Psicoterapia Corporal. Vassilis Christodoulou

Psicoterapia Corporal - Vassilis Christodoulou


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ira y, pobre de la persona que se encuentre en su camino si eso sucede. La energía que tiene dentro, que le mantiene en un estado de miedo convulso, se mueve instantáneamente hacia afuera, convirtiéndose la rabia en la mayoría de los casos en una ira 'letal'.

      De lo que estos individuos rara vez son conscientes, si no pasan por un tratamiento sistemático, es de la calma beneficiosa y del relajante descanso que pueden llegar a experimentar. Pocas veces son conscientes de lo beneficioso que es el ciclo de cansancio y descanso. De igual forma que existe una carga positiva y otra negativa en el sistema nervioso simpático, encontramos dichas cargas en el sistema nervioso parasimpático. La carga positiva está asociada principalmente con la relajación, el calor y el placer, y la carga negativa está asociada especialmente con la tristeza y una sensación de vacío y pérdida. Aunque nos hemos acostumbrado a considerar que la tristeza está conectada con el cuello y el corazón, es importante acentuar que el centro energético de todas nuestras emociones es el plexo solar. Con todo, la tristeza ocupa las zonas del corazón y la garganta porque está conectada con la pérdida y las relaciones.

      En Biosíntesis, de la misma forma que en el cuerpo, el plexo solar es un centro energético y divide el cuerpo en dos. No obstante, para que un cuerpo esté sano y sea hermoso, y para que pueda expresar todo su potencial, no puede mantenerse divido en dos partes, una superior y otra inferior. Nuestro objetivo es por lo tanto encontrar un equilibrio entre ambas partes. A menudo, una de las partes está sobre-desarrollada comparada con la otra, que permanece subdesarrollada. Por consiguiente, trabajamos en dos niveles. Después de identificar aquello que el paciente no recibió y necesita para poder seguir adelante con su vida, sin ser demasiado dependiente a nada, deberíamos ofrecérselo. El plano temporal en el que deberíamos centrarnos para poder trabajar es el Presente del paciente. ¿Qué es lo que le nutre, qué le ayuda a crecer y a seguir adelante? Es esto lo que debería recibir en la terapia: apoyo para seguir adelante en su camino del Presente y la Alegría.

      La energía de las cuatro emociones básicas – miedo, rabia, alegría y tristeza – reside en el centro solar, y es por eso que somos incapaces de experimentar totalmente nuestras emociones cuando hemos perdido el contacto con una de ellas. Normalmente, cuando perdemos el contacto con una de nuestras emociones, perdemos también el contacto con la vitalidad de todas ellas al perder al mismo tiempo el contacto con nuestra verdad como seres humanos. Esto es lo que sucede cuando alguna de nuestras emociones facilita nuestra estructura de carácter y aquello que nuestros traumas han creado como noción del self.

      Consecuentemente, como terapeutas, a menudo planteamos la siguiente pregunta: ¿Para qué sirve esta emoción que se ha expresado durante la sesión de psicoterapia? Sin importar qué emoción es la que sirve a la estructura de carácter del paciente, sólo nos ayuda a identificar la estructura de carácter y nada más. Si un paciente llorar y mantiene un patrón repetitivo de duelo sin llegar al centro de la tristeza, no servirá de nada en el proceso de curación. Lo mismo ocurre en aquellos casos en los que el paciente grita y descarga su rabia. Por mucho que lo haga, la rabia seguirá estando desconectada y la terapia estará detenida. Es por eso por lo que nunca debemos permanecer en un nivel superficial ni debemos dejarnos llevar por emociones que se expresan normalmente de forma ruidosa. Puede ser útil en este caso recordad la noción básica de las capas de la psique: siempre debemos mirar qué hay debajo…

      Trabajamos con el cuerpo y la tierra a través del discurso…

      Volviendo a mi tratamiento con C.D., tras establecer el marco terapéutico necesario y una vez tomamos los primeros pasos para construir una relación de confianza, pudimos, guiados por el sistema ontológico, depositar aún más confianza en el proceso terapéutico y profundizar, sabiendo que los Lestrigones y los Cíclopes que nos encontrásemos en el camino no serían nada más que aquellos 'monstruos' que nosotros mismos creamos a lo largo del camino de nuestra existencia.

      Trabajando con el cuerpo y enraizando cada logro a través del discurso, continuamos hasta que nos encontramos, luchamos y, por supuesto, vencimos al imaginario Procusto. Al finalizar nuestro trabajo, no hubo necesidad de acrobacias mentales o trucos para que las experiencias re contextualizadas fueran asimiladas por el paciente. La asimilación de la experiencia se conecta con las nociones de resistencia y preservación: los seres humanos creamos mitos personales para poder soportar la realidad y poder preservar nuestra cohesión personal. En cada curso de terapia, los terapeutas deberíamos respetar las defensas y estratagemas mentales que han permitido al paciente, a su manera, alcanzar el punto que hayan llegado.

      En una de nuestras primeras sesiones, pedí a C.D. que se pusiera de pie. Su cuerpo casi siempre estaba híper-extendido y tenía una respiración superficial. Cuando le pregunté si tenía algún apego emocional me dijo que no. Estaba más centrado en su cabeza que en su cuerpo. Su cuello bloqueaba el flujo de energía entre el tronco y la cabeza. En vez de servir de puente energético, estaba obstaculizando el flujo.

      Era un hombre de mucho pensamiento y poca acción. Aunque no sentía frío, le daban escalofríos en todo el cuerpo, especialmente en las piernas. Le sorprendía lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, con los ojos cerrados, permaneció centrado en el proceso, aceptando mis palabras de seguridad diciéndole que lo que estábamos haciendo era por su propio bien. Estaba claro: todo su esfuerzo estaba centrado en no colapsar. Le daba miedo que, si se dejaba ir, se caería. Le daba miedo que sus piernas le traicionasen, que todo su sistema le traicionase y que todo aquello que había estado tanto tiempo construyendo desapareciese como en un sueño. En términos psicológicos, los dos polos que estaban en ese momento intentando obtener el control y expresarse en la psicoterapia podían compararse con el ego y el self. El self es más juguetón, más infantil, mientras que el ego es más parecido a un adulto, más maduro y, en lo que se refiere al cuerpo físico, está más conectado con la columna vertebral.

LOS SIETE CENTROS ENERGÉTICOS PRINCIPALES Y SU ENRAIZAMIENTOLos seres humanos tienen siete centros energéticos principales, cada uno de los cuales debe estar bien enraizado.El primer centro energético, el centro base, está conectado con todo aquello que tenga que ver con la familia, nuestras raíces, nuestro trabajo, nuestro hogar y el espacio que ocupamos con tal de declarar nuestra existencia en el mundo. Un individuo bien enraizado no solamente tiene un buen contacto físico con sus pies y el suelo, también encarna el significado de la frase ‘se mantiene firme en su postura’. Aunque es importante que este primer centro esté enraizado, también es necesario que todos los centros energéticos del individuo lo estén si dicho individuo desea tener un cuerpo sano, personalidad y espíritu.El segundo centro energético, el centro del vientre, está conectado con nuestra sexualidad y nos acerca físicamente a los demás. Un hara bien enraizado (hara es el término en Hindi para el segundo centro) puede resultar en una buena conexión, no solamente con nuestro propio cuerpo, sino también con el de otra persona. En cierto sentido tiene que ver con nuestro comportamiento sexual.El tercer tipo de grounding está conectado con el plexo solar, que se encuentra debajo del pecho, en el diafragma, y está relacionado con el grounding social.El cuarto tipo de grounding está relacionado con la forma en que el corazón está enraizado, la forma en la que
la forma en que el corazón está enraizado, la forma en la que vivimos nuestras relaciones con aquellos que más cerca están de nosotros.El quinto centro es el centro energético del cuello y aquí el grounding tiene que ver con el discurso y la experiencia. ¿Decimos lo que hacemos y hacemos lo que decimos? ¿O nuestras palabras están simplemente vacías o son palabras ‘aladas’?El sexto centro energético es el que reside en la frente, entre y un poco por encima de las cejas.Es el centro de la intuición, de la imaginación arraigada, de los sueños y el simbolismo. Es aquí que vamos de un grounding externo a uno interno. Imágenes, sueños, la imaginación y el simbolismo están internamente enraizadas; tienen experiencia a sus espaldas que les nutre; tienen verdad; están, o bien integradas, o permanecen en un vacío existencial y en la nada.El séptimo y último de los principales centros energéticos se encuentra en la parte superior del cuerpo, en el centro de la cabeza. Es la base de nuestra identidad personal, nuestro ser en este mundo, e incluye nuestra identidad espiritual.

      En psicoterapia corporal, cuando queremos trabajar con el ego, trabajamos con la columna vertebral: al trabajar en la columna vertebral, fortalecemos el ego. Cuando examinamos la parte trasera del cuerpo – la espalda y la columna


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