Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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decreciente de tobillo a muslo. Paré sigue la clasificación e indicaciones de Galeno, inspirándose también en Avicena y Abulcasis. No obstante, prescribía el masaje más con objetivos higiénicos que terapéuticos. Recomendaba tres maniobras fundamentales: suaves, medias y vigorosas.

      Es sorprendente, no obstante, que en aquella época Bernardino Gómez Miedes (1520-1589), obispo de Albarracín (Teruel), escribiese en un tratado titulado Comemmtariorum de sale libri quattuor, publicado posiblemente en Valencia en el año 1572, ciertas maniobras de automasaje para el tratamiento de diversas afecciones.

      Posteriormente un italiano, Jerónimo Mercurialis (1530-1606), escribe un tratado de medicina sobre la gimnasia y el masaje como excelentes medios terapéuticos.

      En 1598, el Doctor Luis de Mercado, escribió: “Instituciones que su magestad mandó hacer al doctor Mercado, su Médico de Cámara y Protomédico General, para el aprovechamiento y examen de los algebristas. En las cuales se declaran las diferencias que hay de coyunturas, y los modos que puede haber de desconcertarse. Asimismo, como se pueden y deben reducir a su figura y lugar. Y últimamente se trata de los huesos quebrados y de su curación.” (fig. 2.4). En esta obra se habla extensamente de las reducciones de fracturas y luxaciones y otras técnicas manuales como el masaje.

      Figura 2.4. Libro de Luis de Mercado

      En los siglos XVII y XVIII son ya numerosos los médicos que hacen alusión en sus escritos y emplean el masaje como un medio terapéutico más: Kirchberg, Hoffman (1660-1742), Andry, Guthsnuths y Sydenhan, etc. Estos autores ingleses utilizaban la cinesiterapia y el masaje terapéutico.

      Hacia 1780 ya existen diversas publicaciones médicas chinas de base científica, que hacen referencia a los meridianos, la acupuntura y el masaje.

      En 1780 Tissot publica en París un libro titulado Gymnastique medicinale et chirurgicale. En esta obra la fricción con presiones, golpeteo y amasamiento es utilizada de modo reglado según las distintas afecciones. Tissot hace una diferenciación clara entre las diversas modalidades de masaje terapéutico y matiza dosis, intensidad y tiempo de aplicación. Sin embargo, Tissot atribuye su introducción en Francia a Ambroise Paré.

      Curiosamente Tissot nunca utiliza la palabra “masaje” ni llega a desdoblar los efectos del masaje ni del ejercicio físico, aunque dedicó las últimas 26 páginas de su libro al masaje.

      El término “MASAJE” fue utilizado por primera vez por Le Gentil en 1779 para definir y englobar las maniobras manuales que según él realizaban los colonos franceses en la India. Lo definían con el verbo macer o masser (“amasar las carnes con suavidad”).

      La palabra MASAJE no se introdujo definitivamente en la mayoría de las lenguas indoeuropeas hasta el siglo XIX. En un principio se lo denominó: ejercicio pasivo, manipulaciones terapéuticas, mecanoterapia manual, “tripsis”, “frictio”, “snamponing” (Inglaterra, siglo XIX), etc. En el “Journal de Paris” del día 6 de mayo de 1785 un tal Sr. Albert ensalzaba las técnicas de baños medicinales y admitía “L´usage de MASSER”, consistente en “amasar las carnes con suavidad”.

      En el siglo XIX el avance de todas las especialidades de la medicina y cirugía es definitivo. Es la época brillante del masaje, el ejercicio y las curas hidroterá-picas.

      John Shan introduce el masaje en la cirugía, asociado al ejercicio. También se utilizó ya ambos métodos en el tratamiento de la escoliosis.

      De esta forma llegamos a principios del siglo XIX con la figura más destacada y que definitivamente consigue el reconocimiento científico de la cinesiterapia y el masaje, el sueco Per Henrik Ling (1776-1839). Si bien Ling no fue muy prolífico escribiendo sus observaciones y avances, sí lo fueron sus numerosos discípulos. Es conveniente destacar que los trabajos y aportaciones de Ling fueron realizados por éste tras un viaje por China, país en el que conoció y contactó con diversos métodos gimnásticos y el “anma”. Realizó estudios en la Universidad de Upsala y trabajó también en Dinamarca, donde tomó contacto con los sistemas de esgrima, gimnasia y masaje. Para las distintas maniobras utilizó especialmente terminología francesa: “effleurage”, “petrissage”, “tapotement”. Al fallecer en el año 1839 sus métodos de gimnasia y masaje eran conocidos por toda la comunidad médica.

      Hay que recordar que la auténtica mayoría de edad del masaje, como también de la gimnasia científica, no se alcanza hasta ese genial sueco. Per Henrik Ling (1776-1837) fue el fundador del Instituto Gimnástico Central de Estocolmo (1813), en el que desarrolló un sistema científico de gimnasia (“movimiento que cura”) y de masaje. Ling hizo que aún hoy, a principios del siglo XXI, se siga considerando el masaje sueco como la base del masaje científico actual. Los médicos europeos aceptaron y adoptaron de manera francamente rápida sus métodos. Aunque Ling no dejó obra escrita, sus trabajos fueron dados a conocer especialmente por dos de sus discípulos, Liedbeck y A. Georgii, introductor del término “Kinesiterapia” en una obra cuyo título es Los fundamentos generales de la gimnasia, publicada en 1840, y su hijo Hjalkmar. Otros discípulos de Ling fueron M. Le Ron, que difundió sus técnicas en Rusia, Mathias Roth en Londres y los hermanos Charles y George F. Taylor, con su “movimiento curativo sueco”, en Estados Unidos. Otros médicos de Inglaterra, Alemania, Austria y Países Escandinavos siguieron a Ling y difundieron sus métodos en sus países de origen.

      De todos los discípulos de Ling, el que más trabajos escribió sobre ejercicio y masaje fue sin duda Georgii. Otro médico de Estocolmo, Gustavo Zander, (1835-1920) adoptó, modificó y reformó el método de Ling, al aplicar éste utilizando diversos aparatos y sistemas mecánicos impulsados por vapor, electricidad, muelles o incluso por el propio paciente: había nacido la “mecanoterapia” (“zanderismo”) como método terapéutico.

      En España un médico ilustre, Ezequiel Martín de Pedro (1837-1875), fue uno de los primeros facultativos que mostró interés por el masaje. Seguidor de Ling y Estradere, realizó su propia clasificación de las distintas maniobras de masaje, que utilizaba en su práctica clínica.

      Seguidores de Ling fueron los holandeses de Amsterdam: Tilanus y Metzger. Johan Georg Metzger (1838-1909), a finales del siglo XIX, publicó en fran-cés los métodos de Ling aplicados a la medicina. En estos métodos el masaje ya ha adquirido una entidad propia y es de reconocida solvencia. La obra de Johan Georg Metzger, Tratado de las luxaciones del pie por medio del masaje, fue en aquella época un sorprendente éxito, como lo fueron sus técnicas de masaje. Metzger tiene el privilegio de elevar a rango científico y su utilización por médicos una técnica que todavía se consideraba un tratamiento empírico y con cierto carácter esotérico entre la comunidad médica de la época. En la obra de Metzger hay que destacar que considera el masaje como una entidad propia e independiente, mientras que Ling lo consideraba un complemento de la gimnasia. La terminología moderna de las maniobras de masaje se debe precisamente a este médico. Seguidores de Metzger y que emplearon sus métodos fueron figuras destacadas de la medicina y cirugía como los alemanes Lettle, Fletcher, Von Haufe, Mosengeil, Hoffa (1859-1907). Hoffa era partidario de las presiones fuertes pero no dolorosas. Todos sus seguidores adoptaron asimismo la clasificación del masaje en cuatro variedades, que son:

       Fricción suave

       Fricción

       Amasamiento

       Golpeteos

      Esta clasificación se debe a los discípulos de Metzger: Berghmann y Helleda. No obstante, hay que considerar a Metzger como el auténtico pionero y promotor del moderno masaje en Europa, siempre siguiendo los


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