Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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y de cervicales diarios.

       Estiramientos, especialmente de la musculatura de los miembros superiores, de la posterior de las piernas y del cuello.

       Ejercicios de abdominales.

       Musculación de los miembros superiores.

       Ejercicios de relajación.

      CONCLUSIONES

      Recordar que se debe seguir unas normas básicas de posturología:

       Protección del quiromasajista:

       Columna vertebral.

       Miembros superiores.

       Relajación y confort del cliente:

       Postura cómoda y relajada.

       Ambiente agradable.

       Fácil acceso a las zonas de tratamiento.

       No descuidar normas y consejos:

       Camilla.

       Estancia.

       Ayudas.

      En los siguientes dibujos se intenta plasmar algunas de las posturas que deben ser adoptadas tanto por el cliente como por el quiromasajista para que el masaje sea eficaz y para que el masajista no sufra durante su aplicación. La primera parte hace referencia a la postura del cliente y la segunda, a la del quiromasajista. La variedad de las posturas puede ser infinita dependiendo del tipo de masaje y de las dos personas implicadas. Como mostrar todas sería imposible, en este trabajo solo se ofrecen algunas de las más frecuentes.

      POSICIÓN, CONFORT Y RELAJACIÓN DEL CLIENTE

      Para recibir quiromasaje cervical, nuestro cliente se puede colocar en tres posturas distintas (fig. 8.24):

      A) Ésta es la posición ideal, que se consigue con la utilización de una silla especial y permite la relajación de la musculatura de toda la columna.

      B) Sentado en una silla normal, de respaldo no muy alto, manteniendo la espalda recta y apoyada en el respaldo, podremos realizar perfectamente movilizaciones y estiramientos cervicales, pero no es una posición adecuada para maniobras de masaje.

      C) Si el cliente se sienta en la misma silla, pero al revés, apoyando los brazos en el respaldo, se consigue mayor relajación de la musculatura cervical y lumbar. Esta postura podría servir para un rápido masaje cervical en caso de no poder adoptar otra posición.

      Figura 8.24. Posiciones del cliente para recibir masaje cervical

      Para recibir un masaje cervical y dorsal alto, el cliente se puede sentar en una banqueta, apoyar los antebrazos en una mesa y colocar la frente sobre mantas, cojines, almohadas o cualquier otra cosa blanda. El quiromasajista trabajará desde atrás (fig. 8.25).

      Otra posición para el masaje cervical y dorsal alto es en decúbito prono, con los brazos elevados y las manos a la altura de la frente o debajo de ella. También se pueden mantener los brazos colgando a ambos lados de la camilla. El cliente debe apoyar la frente sobre la camilla, bien en el hueco que para ello suelen tener, o en un apoyo especial, una toalla o en sus propias manos. No debe girar el cuello para ninguno de los lados, ya que ello aumentaría la tensión a nivel de la musculatura cervical (fig. 8.26).

      Figura 8.25. Posición del cliente para recibir un masaje cervical y dorsal alto

      Figura 8.26. Variante de posición para recibir un masaje cervical y dorsal alto

      En ocasiones, para realizar un masaje en una zona corporal que queremos mantener especialmente relajada, colocaremos almohadas, cuñas o rulos para obtener la postura deseada. En este caso, para relajar la parte posterior del deltoides, al paciente que se encuentra en decúbito supino y con el hombro en abducción de 90º le colocamos un cojín debajo del brazo (fig. 8.27).

      Para aplicar el masaje a nivel dorsal bajo y lumbosacro el paciente se coloca en decúbito prono, con los brazos a lo largo del cuerpo o colgando de la camilla. Puede permanecer con la cabeza girada e incluso con una pequeña almohada debajo de ella (fig. 8.28).

      Los pacientes que no se pueden colocar en decúbito prono recibirán el masaje de espalda en decúbito lateral. Como esta postura es muy inestable, debemos estabilizarla manteniendo las caderas y rodillas en ligera flexión, colocando un cojín entre los muslos y otro debajo de la cabeza (fig. 8.29).

       Figura 8.27

      Figura 8.28. Posición del cliente para recibir un masaje a nivel dorsal bajo y lumbosacro

      Para recibir un masaje abdominal o torácico, el paciente se colocará en decúbito supino, con las rodillas y caderas ligeramente flexionadas para relajar los músculos abdominales. Para mantener esta posición, se le coloca una cuña bajo las rodillas y para mayor comodidad se le sitúan almohadas bajo la cabeza (fig. 8.30).

      Cuando se va a realizar el masaje sobre un hombro dolorido el cliente se sentará en una banqueta, con el antebrazo apoyado sobre varios cojines previamente colocados en la camilla, de manera que el hombro quede en abducción, con los músculos relajados. En caso de que el cliente tenga una gran rigidez de la articulación del hombro, el brazo permanecerá pegado al cuerpo y el antebrazo apoyado sobre sus propios muslos (fig. 8.31).

      Figura 8.29. Posición del paciente que no puede colocarse en decúbito prono

      Figura 8.30. Posición del paciente para recibir un masaje abdominal o torácico

      Para tratar los miembros inferiores, el cliente puede permanecer medio sentado en la camilla. Para conseguir la relajación muscular, debe permanecer con la espalda apoyada, bien sea elevando la parte superior de la camilla o mediante la utilización de distintos apoyos y cuñas (fig. 8.32).

      Figura 8.31. Masaje sobre un hombro dolorido

      Figura 8.32. Masaje de los miembros inferiores

      Para obtener una mejor relajación de la pierna, podemos colocar un rulo a nivel del hueco poplíteo, provocando una ligera flexión de la rodilla (fig. 8.33).

      Para


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