Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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y tenovaginitis.

       Tenosinovitis en fase de cronicidad.

       Entesitis (enfermedad de las inserciones).

      Sobre las patologías tendinosas y ligamentosas constatamos indicaciones idénticas a las de las infiltraciones de cortisona.

       Patología muscular:

       Secuelas de elongaciones musculares.

       Síndrome de dolor miofascial.

       Contracturas crónicas.

       Cicatrices fibrosas y retráctiles del músculo.

       Otras patologías: entesitis, fascitis, etc.

      Figura 11.10. Cyriax en el codo (epicóndilo)

      CONTRAINDICACIONES

      En general, procesos inflamatorios agudos:

       Artritis sépticas, postraumáticas, psoriásicas, gotosas, lupus eritematoso, espondiloartritis anquilosante, enfermedad de Reiter.

       Calcificaciones periarticulares o musculares y osificaciones.

       Bursitis.

       Inflamaciones musculares diversas, no traumáticas.

       Compresiones de una raíz nerviosa (ciatalgias, braquialgias).

       Tumores benignos y malignos.

       Debe evitarse realizar presión sobre los nervios y sus emergencias, ganglios infartados, cicatrices frescas y ulceraciones.

       También se evitarán zonas que contengan paquetes vasculares importantes: axila, etc.

       De una manera general, todos los procesos inflamatorios importantes.

       Neuritis y neuralgias.

      Figura 11.11. Cyriax en la inserción deltoidea

      CONCLUSIONES

      El masaje de fricción de Cyriax es una valiosa técnica para las lesiones de los tejidos blandos (músculos, ligamentos, tendones, fascias) al mantener la movilidad de estos tejidos y prevenir la nefasta formación de cicatrices adherentes.

      En la lesión aguda el masaje moviliza la estructura tratada (lesionada), haciéndola más ancha, pero no estirando ni rasgando sus fibras.

      En la lesión crónica el movimiento transverso profundo y la hiperemia que genera alargan las fibras y las realinean. Secundariamente, esta hiperemia favorece el aporte sanguíneo al área lesionada, disminuyendo el dolor probablemente debido a la liberación de sustancias mediatrices: péptidos que liberan en el ser humano compuestos morfínicos endógenos de acción opiácea (proencefalinas).

      Figura 11.12. Cyriax en el supraespinoso

      EL MÉTODO DE BENJAMIN

       GURUDASS S. KHALSA

      El método de Benjamin hace una síntesis de dos visiones terapéuticas aplicadas a la terapia manual: los trabajos del Dr. James Cyriax sobre las lesiones del tejido blando en articulaciones periféricas y los del Dr. Milne Ongley sobre las lesiones ligamentosas en la columna vertebral. La gran contribución del Dr. Benjamin no ha sido sólo el sintetizar estas dos visiones terapéuticas, sino también refinar y poner a disposición del terapeuta manual, de una manera práctica y metódica, un sistema de exploración y tratamiento para dichas lesiones apoyado en 30 años de su propia experiencia como terapeuta manual.

      El Dr. Benjamin tuvo la gran oportunidad de estudiar directamente con el Dr. Cyriax a principios de los años 1970, y entendió desde un principio la necesidad que tiene el terapeuta manual de identificar con seguridad el foco de la lesión, sea éste tendinoso, muscular, ligamentoso o capsular. También comprendió que el gran fallo de muchas escuelas de masaje, de una de las cuales él es fundador y director, es la carencia de métodos de exploración para el terapeuta manual. Éste termina haciendo una especie de “popurrí” de técnicas, todas ellas aplicadas de forma indiscriminada, y casi exclusivamente, en la zona del dolor y no necesariamente en la zona de la lesión. Ello comporta un bajo índice de efectividad consecuencia de una inseguridad por parte del terapeuta manual a la hora de “estar seguro de lo que le pasa al paciente”.

      El Dr. Cyriax proponía un método de exploración basado en las características fisiológicas de las estructuras. Dividió las pruebas en dos tipos: pruebas pasivas y pruebas contrarresistencia. Las primeras ponen a prueba los ligamentos, articulaciones, bursas, o sea, las estructuras pasivas. Las pruebas contrarresistencia ponen a prueba los tendones y los músculos (las estructuras contráctiles).

      En las pruebas pasivas buscamos dos identificadores de lesión: el dolor y la limitación funcional. Estos signos aparecerán cuando una de las estructuras puestas a prueba esté lesionada. Por ejemplo, si hubiese un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla, la prueba de abducción de la rodilla, al estirar el ligamento lesionado, provocará dolor en la cara interna de la rodilla, y en el caso de una artritis traumática del hombro siempre habrá limitación y dolor en la rotación externa pasiva y la abducción del brazo.

      En las pruebas contrarresistencia el indicador de lesión es el dolor. La prueba consiste en una contracción isométrica que ocurre al intentar el paciente mover un miembro contra la resistencia del practicante. Por ejemplo, la tendinitis del músculo supraespinoso del hombro dolerá al realizarse la abducción resistida del húmero. Como podemos ver, este método nos permite distinguir si el origen del dolor viene de una estructura o de otra.

      El Dr. Benjamin ha ampliado el número y los tipos de pruebas que inicialmente propuso Cyriax, al igual que ha dado especial importancia a reconocer los signos menores que son comunes en muchas lesiones complejas y crónicas. Para todo ello el Dr. Benjamin creó un sistema de identificación basado en los que él denomina “indicadores”. Los indicadores son las pruebas, los signos o síntomas característicos de cada lesión y por los cuales es posible identificarla.

      Toda lesión presenta una serie de indicadores que siempre estarán presentes. A estos los llama “indicadores mayores”. Por ejemplo, en una tendinitis del segundo músculo radial del codo (codo de tenista), el indicador mayor es la prueba de extensión resistida de la muñeca, que siempre dolerá. El segundo tipo de indicador lo denomina “indicador auxiliar” y se refiere a las pruebas o los signos que nos permitirán definir con más precisión la lesión que ya hemos identificado con el indicador mayor. Y finalmente tenemos el “indicador menor”, que son los signos o las pruebas que en ocasiones están presentes en la patología, pero no son constantes. Esto nos facilita evitar confusión impidiendo atribuir dicho signo a otra patología inexistente.

      En su método, el Dr. Benjamin también ha ampliado los principios de exploración de Cyriax basándose en los miles de casos que él atendió durante años y en los que vio que las pruebas de Cyriax no siempre permitían identificar lesiones complejas o antiguas. Un ejemplo es el protagonismo que él ha observado en el tendón del músculo subescapular del hombro en las lesiones de esta articulación, y la dificultad que a veces supone identificarlas usando sólo las pruebas básicas de Cyriax. El indicador mayor de la tendinitis


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