Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego
eminencias tenar-hipotenar hasta las yemas de los dedos (fig. 8.13).
6. Presión de ambas manos, separando las palmas y efectuando una cierta fuerza de dedos (fig. 8.14).
7. Entrecruzar los dedos y realizar un estiramiento de ambas manos haciendo una rotación interna (fig. 8.15).
8. Volviendo a la posición anterior, entrecruzar los dedos y pasar los pulgares hacia arriba y debajo de ambas manos (fig. 8.16).
Figura 8.9. Giro lateral
Figura 8.10. Circunducción
Figura 8.11. Rotación
Figura 8.12. Hiperextensión del dedo
Figura 8.13. Hiperextensión de toda la mano
Figura 8.14. Presión de ambas manos
9. Otra variedad del ejercicio del pulgar consiste en abrir la mano y dejar los dedos flexionados. En esta posición, pasar la yema del dedo pulgar por las uñas de los demás dedos, comenzando por el dedo meñique y acabando en el dedo índice. Flexionar el dedo pulgar y volver a empezar el movimiento en la uña del dedo meñique (fig. 8.17).
10. Circunducciones de muñeca (fig. 8.18).
11. Todas las manipulaciones que intervienen en el masaje requieren una total concentración y una no menos sincronización de ambas manos. Para ello, este ejercicio consiste en golpear la palma de una mano con el puño de la otra mano, alternado con rapidez ambas manos. Con ello se irá adquiriendo una gran sincronización física y mental (fig. 8.19).
Figura 8.15. Entrecruzar dedos con rotación interna
Figura 8.16. Entrecruzar dedos con pulgares hacia arriba y abajo
Figura 8.17. Dedos flexionados
12. Pasamos a los ejercicios de muñeca. Estos movimientos van a ser muy útiles para realizar las llamadas “manipulaciones de percusión”, ca-chetes, palmadas, etc. El ejercicio consiste en efectuar con el puño cerrado unos movimientos de circunducción de ambas muñecas, siempre alternadas, hacia la derecha y hacia la izquierda (fig. 8.20).
Figura 8.18a-b. Circunducciones de muñeca
13. Siguiendo con los ejercicios de muñeca y abriendo los puños, iremos efectuando con cierta rapidez flexión y extensión-aducción y abducción de las manos (fig. 8.21).
14. Finalizamos la sesión quirogimnasia con una frotación de ambas manos con cierta energía. De esta manera tendremos las manos y las articulaciones de los dedos preparadas para realizar a plena satisfacción todas las maniobras que requieren un buen QUIROMASAJE (fig. 8.22).
Figura 8.19. Golpear la palma de la mano con el puño de la otra
Figura 8.20. Movimientos de circunducción con el puño cerrado
Figura 8.21. Flexión, extensión-aducción y abducción de las manos
Figura 8.22. Frotación de ambas manos
CONDICIONES PARA QUE UN MASAJE SEA EFICAZ
DRA. Mª JESÚS VÁZQUEZ DOCE
Médico
POR PARTE DEL PACIENTE
• Debe estar relajado para que el tratamiento sea eficaz.
• Debe ser perceptivo, por lo que tiene que tener fe en el tratamiento.
• Debe ser sincero con el terapeuta y comunicarle sus miedos, sus dolores, sus dudas.
• Debe contarnos cuál es realmente su estado de salud.
• Debe tener tiempo. No es bueno llegar “echando la lengua fuera”, ni salir deprisa y corriendo. Así el resultado que obtenemos es mucho peor.
• Debe ser un paciente “paciente”, es decir, debe tener paciencia, porque ningún problema por pequeño que sea se soluciona de un día para otro. Los beneficios del masaje, de cualquier tipo de masaje, se notan con el paso del tiempo, ya que los efectos son acumulativos.
• No debe comer antes de la sesión de masaje.
• Debe abrigarse bien, ya que el masaje eleva la temperatura corporal y es fácil enfriarse después.
• No debe callar lo que no le guste en relación con el masaje, el masajista y el lugar del tratamiento.
• Es conveniente que beba bastante agua después de la sesión de tratamiento.
POR PARTE DEL TERAPEUTA
A la hora de hablar de las condiciones para un buen masaje, hemos de tener en cuenta que el masaje está cambiando de ser un servicio a la salud a ser un servicio accesible al público en general.
Piensa que cada paciente es un individuo que puede elegir a cualquier masajista, pero que te ha elegido a ti por lo que tienes que ofrecer. Por tanto, debes enfocar tus esfuerzos en mantener esa imagen, ya que es ella la que anuncia lo que eres.
Aprende de tus pacientes, sé perceptivo, porque, si algo no les gusta, aunque no te lo digan a ti, se lo dirán a otras personas. Además hemos de tener en cuenta que hay muchas personas con determinadas barreras psicológicas para el masaje, ansiedad ante la desnudez, ante el propio cuerpo, miedo al contacto físico con un desconocido, sensación de derroche por gastar dinero en el bienestar propio, etc. Por todo ello, el masajista debe tener también algo de psicólogo.
Otro punto a tener en cuenta es que el resultado del masaje no depende sólo del trabajo de nuestras manos. Es muy importante conseguir que el paciente se sienta cómodo, seguro, relajado, confiado, por lo que no debemos hacerle daño, ni “rebozarlo” en aceites. No debemos acceder a determinadas