Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Carlos Medina Gallego
surgido, cerró posibilidades de renovación y llevó a varios de sus miembros a salir del partido y formar otras organizaciones que, a la postre, aplicaron la herencia de las prácticas contra las que se revelaron12.
Entre 1963 y1965 se reagruparon sectores de la JUCO de los regionales del PCC que habían sido expulsados (entre estos el MOEC, el Frente Unido de Acción Revolucionaria [FUAR], el PRS y la Juventud del MRL) en torno al antielectorerismo, el impulso a la lucha armada y el planteamiento de que no era posible ninguna conciliación con la burguesía en oposición a las tesis “revisionistas” del PCC13.
Estos sectores formaron el Comité de Integración de los Movimientos Revolucionarios Colombianos (Cimrec), el cual se propuso como tarea la construcción de un nuevo partido marxista leninista (ML). En marzo de 1964 se realizó en Medellín la Primera Conferencia de Marxistas-Leninistas, pero dado que la mayoría de asistentes provenían del PCC, los acuerdos sobre el tipo de organización a crear no pudieron concretarse, así que se convocó a una segunda conferencia en junio de ese mismo año para discutir sobre el tipo de revolución a desarrollar en el país (si socialista o democrática, el escenario principal la ciudad o el campo, la construcción del partido, si era necesario un ejército y un frente de masas, etc.). Asimismo, se llegó al acuerdo de realizar el primer congreso del nuevo partido. Para esto se empezó a publicar el periódico Revolución como órgano del Cimrec, el cual terminaría por ser el órgano de difusión del nuevo partido marxista leninista.
En los documentos preparatorios del congreso se caracterizó la sociedad colombiana como “predominantemente capitalista con remanentes feudales, dependiente del imperialismo norteamericano”, en busca de encontrar argumentos teóricos diferentes a las tesis del PCC que la caracterizaban como “semifeudal y semicolonial”.
En los debates sobre si crear un ejército, un partido o un movimiento de coordinación de varias organizaciones fue definitivo el carisma de las personalidades que se reunieron, cuyos puntos de vista pesaban sobre el conjunto de los asistentes. Tales son los casos de Pedro Vásquez Rendón, viejo militante del PCC, caracterizado por su fe inquebrantable en la lucha armada, miembro del Comité Central del PCC y con la experiencia guerrillera del sur del Tolima; Pedro León Arboleda, reconocido por su posición ortodoxa y beligerante con un gran desprecio hacia todo lo que significaba el PCC; y Francisco Garnica, quien salió de la JUCO en donde había sido uno de sus más queridos dirigentes, encargado de las relaciones internacionales y reconocido entre los movimientos sociales del Valle del Cauca14.
El 17 de julio de 1965, después de un proceso de debates y acuerdos, se funda, en el que se denominó el “x congreso”15, el Partido Comunista de Colombia Marxista-Leninista (PCC M-L). Asisten a este evento Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda, Fred Kaim, Uriel Barrera, Carlos Arias, Libardo Mora Toro, Aldemar Londoño, Jaime Romero Buj (exmiembros del PC), Francisco Garnica, Ricardo Torres, Carlos Alberto Morales (JUCO) y Francisco Caraballo (JMRL), entre otros. El Congreso elige un Comité Central de veintisiete miembros, un Comité Ejecutivo y un Secretariado presidido por Pedro Vásquez Rendón, en el que también se encontraba Pedro León Arboleda, Carlos Arias y Bernardo Ferreira Grandet.
Sobre el carácter de la revolución se mantuvo la tesis de revolución patriótica, popular y antiimperialista, se dio una unidad entre quienes sostenían la tesis de revolución socialista de inmediato, los que concebían una etapa intermedia entre la nueva democracia y la revolución socialista, y los que defendían la nueva democracia como la revolución que debía emprenderse (Molano Camargo, 2004).
El partido consideraba que la situación nacional y el estado de ánimo de las masas era tal que se vivía una situación preinsurreccional. De ahí sus orientaciones: la revolución será posible exclusivamente de manera armada y el escenario principal será el campo. Todos los marxistas leninistas en un solo partido, todos los combatientes populares en un solo ejército revolucionario, todos los revolucionarios en un solo frente patriótico de liberación. La situación preinsurreccional se atribuía a los conflictos urbanos y rurales de la primera mitad de la década de 1960, y al descontento frente a la situación económica. También se analizaba con exceso de optimismo el incremento de la tendencia abstencionista de 1964, lo cual reflejaba más el descontento con el pacto del Frente Nacional que cualquier otra cosa.
Desde el mismo momento de su fundación, el nuevo Partido Comunista de Colombia Marxista-Leninista fue consecuente con su planteamiento sobre la lucha armada, de modo que creó un núcleo de lo que sería el futuro Ejército Popular de Liberación (EPL).
Las discusiones internas, el afinamiento de las posiciones políticas, los alineamientos internacionales, los debates, las expulsiones y los fraccionamientos, así como el surgimiento de nuevas formas de organización y nuevas visiones de la lucha política, hacen parte de la experiencia acumulada de las Farc-EP en este periodo para la configuración de su nueva organización política. Otros elementos recogerá la organización de la experiencia de La Uribe y la fundación, el desarrollo político organizativo y el genocidio de la Unión Patriótica.
Los acuerdos de La Uribe y la Unión Patriótica
A partir de la firma de los Acuerdos de La Uribe las Farc-EP inician un proceso dirigido, en lo esencial, a constituir una fuerza política capaz de participar en el escenario de apertura democrática que se construye de manera progresiva y enfrentar las provocaciones y agresiones a las que se ven abocados sus frentes por parte de las Fuerzas Militares y de los organismos paramilitares impulsados por estas. Para entonces, las Farc-EP cuentan con veintisiete frentes guerrilleros que se distribuyen a lo largo de las principales regiones del país. Estos frentes se han acogido a la disposición de cese al fuego ordenada por la organización, y se han dedicado, sobre todo, a promover un proyecto político unitario como una propuesta de convergencia de distintas fuerzas de izquierda y democráticas, lo cual terminará por originar la Unión Patriótica.
La situación no es fácil. Junto con el discurso de paz de Betancurt se construye de forma simultánea un proceso de pacificación violenta agenciado por los mandos militares que no ven con buenos ojos el proceso que adelanta el presidente con los grupos guerrilleros. Ese proceso impulsó con mayor fuerza –pese a las denuncias hechas por la Procuraduría de la Nación– los grupos paramilitares, cuya experiencia más fuerte se ubicó en el Magdalena Medio, en el municipio de Puerto Boyacá, con una experiencia piloto de lucha anticomunista que comenzó a partir de entonces a reproducirse en otras regiones del territorio nacional16.
El 29 de septiembre de 1984, el Estado Mayor Central (EMC) de las Farc-EP envía un memorando a la Comisión Nacional de Verificación en el que llama la atención sobre las dificultades que se vienen presentando en relación con el proceso de paz; realiza las denuncias pertinentes a las violaciones de la tregua, señala el avance del fenómeno paramilitar y pone a disposición de la comisión los fundamentos del proyecto político en el que procuran convertirse las Farc-EP. Esta época es supremamente importante porque en las dinámicas de la guerra y la paz, en la construcción de los escenarios democráticos y en el desarrollo de la guerra sucia comienza a producirse lo que más adelante será la separación definitiva de la relación organizativa y política entre el PCC y las Farc-EP:
De nuestra parte hemos cumplido al pie de la letra los acuerdos de La Uribe. No acontece de la misma manera con la orden presidencial de cese al fuego. A partir del 28 de mayo de 1984, el Ejército despliega operativos contraguerrilleros en los frentes 14 y 15 en el Caquetá, en el 10 en Arauca, en el 21, 22, 23 y en el 4, 12 y 20 frentes en el Magdalena Medio, en el 3 y el 13 frente en el Huila y dispuesto operativos ante-orden contra todos los demás frentes de las Farc en el país. Esta violación de los acuerdos de La Uribe y de la orden presidencial de cese al fuego de parte del Ejército, tiene base en la circular del general Vega Uribe aparecida en la prensa el 1 de junio de 1984 y que en concreto dice: “Las Fuerza Militares continuarán tal como se ha dispuesto intensificando