Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego
de salud, pero –y creo que este punto es de la mayor importancia– nunca pueden sustituir un diagnóstico médico correcto, previa exploración y realización de pruebas complementarias. El masaje tampoco puede ser sustituto de un tratamiento médico para el tratamiento de las enfermedades.
• “Se trata de una técnica fisioterápica manual consistente en la aplicación de una serie de movimientos que en el fondo proporcionan un inter-cambio entre emisor (terapeuta) y receptor (paciente) cuyo final es la eliminación de tensiones”.
• Otra que podría ser válida: “Es el lenguaje táctil o lenguaje establecido a través de la piel”.
• En un sentido más fisiológico: “Es una transmisión y una forma de establecer una comunicación o conexión sin palabras, que inducen a la relajación general”.
• Para las escuelas orientales se trata de: “Una transmisión de energía del terapeuta (transmisor) al paciente (receptor)”.
• Rawlins define el masaje como: “La acción de reparar mediante el movimiento la complicada máquina conocida como cuerpo humano”.
• Sidnay Licht, en el prefacio de su libro sobre “Masaje, manipulación y tracción”, se refiere al masaje como: “El masaje es algo más que apoyar las manos o tocar el cuerpo. Se trata de un contacto personal. Todos los masajistas emplean, además de las manos, la voz, el conocimiento del paciente que recibe el tratamiento (lo que a veces se denomina psicología) y un cierto conocimiento de la medicina popular”. Más adelante se refiere al masaje como una técnica beneficiosa por las tres siguientes razones:
1. Produce sensación de bienestar, sobre todo si se aplica con habilidad.
2. Resulta una forma de tratamiento más tangible que el simple consejo médico.
3. Consigue un alivio positivo e inmediato de los síntomas, que es lo que interesa a muchos enfermos.
• Kohlrausch, refiriéndose a las técnicas de masaje reflejo (aunque nunca llegó a hacer una definición propiamente dicha), se refiere a éste como: “Es un valor inestimable en los casos difíciles influenciables, crónicos y con recidivas, que tan fácilmente conllevan el odium de los desórdenes funcionales”.
• Cyriax se refiere al masaje profundo deduciendo que: “El masaje administrado de manera que no llegue a la lesión es evidentemente inútil. El masaje profundo en la lesión proporciona una analgesia temporal y durante este período permite el tratamiento funcional que de otro modo y a causa del dolor no se podría efectuar”.
• Otra definición de masaje, ya antigua, pero digna de destacar es la que hizo un médico america-no, Douglas Graham (Boston, 1848-1928): “Es un término nuevo, ampliamente aceptado por médicos europeos y americanos, para determinar un grupo de maniobras que son generalmente hechas con las manos, como: fricción, amasamiento, manipulación, rodamiento y percusión de los tejidos externos del organismo, de varios modos, con objeto tanto curativo como higiénico”.
• Gertrude Beard (1887-1971) definió el masaje (según Wood y Becker) como: “Un término usado para designar ciertas manipulaciones de los tejidos blandos del cuerpo. Estas manipulaciones son más eficaces aplicadas con las manos y administradas con el propósito de provocar efectos sobre el sistema nervioso, muscular, respiratorio, circulatorio sanguíneo y linfático local y sistémico”.
• Zabludowsky (1851-1906) lo definió como una técnica que necesita “hábiles movimientos de las manos, realizados de un modo sistemático por todo el cuerpo. Realizados por alguien con conocimientos”.
Con las actuaciones manuales del masaje, las cuales nunca deben provocar aumento del dolor, realizadas con movimientos continuos y rítmicos se han de conseguir unos efectos esenciales, que son básicamente:
• Relajación muscular y general.
• Analgesia.
• Sedación y eliminación de tensiones.
• Excitación y estimulación.
En los centros de rehabilitación de nuestra cultura médica occidental el masaje no es el protagonista, sino que suele ser siempre el complemento de un programa más amplio asociado a otros medios fisioterápicos, por lo que rara vez se pretende que sea un tratamiento curativo aplicado como técnica aislada o exclusiva.
Es, eso sí, el poder de las manos por medio del masaje uno de los elementos más eficaces, valiosos e inocuos en el variado arsenal de los tratamientos fisioterápicos.
Pero existen casos (masaje antiestrés, relajantes, etc.) en que una buena técnica exclusivamente de masaje puede resolver numerosos problemas de contracturas, dolor, espasmo, fatiga, tensión psicológica o física.
Cuando el masaje es muscular, periarticular o articular, suele ir asociado habitualmente a la aplicación previa de calor (con el medio que el médico considere más oportuno) como: compresas Hydrocollator, ducha o baño calientes, etc., sobre la zona a tratar y, en ocasiones, a otro tipo de medidas fisioterápicas y anal-gésicas: infiltraciones, reposo y relajación y tratamientos por vía general (antinflamatorios, analgésicos, miorrelajantes, etc.). Aquí el masaje forma parte de un (a veces) complejo ramillete de medidas terapéuticas de las numerosas existentes a lo largo del proceso de recuperación funcional.
El masaje aplicado a todo el cuerpo (masaje general) es más propio de la estética y “para mantenerse bien” o relajarse, mientras que el masaje local sobre zonas traumatizadas o patológicas es el que tiene mayores efectos terapéuticos.
En determinadas circunstancias como músculos muy espásticos, graves contracturas, miogelosis y zonas hipertérmicas por vasodilatación, es más eficaz la aplicación previa de bolsas de hielo o compresas frías Hydrocollator. Esta técnica, denominada crioterapia, o aplicación terapéutica de frío, resulta sumamente eficaz por la analgesia que genera a nivel superficial.
Yo definiría el masaje de dos formas, que más o menos vienen a significar en definitiva lo mismo:
“El masaje es una técnica fisioterápica manual, basada fundamentalmente en la transmisión de efectos anal-gésicos, sedantes y/o estimulantes del terapeuta al paciente con fines curativos”.
Pero creo que también se puede definir el masaje como:
“Una técnica fisioterápica preferentemente manual, también mecánica, con unos objetivos: manipular, movilizar y sedar o estimular las partes blandas y vísceras con efectos locales y sistémicos”.
Se le ha denominado “lenguaje del tacto”; también se dice que es “dar y recibir y se ha insistido en el importante componente de sensaciones y sentimientos favorables y positivos que es capaz de trasmitir”.
Como se puede observar, todas las definiciones se refieren a una o varias acciones: terapéutica, preventiva, deportiva y estética. Siempre con tres objetivos primordiales derivados de sus acciones: mecánica directa y una acción refleja secundaria o indirecta y de una tercera acción psicológica al reequilibrar la tensión nerviosa.
En resumen, observaremos que la mayor parte de las definiciones expresan algo referente a efectos terapéuticos beneficiosos, salutíferos o sensaciones agradables que se transmiten de terapeuta a paciente, ya que el masaje es eso: tocar con intención de aliviar el dolor y relajar. Aquí desempeña un importante papel el sentido del tacto.
Se ha dicho que los seres humanos necesitamos tocar y ser tocados para experimentar sensaciones agradables. El sentido del tacto es importante en el ser humano e incluso en muchos