse dormidos porque extrañan a su papi. Mi bebé nunca va a conocer los amorosos brazos de su padre. Usted me ha hecho todo esto, y aun así amo su alma. Puedo perdonarlo por lo que me ha hecho, PERO mi perdón no es suficiente. Usted necesita buscar el perdón del Señor Jesús”.

      Conozco un pastor del que se dijeron muchas cosas poco amables. Las palabras eran como puñaladas, pero la compasión de Cristo en sus sufrimientos lo dieron aliento y lo levantaron en medio de esos momentos. En los años que siguieron, este hombre tuvo amplias oportunidades para vengarse, de haber escogido ese camino. En lugar de eso, visitó a estas personas en el hospital, los buscó en su dolor en las funerarias, en privado evitó que otros se vengaran o les guardaran rencor, y les dio obsequios. Genuinamente no alberga ninguna animosidad, sino que más bien


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