1968: Historia de un acontecimiento. Álvaro Acevedo

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entre cultura y política30.

      Hasta este punto se plantea un desplazamiento conceptual importante para comprender el impacto de la revolución cultural planetaria en Colombia. Los jóvenes son el sujeto histórico que afecta y se ve afectado por las profundas transformaciones socioculturales de los años sesenta. La reflexión sobre esta categoría obliga a referenciarla no en términos biológicos sino histórico-culturales, de ahí el primer desplazamiento del debate académico hacia la noción de cultura juvenil. También se dice que si hay un escenario en el que se puede apreciar este proceso es en la universidad, en particular, a través del estudio de las protestas universitarias y de la visibilización que obtienen los jóvenes universitarios. Los especialistas de los movimientos sociales problematizan una noción que se emplea en esta investigación y que se reconoce en los debates y reflexiones: la categoría de movimiento estudiantil.

      El movimiento estudiantil en el movimiento social

      La revolución cultural del 68 tiene en los jóvenes universitarios uno de sus principales actores. En este marco de actuación es necesario profundizar la categoría ‘movimiento estudiantil’ para nombrar las expresiones políticas y sociales de los estudiantes. En diferentes latitudes, las organizaciones estudiantiles, las manifestaciones, protestas y en general las acciones desarrolladas por los universitarios se piensan como movimientos estudiantiles. No obstante, Mauricio Archila sugiere que para el caso del estudiantado la categoría de movimiento social presenta algunas dificultades de las que se hablará más adelante. En este apartado se expone la noción de movimiento estudiantil que se emplea en este libro, no sin antes mostrar algunas de las aristas que contiene esta opción conceptual.

      Este concepto de sociedad civil es trabajado y desarrollado desde diversas tendencias y posturas ideológicas. Los liberales desde Adam Smith consideran que solo el mercado constituye la esfera más importante de la sociedad en oposición a la intervención del Estado. Antonio Gramsci amplía su mirada sobre la acción social e introduce la idea de la articulación de sociedad política y sociedad civil en el marco de la creación y ejercicio de la hegemonía. Cada una de estas esferas responde a la dimensión coercitiva y consensual del poder. En el fondo se da la tensión entre lo público y lo privado para definir aquello que se entiende por sociedad civil, pues cuando se considera a esta como un actor homogéneo cabe la pretensión de sacarla del ámbito privado para conducirla al mundo de lo público y, por efecto de su acción, al ineludible escenario de la política.

      La sociedad civil abarca tanto a los individuos como a los grupos que actúan movidos por el interés particular; también a las distintas formas de acción colectiva que buscan intereses comunes sin que sean los de toda la sociedad. El Estado, de otro lado, pretende buscar el bien común de toda la sociedad. Desde la perspectiva liberal, la sociedad civil sirve de contrapeso y de control a las decisiones del Estado y, a su vez, puede ser entendida como el escenario para la formación y reclutamiento de las nuevas élites gobernantes. Como la libertad de asociación define esta concepción de sociedad civil, las garantías jurídicas se tornan fundamentales para la existencia de organizaciones que requieren del reconocimiento legal del Estado. Lo cual significa que la sociedad civil se construye en relación con poder político, a pesar de la autonomía que pregona.

      Para Villafuerte, la sociedad civil puede ser entendida como un estadio específico que adquieren diferentes sectores de la sociedad, caracterizado por crear redes de acción y de sentido. Quienes hacen parte de ella orientan una idea básica de la acción política y de su impacto en la arena pública, por lo que a través de la movilización se ponen en acción las diferentes concepciones de participación y formas de lucha para transformar los subsistemas sociales. La negociación y enfrentamiento de proyectos configuran un espacio público, en el que no solo se acuerdan respuestas a las demandas, sino que también se enfrentan y crean sentidos culturales. Esto no significa que la relación con el poder político no se dé ni que permanezca en el plano meramente cultural simbólico. Por el contrario, lo que se pretende con esta visión es complejizar la noción de sociedad civil a partir de la importancia atribuida a la relación con las otras esferas de la vida social, y para ello esta visión articula lo social, lo político y lo cultural.

      Los movimientos sociales son una forma de organización visible de la sociedad civil, su comprensión, estudio y definición dependen de las diferentes corrientes sociológicas. La reflexión sobre esta categoría se desenvuelve en


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