Guia para vender más con videos. Ariel Carlos Fiminela
para YouTube que para Instagram. Cada una de estas plataformas tiene códigos diferentes para transmitir contenidos, distintos lenguajes; incluso, diferencias técnicas. Lo más probable es que un video hecho para una plataforma no pueda ser utilizado –exactamente igual– en otra. Deberás definir en qué plataformas vas a existir.
Veamos el caso de Tik Tok, que ya ha ganado terreno de una manera abrumadora entre los niños y adolescentes. Es un gran ejemplo de cómo una plataforma se impone, eleva su popularidad, y de a poco las marcas migran a ella para conquistar usuarios que ya no están en Instagram –por dar un ejemplo–. Y es importante estar atento a estas “oportunidades” también, ya que el momento para entrar y crecer en una plataforma es justamente en su inicio, cuando se encuentra en pleno crecimiento. Cuando el resto de tus competidores decidan ir, vos ya habrás llegado, habrás entendido el código y estarás mucho mejor posicionado para conectar con tus seguidores.
Por otra parte, según la plataforma –o red social– elegida para difundir nuestro video, tendremos que tomar una serie de decisiones sobre:
+ formato,
+ cantidad de videos,
+ sonido,
+ duración,
+ encuadres,
+ horario de subida.
En síntesis, siempre que hagamos un producto digital, necesitamos conocer muy bien la plataforma que lo contendrá. Es un punto de partida fundamental.
Y aquí viene la pregunta del millón: ¿tengo que generar contenidos para todas las plataformas? No sé si hay recetas generales, pero podrías empezar pensando dónde hay un punto de conjunción entre la red donde se encuentre tu audiencia, cuáles son tus tiempos, posibilidades, ganas, motivación, presupuesto, recursos técnicos y objetivos.
Generalmente creemos que debemos estar en todas las plataformas y vamos subiendo contenido, pero no somos fuertes en ninguna, no focalizamos. Conozco muchas cuentas que funcionan muy bien en Instagram gracias a que sus dueños focalizan ahí su energía para crear buen contenido. Y realmente encuentran un código de comunicación que disfrutan, y el tiempo que le dedican es recompensado por una audiencia fiel y numerosa. Lo mismo en YouTube y en Tik Tok. Estoy seguro de que si quisieran aparecer en todas las redes, estarían diversificando su energía y no conseguirían los mismos resultados.
Claro que podemos generar un contenido audiovisual y “adaptarlo” a todas las plataformas de manera simple con herramientas como el hootsuit o alguna app como Inshot, pero tenemos que tener en cuenta dos cosas: primero que un buen contenido no sólo tiene que ver con adaptarlo de horizontal a vertical, sino adaptar su mensaje, su duración, su dinámica, etc. Y por otro lado, otro punto a analizar es nuestro tiempo. ¿Contamos con el tiempo para generar un contenido y adaptarlo a todas las redes? Son cosas para pensar y definir.
Si estás emprendiendo y tenés recursos más limitados - tiempo por ejemplo -, es muy probable que te funcione mejor focalizarte en una o dos redes para generar un contenido audiovisual con impacto. Si sos una pyme que busca tener presencia en cuatro redes sociales, podrías generar un contenido específico para la red social que más te funcione y hacer adaptaciones a las otras redes para tener presencia, pero seguro vas a necesitar una persona trabajando en la edición y en la correcta adaptación de cada contenido.
En síntesis, esta es la primera decisión a tomar y una de las primeras cosas que tenemos que tener claras. Cuando un cliente nos encarga la producción de un video en la productora, es lo primero que preguntamos; ¿para qué plataforma está dirigido el contenido? Necesitás definir dónde van a emitirse tus videos y conocer muy bien cómo funciona esa red. Avancemos con otro punto muy importante.
Audiencia
Si lo que buscamos es subir contenidos audiovisuales para posicionar nuestros productos, necesitamos conocer al actor principal de nuestra película: el cliente. Lo que tenemos que preguntarnos es dónde está ese “cliente ideal”, esas personas que quieren consumir nuestros productos o servicios..., ¿qué plataformas consumen?, ¿quiénes son?, ¿qué les gusta?, ¿qué lenguaje utilizan?, y tantas otras preguntas, para poder definir exactamente a qué público irá apuntado nuestro contenido.
El cliente ideal es el que va a hacer crecer nuestro negocio, el que va a pagar por nuestro servicio o producto y nos va a recomendar. La creencia de que todo el mundo entero puede ser nuestro cliente y consumir nuestros productos o servicios puede llevarte al fracaso. Por eso mismo, antes de producir nuestras herramientas de venta, necesitamos pensar bien cuál es el público que queremos encontrar.
Tal vez ahora te estés preguntando “¿Este no era un libro para hacer videos y vender?”. ¡Sí, exacto! Y este punto me parece fundamental; ahorraríamos tanto tiempo y dinero conociendo a nuestro cliente ideal..., a esas personas a la cuales realmente les puede interesar nuestro producto. El video, como herramienta de marketing, debe tener esto clarísimo. Como dice el dicho, quien mucho abarca poco aprieta, y realmente en marketing y ventas segmentar a tu audiencia es lo más recomendable y efectivo para dar en el blanco.
Este es un problema que toca muy de cerca generalmente a las pymes o emprendedores, ya que por supuesto que las empresas grandes tienen un equipo de gente trabajando exclusivamente en conocer bien a sus consumidores, pero las empresas con estructuras pequeñas muchas veces no le dedican el tiempo suficiente a definir su público; lo que trae una cantidad significativa de inconvenientes: tu mensaje se vuelve difuso, no sos reconocido por un servicio específico, atraés a clientes que “regatean” tus precios o no valoran tu trabajo, o simplemente no les interesa lo que estás ofreciendo. Si la mayoría de tus clientes “te trae problemas”, puede ser que tengas vos mismo un problema de posicionamiento. Y esto es válido para empresas de productos y servicios.
Tener esto claro no solo te va a beneficiar en la comunicación, sino también –como vamos a ver más adelante– te va a facilitar el trabajo al momento de utilizar las herramientas de promoción que hoy te brindan las plataformas para hacer anuncios.
Llamamos “nuestro cliente ideal” –como se dice en marketing– a aquella persona que tiene un problema (o un deseo), identifica ese problema como tal, quiere solucionarlo, está dispuesto a invertir y puede pagar por esa solución.
Me gustaría que definas o pienses sobre TU cliente ideal –escribo TU con mayúscula, ya que definir este perfil te hará diferente de tu competencia, vas a ir generando un mensaje mejor segmentado y ganarás posicionamiento entre tus seguidores y potenciales clientes–. Sin llegar aún al capítulo de cámaras y encuadres, pienso que si llegás a definir a tu cliente ideal, este libro ya habrá valido la pena.
+ | “La meta del marketing es conocer y entender al cliente tan bien que el producto/servicio se venda solo”. —PETER DRUCKER. |
En los últimos tiempos apareció también una nueva forma de clasificar audiencias. Se trata de una categoría más específica aún que el “cliente ideal”. Tal vez hayas oído hablar del Buyer Persona.
El Buyer Persona es un arquetipo de cliente ideal de un servicio o producto.
Tiene en cuenta datos sociodemográficos concretos e información sobre aspectos como su conducta online, personal, profesional y de la relación con la empresa que ofrece este producto o servicio.
Entonces armar nuestro Buyer Persona, será investigar más aún a nuestro potencial cliente ideal. Ya no es siquiera un nicho, es imaginar un identikit concreto de una persona que puede consumir nuestros productos. Esa persona ficticia representa a la persona que consume nuestro producto o servicio. Empezaremos a preguntarnos cuáles son sus motivaciones, qué objetivos tiene, cuáles son sus necesidades a nivel personal y a nivel profesional, cuáles son sus gustos,