Padres Fieles. Stuart Scott

Padres Fieles - Stuart Scott


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Con la gracia capacitadora de Dios y para su gloria podemos honrar fielmente a Dios al ejercitarnos en la crianza de los hijos, aún a través de los años de adolescencia. ¡Podemos hacerlo a favor de nuestro Padre perfectamente fiel, sea que en este mismo momento los hijos se están gritando el uno al otro en el asiento trasero del auto, o están pensando que David Pearce mató a Goliat!

      Preguntas para Repasar

      1. ¿Cómo es que la meta de ser fiel difiere de las metas que normalmente tienen los padres?

      2. ¿Cuál cree Ud. que ha sido su meta principal como padre?

      3. ¿Tiene alguna pregunta en cuanto a si es Ud. un hijo de Dios, nacido de nuevo, perdonado de sus pecados y está confiando únicamente en Cristo Jesús como su Señor y Salvador? ¿Cuáles preguntas tiene? (Ver Apéndice A, y/o su director de estudio para recibir ayuda adicional).

      4. ¿Qué contraste haría Ud. entre el ser fiel y el ser perfecto? ¿Qué lugar tiene el crecimiento progresivo (santificación) en la crianza de los hijos?

      5. ¿Cuáles son las dos responsabilidades básicas de los padres?

      6. ¿Cuáles son las dos responsabilidades básicas de los hijos?

      7. ¿De qué manera está Dios usando a sus hijos para santificarlo?

      8. ¿Quién recibe el reconocimiento de cualquier fidelidad que usted manifiesta y por qué?

      LA SALVACIÓN Y

      SANTIFICACIÓN

      DEL NIÑO

      ¿Podrá haber algo más importante para unos padres cristianos que sus hijos sean salvos y vivan para servir al Señor? ¿Puede Dios salvar a niños? ¡Claro que sí! Sin embargo, debido al riesgo de que se hagan falsas profesiones de fe, este capítulo tiene que ver con la presentación del evangelio en su debido contexto para sus hijos y con la manera en que es posible ayudar a los hijos que son salvos a crecer y a madurar como creyentes. Lo más vital que los padres podrán hacer es enseñar las verdades del evangelio. Por lo tanto, comencemos con la presentación del evangelio.

      El Evangelio en Su Contexto

      Es importante recordar que no hay un evangelio para los adultos y otro para los niños. Si Dios está abriendo los ojos de los niños, ellos comprenderán todas las verdades básicas del evangelio. Es por decir así, como un contenido para adultos pero con la fe de un niño. Si bien la versión infantil se presenta a un nivel diferente, para que haya una verdadera conversión, todos los elementos del evangelio deben ser enseñados, comprendidos, y recibidos con un corazón renovado hacia Dios (Ezequiel 36:26–27).

      Los niños deben recibir instrucción a temprana edad en cuanto a Dios y la reverencia que se le debe tener. Deben ser instruidos en cuanto a las doctrinas particulares a la salvación. No es el momento para presionarlos a tomar alguna decisión de confiar en el Señor Jesús para ser salvos. Más bien, la presión debe de estar sobre los padres y los obreros de la iglesia a que sean fieles en presentar el evangelio completo a esta temprana edad. Enseñe diligentemente a los niños acerca de Dios, el hombre, el pecado, la ley, y la salvación “conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3).

      Además de desarrollar su propia relación con Cristo, comience poco a poco y en forma narrativa, a enseñarles a sus hijos pequeñas partes del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Su objetivo es instruirlo en el conocimiento de Dios para que ellos lo teman por reverencia y honra porque “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Prov. 1:7). No olvide leer Las Escrituras. Luego intente responder las preguntas que ellos hacen. Durante la semana refuerce lo que los hijos han aprendido en la iglesia. Sin importar la manera en que escoja hacerlo, lo importante es que tenga un plan sistemático para enseñarles las historias mientras aún son jóvenes (normalmente edad preescolar y kínder), y luego construya sobre las mismas a medida que los hijos van creciendo y son capaces de comprender más. Ana, la hija de Martha, le está enseñando historias bíblicas a sus hijos menores usando un flanelógrafo, lo cual le permite ilustrar las historias de manera colorida. A propósito, también está enseñando inglés a sus dos hijas más pequeñas, que son de Etiopía.

      Otra manera de enseñarles la Palabra de Dios es a través de cantos e himnos. Cualquiera que sea el medio, su entrenamiento debe comenzar con una comprensión básica de quien es Dios.13

      Comprendiendo a Dios

      Niños y adolescentes necesitan comprender que no hay otro como Dios. El es único y es asombroso que nos haya revelado como es él. “A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.” (Deut. 4:35). Él es único en el sentido que él es el único grandioso Dios que consiste de tres personas distintas que habitan en unidad (Gén. 1:26; Juan 10:30; Hechos 5:3–4). La triunidad de Dios, o la Trinidad no es fácil de explicar pero los padres deben estudiar el tema y comenzar a enseñarles a los hijos acerca de este concepto. Ya que no hay ejemplo que pueden tomar de la vida cotidiana para ilustrar adecuadamente la Trinidad, sugerimos para ayudar a sus hijos a entender mejor como es nuestro Dios trino, que usen Mateo 3:16–17. Es uno de los ejemplos más claros en la Biblia donde las tres personas de la Trinidad actúan concertadamente. 14

      Dios también es único porque siempre ha existido en la eternidad pasada antes de crear el sol y la luna y días de veinticuatro horas. Es decir, él ha existido “por todos los siglos” (Judas 25). El profeta Isaías dice que Dios se ha revelado como “‘Aquel que es Alto y Sublime, que habita la eternidad...’ ” (Isa. 57:15, énfasis añadido).

      Dios no es solamente eterno, también es nuestro Creador. Una gran verdad se explica cuando lo niños aprenden que “En el principio creo Dios los cielos y la tierra” (Gén. 1:1). “Él nos hizo . . .” (Salmos 100:3). Él está personalmente involucrado. Ver también Colosenses 1:15–17.

      Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo.” (Isa. 44:24)

      En su ser único, Dios también es desmedidamente santo y justo. Al ser santo quiere decir que es completamente libre de todo pecado y de toda inconstancia en como él es y como obra. A diferencia de nosotros, él es siempre justo. Al ser justo quiere decir que siempre será fiel a sus normas y que debe mantenerse separado del pecado.

      “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” (Deut. 32:4)

      En su mayoría las personas reconocen que Dios es santo, pero pocas personas reconocen su justicia. Las Escrituras dicen que dos personas pudieron ver el trono de Dios. Uno de ellos fue Isaías y el otro fue el apóstol Juan. Ambos dicen haber visto criaturas con seis alas cada una volando alrededor del trono de Dios y Juan registra que decían, “Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios Todopoderoso. . .” (Apoc. 4:8). Ya que Dios es santo, debe castigar el pecado. Por lo tanto él es justo. Pablo predicaba basado en la justicia de Dios:

      “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, [el Señor Jesucristo]; dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:30–31 con explicación añadida)

      Otra pieza del rompecabezas para poder comprender como es Dios es conocer que el es todopoderoso y soberano sobre su creación. Esto nos recuerda aquella canción de niños que dice, “Mi Dios es tan grande (los niños extienden los brazos hacia los lados), tan fuerte (flexionan los músculos), y tan poderoso, no hay nada (menean la cabeza en señal de “no”), que mi Dios no pueda hacer (dos palmas).”15 Dios es todopoderoso y es soberano. “Soberano” quiere decir que él gobierna sobre su creación. Un Salmista escribió, “Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia. Reinó Dios sobre las naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono.” (Salmos 47:7-8) Dios es nuestro Rey Supremo del Cielo.

      ¡Afortunadamente,


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