Entrenamiento de base en el fútbol sala. Jesús Velasco Tejada

Entrenamiento de base en el fútbol sala - Jesús Velasco Tejada


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acción de juego del fútbol sala. Agradezco a los autores la colaboración que he podido ofrecer en la revisión de este libro y que ellos me han brindado.

      Javier Sampedro Molinuevo

       GLOSARIO

1Atacanteimage
2Atacante figuradoimage
3Defensorimage
4Defensor figuradoimage
5Balónimage
6Conoimage
7Porteroimage
8Entrenadorimage
9Paseimage
10Conducciónimage
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12Desplazamiento sin balónimage

       INTRODUCCIÓN

      Desde el primer momento en que empezamos a entrenar a jugadores jóvenes (fue de manera conjunta en el equipo juvenil de los H. H. Maristas, en 1991 en Toledo) nos preguntamos cómo podríamos enseñar las tareas que queríamos que aprendieran de una manera eficaz y sobre todo amena, pues éramos conscientes como jugadores de que si uno no se divierte es muy difícil que progrese. Fue a partir de entonces cuando ya empezaron a llamar nuestra atención los procesos de enseñanza-aprendizaje de las tareas motrices y la íntima relación que el aspecto motor tiene con el psicológico para conseguir una buena ejecución motriz.

      La labor del entrenador con los jóvenes en cuanto a mentalización sobre el objetivo que cada jugador tiene cuando practica es muy importante. No sirve de nada intentar enseñar a un jugador los mejores gestos técnicos o tácticos si éste no está interesado en aprenderlos, por muchas condiciones que tenga o que nosotros veamos en él. Por esto creemos que es importante nuestra labor como entrenadores para enseñar divirtiendo, porque crearemos el hábito del juego por sí mismo, que es el primer paso para conseguir un futuro gran jugador, un jugador con el interés por aprender para mejorar. Muchos de los abandonos en la práctica deportiva y gran parte de los estancamientos en la progresión vienen provocados, desde luego inconscientemente, por la acción incorrecta de nosotros, los entrenadores.

      Nuestra primera intención al elaborar este libro es cubrir un espacio vacío del entrenamiento de nuestro deporte en una edad sobre la que no hay apenas bibliografía (categoría juvenil, que englobaría las edades comprendidas entre 16 y 18 años), y además tratar de esclarecer en la medida de lo posible el tipo de trabajo que como entrenadores debemos desarrollar con los jugadores para facilitarles el aprendizaje de las acciones del juego en el fútbol sala, pero de la manera más práctica posible y aprovechando los puntos de vista del entrenador y del jugador.

      Creemos que todos, ya sea desde el plano del jugador o del entrenador, nos hemos planteado alguna vez hasta qué punto lo que hacemos en la sesiones de preparación nos sirve para conseguir esa mejora que se presupone perseguimos con el entrenamiento. Seguramente, en un principio, tanto jugadores como entrenadores estaremos de acuerdo en que es necesario el proceso de entrenamiento como aspecto fundamental para la mejora tanto del jugador como del entrenador, cada uno en su campo. Seguramente no habrá muchos jugadores o entrenadores profesionales que no estén convencidos de esto; pero otra cosa es el tipo de sesiones que se hagan y la duración de este proceso para alcanzar el nivel de rendimiento perseguido. Generalmente es en cómo se llevan a cabo los entrenamientos donde surgen las diferencias, al no entender o no compartir unos lo que el otro entiende como necesario hacer para preparar los partidos. Con el fin de mejorar en este aspecto desde el mismo comienzo de la práctica en edad benjamín, decidimos hacer una progresión del trabajo que creemos se debe realizar en cada categoría, de forma que a lo largo del tiempo se pueda adecuar la dificultad del entrenamiento con la capacidad de los jugadores para asimilar este entrenamiento. Este libro va enfocado a la parte correspondiente de esa progresión en la categoría juvenil, desarrollada en todos los ámbitos que a nuestro entender se deben trabajar para alcanzar la capacitación de los jugadores a la hora de participar en la competición adulta. Debemos tener presente, no obstante, que esta etapa no está aislada de las demás, por lo que también veremos su conexión con las anteriores y con las posteriores, ya que en muchas ocasiones será difícil entender un momento concreto del proceso sin saber en qué nos hemos basado para llegar a él o qué queremos conseguir después de que haya sido asimilado por los jugadores.

      Autores como J. Sampedro (1993) tratan la categoría juvenil como la cuarta etapa de aprendizaje en nuestro deporte, dejando entrever la necesidad de la existencia de una etapa superior entre ésta y la senior. Esta supuesta etapa intermedia entre la juvenil y la senior (que por ejemplo existe en otros países, como Italia) serviría para adaptar mejor al jugador a una alta competición, al dejar más tiempo para preparar al futuro jugador el paso de un nivel a otro, pero por otro lado “envejecería” la máxima competición, pues a ella llegarían menos jugadores de entre 18 y 21 años al tener éstos ya un campeonato organizado en el que participar. Otra supuesta ventaja de esta categoría Sub-21 radicaría en que estos jugadores tendrían la oportunidad de jugar un mayor número de partidos anuales, ya que tendrían la opción de jugar en su competición y al tiempo hacerlo también en algún equipo senior, ya sea de la máxima categoría o de otras, según la capacidad de cada uno.

      Tomando el aspecto de la formación del futuro jugador, coincidimos con el autor antes citado en que el proceso de aprendizaje es progresivo, y que es imposible entender el entrenamiento en edad juvenil sin haber tenido presentes previamente todas las etapas anteriores en el desarrollo psicosomático del individuo (entendido éste como la aglutinación de los aspectos emocional, biológico, fisiológico, social, etc.) y en su conocimiento del carácter estructural del fútbol sala (aspectos técnico, táctico, estratégico, reglamentario, etc.). La principal razón de la existencia de este libro es contribuir a conseguir, en los jugadores que finalizan su etapa de formación como practicantes, los hábitos deportivos correctos a la hora de comenzar su vida deportiva dentro de la edad adulta. Y si además puede ayudar a que algunos de ellos lleguen a ser profesionales y eleven el nivel de nuestro deporte, el objetivo perseguido se verá más que cumplido.

      La importancia de esta última fase del aprendizaje radica en que hay que tratar de inculcar en el jugador el gusto por aprender, mejorar y competir. Y este gusto se puede perder si el practicante no entra en la edad adulta preparado física, mental y emocionalmente. Como entrenadores debemos tratar de conseguir que el mayor número de nuestros jugadores se adapten sin problemas, en principio independientemente del nivel competitivo en el que vayan a competir, a la vida deportiva adulta. Para ayudar a los futuros jugadores a rendir óptimamente debemos respetar su proceso de formación e incentivarlos con una metodología de entrenamiento acorde con cada edad y con cada nivel de rendimiento.

      Hay que tener presente que la práctica adecuada del fútbol sala en alta competición


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