Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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eucalipto, etc. (“olor a vestuario”). Estos productos se vienen utilizando desde hace muchos años (fig. 8.1).

      En forma tópica se puede emplear también la capsaicina (alcaloide natural presente en la guindilla, cayena o el pimiento picante), realizando un suave masaje local tras la sesión principal. Su uso es preferentemente para el alivio del dolor.

      Hoy son numerosas las casas comerciales que fabrican diversos productos que gozan de la aceptación de muchos deportistas, entrenadores y masajistas del deporte por las ventajas que –supuestamente– producen en los diversos momentos del masaje, ya que existen cremas para antes, después de la competición, para el descanso, el dolor, las contracturas, piernas cargadas, cansadas, con agujetas, etc.

      Son de especial interés en climas fríos y cuando se necesite un calentamiento superficial. Si se los aplica durante un lapso prolongado de tiempo, penetran profundamente en la piel originando una gran vasodilatación superficial que puede restar o robar sangre arterial al músculo, lo cual no deja de ser un factor negativo para el calentamiento y posterior rendimiento muscular.

      Figura 8.1. Linimento Sloan

      Anteriormente mencionábamos los aceites aromáticos, tan en boga a partir de los años 1920, introducidos por el químico francés Gattefosse. Se obtienen de diversas plantas naturales con mezclas de sustancias químicas, las cuales suelen poseer alguna propiedad terapéutica. Las esencias (de pétalos de rosa, lavanda, azahar, jazmín, sándalo, incienso, eucalipto, salvia, etc.) se adquieren concentradas (son muy caras) y suelen diluirse en un aceite esencial suave y poco denso (de almendra, de soja, pepita de uva, melocotón o germen de trigo).

      Existen terapeutas e incluso pacientes que dan suma importancia y énfasis al empleo de aceites aromáticos. Nosotros defendemos que el verdadero efecto terapéutico se encuentra en un buen masaje y que estos vehículos nos ofrecen un buen, suave y aromático medio deslizante. En todo caso dejamos una puerta abierta a una técnica natural denominada aromaterapia, que está avanzando a grandes pasos y que tiene muchos adeptos y defensores, pero que no es motivo de este capítulo.

      Por último, las dudas existentes sobre la eficacia real de los productos farmacológicos (cremas, sprays, espumas), que son los denominados AINES tópicos (antinflamatorios no esteroideos, analgésicos y antirreumáticos). Entre estos productos destacan los piroxicanes, ketoprofen, piketoprofen, indometacina, diclofenac, etofenamato, fepradinol, etc.

      El complejo mecanismo que se requiere para una buena absorción percutánea, penetración, difusión o concentración en el foco lesional (con un vehículo excipiente inocuo y farmacológicamente compatible con el principio activo) aún no está totalmente esclarecido.

      Tampoco se conoce bien el proceso de la penetración: ¿Van al foco doloroso? ¿Se difunden por todo el organismo pasando a vía general? El Dr. Jaume Albareda habla de que “los aceleradores de la absorción percutánea funcionan de una forma mal conocida”. También dice “… su mayor defecto puede radicar en el hecho de su poca especificidad para los principios activos”. De hecho, parece ser que la mayoría de estos productos (muchos todavía en fase experimental) se unirían a los fosfolípidos a nivel de las membranas celulares de los tejidos subcutáneos, donde ejercen su actividad analgésica y antinflamatoria.

      En fin, las dudas siguen ahí. De hecho estos preparados farmacológicos (AINES) en su forma tópica suelen poseer cualidades válidas: son buenos deslizantes, refrescantes, no manchan ni engrasan, algunos tienen efectos térmicos y vasodilatadores, y son buenos hidratantes.

      Las contraindicaciones son escasas o nulas, ya que no suelen irritar la piel ni ocasionar problemas de intolerancia, fotosensibilidad, prurito, etc.

       Consejos

       El medio más sencillo, eficaz, cómodo y económico es un buen aceite vegetal, con la única condición de que no tenga un olor desagradable.

       No utilizar ningún producto deslizante para masaje acupuntural y técnicas del tipo Vogler y Cyriax (fricción profunda). Tampoco se debe usar en manipulaciones.

       No son aconsejables los polvos (talco, etc.) por diversas razones como:

       No son tan buenos deslizantes como los aceites.

       Poseen el inconveniente de obstruir los poros de la piel.

       Con el sudor del paciente suelen formar una masa desagradable y difícil de retirar.

       Usarlos sólo en los casos específicos en que no sea soportable el aceite o no se tenga a mano.

       Después de la sesión realizar la limpieza de la sustancia deslizante que no se haya absorbido.

      LA SALA DE MASAJE

      Debe ser una estancia confortable, ordenada, limpia y sin ruidos. Como complemento será necesario que posea una temperatura agradable a fin de facilitar la relajación y eliminación de tensiones. Se aconseja entre 24 y 30 ºC aproximadamente. El ambiente no será muy seco. Lo ideal es un 50% de humedad.

      Una lámpara de rayos infrarrojos, cercanos a la camilla de masaje, puede ser un elemento auxiliar valioso en las ocasiones en que se desee aplicar en forma de termoterapia superficial para calentar la zona a tratar. Secundariamente caldeará el medio ambiente de la sala. No obstante, lo que se impone en un buen centro de rehabilitación o instalación fisioterápica es el aire acondicionado.

      Las paredes podrán tener colgado algún motivo agradable y su color será preferiblemente el verde claro, que como todos sabemos es un color relajante. Se huirá de los colores chillones y motivos excitantes. También hay una tendencia a los colores denominados “calientes” (rojo, naranja) por la sensación de temperatura que provocan. Se podrá cubrir las paredes con un papel o tela de tacto agradable.

      Unido a lo anterior, una melodía suave y relajante creará el ambiente ideal para aumentar la receptividad y combatir la tensión. Hoy está perfectamente establecida la influencia de los sonidos sobre la mente. Determinado tipo de música es un excelente antídoto ante las dificultades y tensiones de la vida, ya que ayuda a armonizar la mente y facilita la relajación.

      Los entusiastas de la musicoterapia confirman que la música facilita que la mente llegue a generar ideas bajo ciertos sonidos o melodías. Una melodía estridente es capaz de generar ideas o actos violentos. Un sonido o melodía suave genera en la mente ideas armónicas y una sensación de calma, e induce a la relajación. Incluso una personalidad muy angustiada puede ceder ante unos sonidos melódicos y suaves. Hoy existen numerosas composiciones de música relajante, especialmente grabadas para las sesiones de masaje y técnicas físicas, espirituales y mentales de yoga. Pero una ligera música ambiental, preferentemente instrumental, suele ser suficiente para crear el ambiente propicio y constituye otro elemento importante para facilitar una sensación de calma, tranquilidad física y adecuada relajación.

      Al principio comentábamos que la sala, gimnasio o box de masaje debe ser una estancia limpia y ordenada. También tendremos en cuenta el olor, que ha de ser agradable, con sensación de frescor (ozono, por ejemplo), dejando para otras salas de masaje los ambientadores y aromatizadores exóticos que evoquen otro tipo de técnicas orientales.

      La iluminación de la sala de masaje debe ser adecuada, no muy intensa, que no moleste la vista del paciente y el terapeuta, pero no hay que adoptar tal pobreza de luz que produzca sensación de angustia. Lo ideal es una iluminación natural por amplios ventanales. Si es artificial, la más adecuada será la fluorescente porque su color se aproxima más a la natural.

      El recogimiento y la intimidad del paciente deben ser siempre respetados


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