Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego
Figura 4.1a-b. Acariciamiento
Con pases magnéticos sedantes (acariciamiento “sin tocar”) y acariciamiento, se suele iniciar y finalizar cualquier sesión de masaje terapéutico, por lo que se lo considera también una maniobra inicial o de “toma de contacto” (figs. 4.2 y 4.3).
Figura 4.2. Pases magnéticos sedantes
Figura 4.3. Toma de contacto
Los trazos del roce, acariciamiento o effleurage se realizarán siempre lentos, suaves y rítmicos. Las manos acarician la piel habitualmente en sentido centrípeto, es decir, de las extremidades al centro del cuerpo, siguiendo las vías de retorno venoso-linfático. Se suele abarcar inicialmente grandes áreas o regiones para ir ciñéndonos paulatinamente a puntos más precisos.
La dirección del roce o acariciamiento suele ser centrípeta en los miembros y semicircular o circular en la espalda, siempre con trazos largos que “se pasean” o acarician y exploran desde la zona inicial o punto de partida a los confines de la zona que interesa tratar.
Es conveniente mantener la misma dirección a lo largo de toda la aplicación de la técnica.
En general la dirección, ritmo y frecuencia deben ser constantes, sedantes y acariciadores.
El acariciamiento puede ser:
• Lineal
• En zigzag
• Combinado
• Concentrado
• Circular
La acción del acariciamiento, aparte de la toma de contacto, se utiliza además para limpiar la piel y mejorar la circulación dérmica y la función secretora de las glándulas sebáceas y sudoríparas.
El acariciamiento es eminentemente una maniobra sedante, disminuye el nivel de excitabilidad del sistema nervioso central y su uso prolongado tiene una importante acción relajante y psicosedante.
Presión superficial
Son diversas las modalidades y tipos de presión que se puede ejercer. La presión puede ser suave (es la auténtica presión superficial) y profunda (se describe en el apartado siguiente), que algunos consideran como un acariciamiento profundo.
Puede practicarse con los dedos, con el talón de la mano o bien con toda la mano “a manos llenas” (dedos y palma) (figs. 4.4 y 4.5).
Sobre la columna vertebral las presiones se ejecutan con el puño cerrado, por medio de los nudillos (articulaciones interfalángicas proximales) o con el puño plano (primeras falanges) a fin de abarcar mayor área (fig. 4.6).
Figura 4.4. Presión superficial con ambas palmas de las manos, “a manos llenas”
Figura 4.5. Presión superficial entrecruzada “a manos llenas”
Figura 4.6. Presión superficial con puños cerrados
Estas últimas técnicas entran ya dentro del masaje profundo si se aplican con demasiada presión, de forma que su efecto alcance las estructuras profundas (fig. 4.7).
En los casos en que la presión tenga que ser suave y precisa se actuará sólo con uno o dos dedos; de ellos los más diestros suelen ser el índice, medio y anular. Se puede usar uno o dos según las preferencias del masajista (fig. 4.8).
Figura 4.7. Presión superficial con la eminencia hipotenar
Figura 4.8. Presión superficial con los dedos: “digitopresión”
Deslizamientos
Son maniobras superficiales-medias de dirección siempre centrípeta cuyo objetivo es favorecer el retorno venoso fundamentalmente y secundariamente el linfático. En quiromasaje se denominan “vaciaje venoso” o de “renovación venosa” (fig. 4.9).
Se realizan con ambas manos desde la raíz de los miembros hasta la base de forma lenta y precisa sobre los trayectos venosos (fig. 4.10).
A diferencia de la fricción deslizada o frotación, los deslizamientos de vaciaje venoso no provocan nunca enrojecimiento (hiperemia), sino evacuación (progresiva) de la sangre. Se realizan de forma lenta y precisa de tres a cinco veces.
Figura 4.9a-b. Deslizamiento
Figura 4.10a-c. Deslizamientos con ambas manos de forma lenta y precisa
En el capítulo de quiromasaje se describe con más detalle la maniobra.
MASAJES PROFUNDOS
Suelen aplicarse sobre zonas musculares voluminosas en las que se puede realizar una gran diversidad de movimientos y maniobras, desde las más simples a las movilizaciones más complejas de masas musculares, e incluso de todo un miembro. Otras veces las técnicas profundas se aplican sobre puntos o zonas concretas, tales como inserciones (entesitis), ligamentos, pequeñas contracturas profundas, puntos gatillo, etc.
Para las técnicas de masaje profundo puede utilizarse una mano o las dos. Unas veces todos los dedos, otras uno, dos o más. En ocasiones se hace a “manos llenas”, abarcando el máximo contenido que ambas manos sean capaces.
Las distintas maniobras se irán combinando de manera que, a lo largo de la sesión, se comience y se termine con masaje superficial suave y en medio se intercale el masaje profundo, siempre más enérgico, violento (estimulante o sedante).
En la descripción de las técnicas de masaje profundo seguimos parcialmente la clasificación de Lindeman, que nos parece la más adaptada para su aplicación en la práctica habitual de las maniobras de masaje clásico.
Frotación
Es un roce o deslizamiento profundo. Se ha descrito en el apartado anterior, pero en este caso se realizará de manera que la mano presione más intensamente con el fin de llegar a planos más profundos.
La frotación profunda difiere de la superficial en que aquí la acción del masaje alcanza los tejidos más profundos (músculo, sistema vascular, cápsulas articulares). De esta forma el roce profundo viene a ser una modalidad mixta de:
ROCE + DESPLAZAMIENTO + PRESIÓN.