Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Carlos Medina Gallego

Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común - Carlos Medina Gallego


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identifican con el pensamiento marxista, de modo que ocupa por completo la actividad universitaria con luchas sociales y políticas durante las dos décadas siguientes.

      Sin embargo, tal vez el aspecto más importante y determinante en la lucha interna del PCC es el debate que se da en el Movimiento Comunista Internacional (MCI) durante la primera mitad de la década de los sesenta entre los partidos soviético y chino. El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) sostuvo dos tesis centrales que constituyeron el inicio de las divergencias con el Partido Comunista de China (PCCH).

      Esta condición internacional se convirtió en un catalizador de las diferencias internas que el PCC buscó resolver por la vía de la expulsión de los críticos y opositores de su política de alianzas y de su concepción táctica de la lucha revolucionaria. El PCC realizó el IX Congreso a mediados de 1961, en el que planteó como táctica principal para el periodo la alianza electoral con el MRL de Alfonso López Michelsen, recién creado en 1960. A pesar de que un sector de la oposición se había movilizado hacia el MOEC, se mantenía en el interior del Partido Comunista un fuerte cuestionamiento a las políticas impulsadas por el Comité Central (CC).

      A partir del IX Congreso se incrementaron las expulsiones: Francisco Garnica, secretario político de la JUCO en el Valle es expulsado en el v Pleno de 1962. Durante el pleno, Garnica criticó al PCC por centrar su ataque contra lo que se denominaba el “oportunismo de izquierda”, insistiendo en que el principal peligro para la revolución colombiana era el “oportunismo de derecha”. Esta posición dividió a la JUCO y el sector mayoritario abandonó el partido. El 11 de marzo de 1962 el Comité Ejecutivo Central de la JUCO expulsó a Edisson Lopesierra, Fred Kaim, Uriel Barrera, César Uribe, Libardo Mora Toro (futuros fundadores del PCC-ML) y Víctor Medina Morón (uno de los fundadores del ELN).

      En general, para ese momento en el país se presentaba una crisis en la definición de la vía política para el desarrollo de la revolución que, a su vez, se producía de igual forma en todo el continente. Eudocio Ravina, en su estudio “Estrategia y táctica comunista para América Latina”, señala que se trataba de llevar de manera simultánea y por diversos grupos comunistas las dos tácticas que han dividido públicamente a Moscú y a Pekín: la que creía que el triunfo de la revolución no podía venir sino por medio de la formación de dirigentes y de la estructuración de fuertes partidos de masas, y la que creía en la posibilidad de la toma del poder por audaces golpes de fuerza que debían iniciarse como reivindicaciones nacionalistas y populares, lo cual luego sería capitalizado por el comunismo.


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