Isla en negro. Yamilet García Zamora

Isla en negro - Yamilet García Zamora


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no puedo irme para La Habana así como así, yo tengo un trabajo, eso significa responsabilidad, hay un jefe por el medio, El director al teléfono, Soy yo, Ignacio, Sí, dime, Ignacito, te oigo, Es que tengo que ir a La Habana, es urgente, No te preocupes, si te hace falta dinero, No, dinero no hace falta. Debe haber otro mundo bajo el nuestro, o al lado, Un submundo, diría alguien, líneas paralelas, un espejo invisible donde nuestras acciones encuentran otras acciones en respuesta, leyes metafísicas inimaginables, casas y tiendas iguales a las nuestras, Falta saber si los precios son los mismos, el amor, el dolor, la esperanza, todo tiene allí su lugar adecuado, basta pegar el rostro a los cristales y cerrar los ojos, no es el cristal lo que importa, sino ese cuerpo gaseiforme del que hablan los poetas, los locos y los curanderos, el resplandor y la llovizna puestos a prueba dentro del maletín que ha comprado mi madre, Para qué, vieja, Por si te hace falta viajar de pronto, tú eres un profesional, no vas a ir por ahí hecho un desastre. Entiendo, demasiadas coincidencias, el pasaje gratis, el director tan atento, el maletín, podría escribir un cuento sobre eso. Permiso, al hombre le toca el asiento de la ventanilla, media hora sin hablar, después se presenta, o me presento yo, hablamos, el sueño me vence, aquí cada uno encuentra su propio ritmo, su rostro y su cristal, a mí lo mío, mi fantasma vuelve, hasta en el tren se me aparece, pero no viene solo, hay otra imagen, o la misma imagen en un close up abierto, el cuerpo es el mismo, y la sangre, pero al lado hay algo nuevo, un gran cuadro de dos por uno, un hombre viejo vestido a la moda de la colonia, un caballero español, barbilla prominente, bigote de Cervantes, peluca de Fernando de Aragón, todo en joyas, la espada guarnecida con diamantes, los ojos azules, la mirada terrible, asusta, despierto.

       III

      Ninette está en la estación, Cómo supiste que venía, Lo supe, no estás contento, Estoy, y este carro de quién es. El marido de Ninette es alguien, una firma extranjera, buen carro, apartamento en Miramar, Dónde está, Salió urgente para Shanghai, estaremos solos, tienes miedo, qué te pasa, Si llega de pronto, No te preocupes, Los vecinos..., Esto no es Holguín, aquí se conoce más fácil a los amantes que a los maridos. Primera noche juntos, A qué has venido, Ignacio, Qué le puedo decir, Vine por un fantasma, Qué fantasma, El mismo de siempre, Tú y tus fantasmas, Vine a trabajar, No hay trabajo en Holguín, Claro que hay, pero necesitaba cambiar de ambiente, Te puedo conseguir algo en una firma, No quiero firmas, quiero trabajar en la construcción. Hasta para mí suena extraño, pero tengo que dejarme llevar, eso fue lo que dijo el hombre de Frexes, eso es lo que hago yo. No eres tan bobo, dice Ninette, un abogado consigue casa rápido en la construcción, No quiero ir de abogado, Entonces de qué, De albañil, o de ayudante, Estás loco, pero qué les hacen a todos ustedes allá en Oriente, No voy a discutir eso, no hay por qué.

      El jefe del contingente me trata bien, habla de la fuerza de trabajo fluctuante y de la necesidad de personal, de la rapidez en las contrataciones y la calidad de los trabajos. Demasiadas molestias por un ayudante de albañil, Ésta es tu cuadrilla, todos gente muy seria, estás en buenas manos, muchacho. El jefe de la cuadrilla me pone con la gente de demoliciones, no será por mi físico, por algo será. Me veo dando mandarriazos en las paredes de una iglesia vieja, No naciste para eso, dice un mulato grande, Te enseñaré cómo es, Los demás miran, toda una semana en eso.

      Nos hemos quedado solos el mulato y yo, Vamos a terminar temprano hoy, esta pared se va fácil, ya sabes cómo es. Unos cuantos golpes y..., oh, milagro, una habitación oculta, Eso no está en el plano, aquí hay gato encerrado, Fantasma encerrado diría yo, Qué quieres decir, Nada, mejor vamos a buscar a los jefes, De jefes nada, esto es entre tú y yo. Lo dice con tanta fuerza que no se puede protestar, además del sólido argumento de la mandarria, Vamos a ver lo que hay aquí. No es gran cosa, sólo unos huesos organizados en forma de esqueleto, Éste debe de tener como doscientos años, Tú cómo lo sabes, Lo sé, dice el mulato, quieres el anillo o el crucifijo, No quiero nada, Espera, aquí hay un paquetico. Son papeles envueltos en cuero, el mulato me pone el paquete en el bolsillo, Llévate eso, aunque sea de recuerdo, ahora vamos a buscar a los jefes.

      Otro muerto, dice Ninette, a ti te persiguen los fantasmas, Éste es de verdad, Dices que estaba en la iglesia, Sí, un cuarto secreto, Interesante eso. Ninette se mete en el asunto, tiene amistades entre los historiadores, El tipo que hallaste se llama don Alejandro de Alvarado, se desconocía su paradero, murió en 1820, pero no es el que se te aparece dondequiera, Ah, no, cómo lo sabes, Porque el muerto tuyo es joven, y éste murió de setenta años, No veo que tengan relación, Ni yo, vamos a comer que ya es tarde.

      En la Habana Vieja a Ninette se le ocurre entrar a un museo, Anda, chico, vamos, No estoy para museos hoy. Ella puede ser muy convincente cuando quiere algo, me arrastra hacia el edificio colonial, Ves cuántas cosas, A éste yo lo conozco. Ninette se acerca al cuadro, Seguro es algún vecino tuyo, No, en serio, yo he visto antes esos ojos, Si es un cuadro desconocido, dónde puedes haber visto a este hombre, Lo vi en el tren, Dices que este caballero español venía contigo en el tren, no fastidies, Ignacio, Te digo que lo vi en el tren, cuando venía me quedé dormido, vi al fantasma y vi este mismo cuadro. Ninette está perdiendo la paciencia, Voy a buscar ayuda. Al rato vuelve, Vaya, Ignacio, algo aquí está muy raro, Qué pasó, Este hombre del cuadro es don Alejandro de Alvarado, el mismo que encontraste en la iglesia, y otra cosa, Qué cosa, El cuadro lo hizo un primo tuyo, Rubén Villafruela Reyes, Qué dices, yo no tengo ningún primo pintor, ningún primo Rubén, No lo tienes, pero lo tuviste, Cómo es eso, El cuadro fue hecho hace doscientos años, pero no entiendo por qué lo viste en el tren, Yo sí, digo para mí mismo, y saco a Ninette del museo.

      Ahora está clara la intención del fantasma, todo se relaciona. No es tan casual el hallazgo de los huesos de don Alejandro, hay algo en el pasado de ese hombre que lo vincula con la muerte del fantasma, Es el fantasma del pintor, y por tanto, de mi primo. Tengo que hallar la relación entre ellos, así sabré lo que se espera de mí, Doy vueltas a las ideas en la cabeza, pero es Ninette la que da con la clave, Qué es esto, Ignacio, me muestra el paquetico de cuero con los papeles, yo lo había puesto en la gaveta, Caramba, se me había olvidado eso, lo encontré en la tumba de don Alejandro, son papeles, No son papeles, Ignacio, son cartas, Cartas, Sí, cartas fechadas en Madrid y en La Habana, en 1814, enero, abril, mayo, lo ves, toda una historia policial.

      Todo bien sencillo, desde Madrid alguien avisaba a don Alejandro, ...se sospecha de usted por el robo de las joyas, cuidado con la policía en La Habana, y cosas así, el ilustre señor era un vulgar ladrón. Seguían las cartas del pintor, ...atentamente, Rubén Villafruela, sobre las pinturas encargadas, acuerdos sobre el precio y plazo de los trabajos, absoluta discreción garantizada, el pobre Rubén, sólo estaba haciendo su trabajo, los pintores viven de lo que pintan. Por último, un personaje macabro, Vicente Sartorio, asesino a sueldo, cartas en relación con la eliminación del pintor, ...proceder o no proceder, espero confirmación, el precio acordado. Todo está claro, Alejandro encargó las pinturas de las joyas que él mismo había robado, se supo descubierto, o bajo sospecha, y decidió eliminar al pintor, un posible testigo. Tienes una buena historia ahí, Ignacio, Qué voy a hacer yo con todo esto, Qué vas a hacer, pues proceder, claro, Estás loca, eso pasó hace doscientos años, no voy a revolver ninguna investigación, Tienes que hacerlo, Ignacio, era tu primo, y lo mataron, Lo mataron, sí, qué puedo hacer yo, No lo entiendes, Ignacio, tu pobre primo se te aparece después de doscientos años y te pide ayuda, Estás loca, qué crees que soy, Eres lo que eres, un abogado, el primer abogado de los Villafruela, tu primo esperó todo este tiempo porque no pudo acudir a nadie más, es... un asunto familiar, eso.

      He dicho que Ninette puede ser muy persuasiva, o quizás es realmente un asunto familiar, o tengo miedo de que Rubén no me deje en paz. Se abre la sesión del juicio, Nunca pensé tener un primo pintor, en La Habana todo es posible, hasta el proceso contra don Alejandro de Alvarado, La causa número sesenta del año dos mil, sala de lo penal, Se lo merece, Tribunal Popular de Ciudad de La Habana, por el delito de homicidio premeditado, asesinato, entiéndase, en la persona de Rubén Villafruela Reyes, de profesión pintor, abogados, acérquense.

       IV

      Te vas, Ignacio, Me voy, A Holguín, A Holguín, Volverás


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