Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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en el borde de la camilla, con una pierna colgando de la misma y la otra apoyada sobre el muslo del quiromasajista (fig. 8.34).

      En ocasiones tenemos que recurrir a grandes cuñas, que colocaremos en la zona abdominal, para reducir la lordosis lumbar y colocar la espalda recta, en posición de descarga, y así poder efectuar un masaje en toda la espalda (fig. 8.35).

      Figura 8.33. Relajación de la pierna

      Figura 8.35. Posición para reducir la lordosis lumbar

      Figura 8.34. Masaje de los gemelos

      POSICIONES DEL QUIROMASAJISTA

      Cuando trabajemos en camilla, ésta se ha de colocar a la altura de las caderas del masajista. Las piernas deben adoptar una ligera flexión de rodillas y procuraremos tener una pierna adelantada a fin de aumentar nuestra base de sustentación. Mantendremos la espalda recta para evitar un exceso de tensión en la zona lumbar. La región cervical debe permanecer relajada. También es muy importante que nuestro cuerpo descanse en la camilla para tener un tercer punto de apoyo, de manera que parte de nuestro peso corporal no se transmita a las extremidades inferiores (fig. 8.36).

      Para realizar una maniobra en que haya que ejercer mucha presión, por ejemplo una presión deslizada, aumentaremos la separación de las piernas y mantendremos la espalda recta, en “buena posición”, con lo cual podremos ejercer más fuerza sin que la zona lumbar se resienta (fig. 8.37).

      Para trabajar el tórax o el abdomen, con el paciente acostado en decúbito supino en la camilla, nos colocaremos a uno de los lados, manteniendo la espalda recta, los trapecios y la musculatura cervical relajada, y trabajaremos con los brazos en ligera flexión de codos (fig. 8.38).

      El masaje cervical también puede ser realizado desde la cabecera de la camilla, pero respetando siempre las normas de seguridad: piernas separadas, rodillas en ligera flexión, espalda recta, musculatura cervical relajada y brazos ligeramente flexionados (fig. 8.39).

      En algunas ocasiones, cuando el cliente sea muy musculoso o bien cuando por sus dimensiones nos resulte incómodo trabajar desde el suelo, podemos subir sobre la camilla y colocarnos a horcajadas sobre el paciente. Si queremos realizar alguna maniobra que requiera mucha fuerza, no nos sentaremos en sus nalgas (fig. 8.40), pero para otras maniobras de quiromasaje lo normal es sentarse sobre los glúteos del cliente, procurando no ejercer excesiva presión sobre ellos.

      Figura 8.36. Posición de la camilla

      Figura 8.37. Posición del masajista en una maniobra que requiere ejercer nuestra presión

      Figura 8.38. Posición del masajista para trabajar el tórax o el abdomen

      Figura 8.39. Posición del terapeuta para el masaje cervical

      Las banquetas de distintas alturas son imprescindibles en toda cabina de quiromasaje, pues tal como se ve en la figura su utilidad es muy variada.

      Una banqueta alta nos puede servir para aplicar un masaje de espalda en casos especiales (cuando estemos cansados).

      En otras ocasiones una banqueta baja nos sirve para apoyar los pies al estar sentados sobre la camilla, para apoyar el miembro superior cuando le aplicamos el quiromasaje.

      Figura 8.40. Posición del terapeuta cuando no le es posible trabajar desde el suelo

      Una banqueta baja es muy útil para ir apoyando de manera alternativa los pies, ya que en esta posición disminuye la lordosis lumbar y hay menor tendencia a padecer lumbalgias.

      También nos sirve para estar sentados al aplicar un masaje en los pies (fig. 8.41).

      Al aplicar un masaje relajante facial nos colocaremos a la cabecera de la camilla, sentados en un taburete regulable en altura. La espalda se mantiene recta, los músculos cervicales relajados y los antebrazos ligeramente apoyados en el borde de la camilla a fin de relajar la tensión que se produce en ellos (fig. 8.42).

      Figura 8.41. Uso de banquetas

      Para hacer movilizaciones o ejercicios de potenciación de la musculatura cervical, el cliente se puede sentar en una banqueta y el quiromasajista se coloca a su espalda, sentado sobre una camilla (fig. 8.43).

      Para realizar un quiromasaje a nivel del deltoides, el cliente puede estar sentado en una banqueta y nosotros en otra. El brazo del cliente descansará sobre nuestro hombro de manera que sea fácil el acceso a la zona a tratar. Durante toda la sesión debemos mantener la espalda recta, los hombros relajados y los brazos en ligera flexión (fig. 8.44).

      Figura 8.42. Posición del terapeuta para un masaje relajante facial

      Figura 8.43. Movilizaciones y ejercicios de potenciación de la musculatura cervical

      Podemos trabajar también en el suelo.

      En este caso se trata de aplicar el quiromasaje en el miembro inferior, concretamente en los gemelos. Para ello podemos colocarnos de rodillas, sentados sobre uno o sobre los dos pies, y colocados de frente o de lado a la pierna que se va a masajear (fig. 8.45).

      O bien con las dos rodillas apoyadas en el suelo y sentados sobre los dos talones. En cualquiera de los dos casos es imprescindible mantener la espalda erguida (fig. 8.46).

      Figura 8.44. Quiromasaje a nivel del deltoides

      Figura 8.45. Quiromasaje en el miembro inferior trabajando en el suelo

      Para realizar la reflexoterapia podal, el cliente permanece acostado en decúbito supino y con los pies sobresaliendo de la camilla. El reflexoterapeuta se coloca a los pies de la camilla, sentado en una banqueta regulable en altura, de manera que los pies del cliente queden aproximadamente a la altura de su pecho (fig. 8.47).

      En otras ocasiones tenemos que aplicar masajes en personas encamadas y para ello buscaremos siempre la posición más favorable para la zona a tratar, teniendo en cuenta que la posición más adecuada para el masajista será siempre la de sentado en la cama o de rodillas (a no ser que la cama sea muy alta, en cuyo caso podrá trabajar como en camilla) (fig. 8.48).

      Por último, si hay que aplicar un masaje con el cliente de pie, situación que se puede dar durante la aplicación del masaje de calentamiento en ciertos deportes, procuraremos no flexionar la espalda y trabajar


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