Padres Fieles. Stuart Scott

Padres Fieles - Stuart Scott


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(Rom. 8:28–29). Ahora, por la gracia capacitadora de Dios, el niño ha de esforzarse para despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo lo cual es ser “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Eph. 4:22–24).18 Al final el proceso de santificación será completada por Dios en el cielo. ¿Qué enseña la Biblia en cuanto a la santificación?

      Vimos en el capítulo 1 que santificación significa “ser apartados para santidad.”19 Esto es igualmente un privilegio como lo es un proceso que Dios comienza el momento que salva una persona y la “une en [unión sobrenatural con] Cristo” (Rom. 6:11, explicación añadida). Este comienzo que es de Dios el inicio de la santificación se llama santificación de posición. Es obra completamente de Dios. Nuestra santificación será una transformación completa cuando Jesús regrese por nosotros o cuando nos lleve a estar con él por medio de nuestra muerte. Entonces seremos sin pecado “sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (Judas 24). Este aspecto de la santificación se llama glorificación. También es obra de Dios.

      Las Escrituras enseñan un tercer aspecto de la santificación, progresiva. Este aspecto difiere de los otros dos siendo obra de Dios y a la vez, responsabilidad del hombre. El nuevo creyente ha de entregarse a Dios y obedecer sus mandamientos. El hombre debe ejercer lo que algunos han denominado santo sudor mientras que a la vez, debe depender del Espíritu Santo para infundir en sus esfuerzos poder para la gloria de Dios. Pablo dijo, “ejercítate para la piedad” (1 Tim. 4:7). Por lo tanto, padres, enseñen de la santificación a sus hijos ya salvos de modo que ellos entiendan tanto la gracia de Dios como su responsabilidad.

      Una de las maneras maravillosas en que Dios desarrolla la imagen de Cristo en un niño que es cristiano, como lo hace con nosotros (esto es, no la perfección pero progreso definitivo), es probándolo. La prueba para un niño podría ser un matón en la escuela, o un examen de álgebra que tendrá que pasar si ha de aprobar la materia. Otras pruebas podrían ser el aprender a vivir en paz con hermanos y hermanas, o tener que sobrellevar la muerte de una mascota muy querida. Por supuesto, aún los niños podrán sufrir pruebas extremas como sería la muerte de un ser querido. Dificultades y pruebas llegan de variados tamaños pero con la ayuda de Dios un niño cristiano puede afrontarlas, desarrollando carácter piadoso. De esta manera el niño glorifica aún más a Dios.

      Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. (Santiago 1:2–4, 12, énfasis añadido)

      Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Rom. 5:1–5, énfasis añadido)

      Todo niño que Dios ha salvado comenzará el peregrinaje para llegar a ser como Cristo. Cada prueba en su vida tomará un significado nuevo porque no tendrá que padecerla en vano. Tiene un buen propósito en su vida y en el plan de Dios. Recordemos lo que José les dijo a sus hermanos después de todas las maldades que ellos le hicieron, “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. . .” (Gen. 50:20). Los propósitos de Dios son para glorificarse a si mismo y el hacernos bien sí se hará realidad a medida que Dios moldee un cristiano, aún un cristiano joven, y le dé la imagen del Señor Jesucristo. Por lo tanto, asegúrese de ayudar a su hijo a entender cómo es que las dificultades y las pruebas forman parte de esta etapa progresiva de su santificación.

      Tome precauciones para evitar la micro-administración de la fe de sus hijos, o esperar que hoy mismo haya santificación completa en sus vidas. No se les puede forzar a crecer, pero se les puede guiar con suavidad. Por ejemplo, a medida que maduran espiritualmente y suman años a su edad, ayúdeles a pensar correctamente acerca de sus decisiones y objetivos y no se limite a exigir de ellos lo que usted sabe que es sabio y piadoso.

      Los niños que profesan fe en Cristo también necesitan ser discipulados y que les enseñen cómo es que el evangelio debe ser aplicado a su vida cotidiana. Algunas cosas claves que enseñarles son:

      • Su posición en Cristo y como se vive esa identidad.20

      • Cómo es que la Palabra de Dios debe influir en sus vidas y maneras sencillas para que adelanten sus devocionales.

      • Oración.

      • Adoración personal/deleite en Dios.

      • Santificación y la Dinámica de “Vestirse”/“Despojarse” (Ver Apéndice B).21

      • La Renovación de la mente (Ver Apéndice D, Llevando Cautivos los Pensamientos)

      • Cómo discernir cuales deseos son idolatría.22

      • Guerra espiritual.23

      • Como compartir su fe.

      • Usando sus dones espirituales y su servicio en la iglesia.

      • Doctrinas bíblicas fundamentales.24

      Parte del proceso de discipulado debe incluir la mayordomía de todas las cosas que Dios ha dado al niño: tiempo, talentos, dinero, bienes materiales, etc. Varones jóvenes que van madurando y se dejan enseñar pueden recibir instrucción acerca de la masculinidad, el liderazgo, y el ejercicio de tomar decisiones con perspectiva bíblica como también, las directrices de Efesios 5:25–33 y Tito 2:6–8 y las características de piedad que encontramos en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Las jovencitas deben recibir discipulado usando las directrices de Tito 2:3–5, Efesios 5:22–24 y 33, y Proverbios 31:10–31. Además de la preparación básica para el matrimonio los jóvenes cristianos en camino de formación deben recibir instrucción acerca del igualmente importante privilegio de servir a Dios siendo una persona soltera.

      A medida que sus hijos den evidencia consecuente de fe y fruto será hora de enseñarles acerca del bautismo. (Mat. 28:19; Rom. 6:3–4), la santa cena (1 Cor. 11:23–30), y membresía en la iglesia (Hechos 2:42). Es necesario que antes de que sus hijos participen de estas cosas, haya entendimiento claro y aceptación respecto a lo que cada uno de estos significa, tal como los debe haber acerca del significado de la salvación. No entre apresuradamente a estos mandamientos tan importantes de Dios para el verdadero creyente.

      Conclusión

      Los niños reciben la instrucción de sus padres en cuanto a muchas cosas que son para su seguridad. Con frecuencia se sacrifican indefinidamente en pro de la educación de sus hijos. La mayoría de ellos morirían por sus hijos si fuera necesario. La tarea de presentar el evangelio claramente y completamente en segmentos pequeños cada vez, es trabajo para un padre, pero no podría haber una tarea más importante. Solamente hay dos cosas en la tierra que duran para siempre: nuestra alma y la Palabra de Dios. Es aquí donde se debe hacer la mayor inversión en la vida de nuestros hijos.

      A medida que usted busca discipular a sus hijos en los caminos del Señor verifique que con frecuencia reitera que el camino cristiano es una relación con un Dios y Salvador asombroso más que con una lista de mandamientos y prohibiciones. Es nuestro anhelo que usted pueda ver a sus hijos con el deseo de aprender y crecer como también, que sus esfuerzos sean correspondidos positivamente. Pero recuerde, al final lo que usted busca es ser fiel al Señor; lo demás le corresponde al niño y en últimas, a Dios.

      “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos… andando por el camino…” (Deut. 6:6–7, énfasis añadido)

      Preguntas de Repaso

      1. ¿Aunque


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