Entrenamiento de base en el fútbol sala. Jesús Velasco Tejada
1.2LA ETAPA JUVENIL, ÚLTIMA ETAPA DE PREPARACIÓN
Comparando nuestra intención con la realidad, el objetivo de esta empresa parece inalcanzable, máxime si se analiza la práctica de los jugadores de edad juvenil en los campeonatos nacionales. Y esto no sucede en general por falta de material, porque jugadores con cualidades para llegar a la elite hay en todas nuestras ciudades. El principal problema radica en que los entrenadores no enfocamos como es debido nuestro trabajo hacia el que debe ser el objetivo primordial de la etapa juvenil y de todas las etapas anteriores, que no es otro que la formación de estos jugadores. Si en verdad intentamos ayudar a nuestros juveniles no a rendir más en el momento, sino a afianzar en ellos los fundamentos del fútbol sala como deporte colectivo, sin duda contribuiremos a la mejora de su futuro rendimiento, que es lo importante, posibilitando en breve el aumento del nivel competitivo de los equipos de categoría senior a los que pertenecen.
Es necesario tener en cuenta que todo este trabajo, si se ha realizado a largo plazo desde los primeros años de competición, comenzará a dar sus frutos precisamente en esta categoría, y no en todos los casos. Por esto, el hecho de quemar etapas nos puede llevar a ganar partidos, pero no a formar al futuro jugador de la mejor manera posible. Dar prioridad a aspectos importantísimos a desarrollar en este período, como pueden ser el compañerismo o el sentimiento de pertenencia a un grupo para colaborar en su buena marcha y no para servirse de él buscando el propio beneficio, podrá llevar a perder algún partido, pero a la larga los jugadores entenderán la verdadera filosofía de lo que es un deporte colectivo, aspecto primordial en la relación entre compañeros cuando el jugador comienza a competir con un equipo de elite y debe convivir con otros jugadores en busca de un objetivo común. Un claro ejemplo lo tenemos en los graves problemas de adaptación que muchos juveniles tienen cuando entran en las plantillas de equipos de primer nivel, pues suelen ser jugadores habituados a jugar muchos minutos y no aceptan de buen grado tener que ver los partidos desde el banquillo, optando muchos de ellos por abandonar la disciplina de esos equipos y perdiendo la oportunidad de aprender mucho gracias a la virtud, que también es entrenable, de la paciencia, que por desgracia en la mayoría de los casos no les enseñaron sus respectivos entrenadores.
Vemos pues que el objetivo principal, aún en esta etapa, debe ser la preparación de los jugadores para la siguiente, pues esta preparación servirá en la mayoría de los casos para mejorar su futuro rendimiento. La mejora perseguida se traducirá, con la maduración de estos jugadores, en un aumento de la calidad de la competición a nivel nacional al entrar en el sistema nuevos elementos con mejores herramientas para dominar el juego.
ORGANIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN
Este capítulo está orientado sobre todo a hacernos recapacitar sobre la necesidad de realizar un entrenamiento coordinado en el tiempo. Con este libro hemos acotado una pequeña parcela dentro de lo que debe ser la vida deportiva de un jugador desde que empieza su práctica hasta que llega al máximo rendimiento, por lo que hemos de tener presente que la etapa que comprende de los 16 a los 18 años es otra parte más dentro de la progresión que el jugador debe llevar, como ya antes se ha dicho. A esta edad se realizará la última parte del proceso de entrenamiento que el jugador sigue hasta que se hace adulto y, por tanto, pertenece aún a lo que debe ser una planificación a largo plazo del desarrollo de todos los aspectos personales del individuo (físico, psicológico y afectivo).
2.1NECESIDAD DE LA EXISTENCIA DE LA CATEGORÍA JUVENIL
Dentro de las distintas fases del entrenamiento deportivo en que los diversos autores consultados dividen el proceso de entrenamiento, casi todos coinciden en reconocer la necesidad de incluir una última que correspondería a la edad de nuestra categoría juvenil (16-18 años).
La determinación de las edades correspondientes a cada fase depende mucho del deporte de que se trate. Analizando el nuestro, parece clara la necesidad de la existencia de una categoría previa que englobe estas edades antes de que el jugador empiece a competir con los adultos. Esto se puede observar simplemente comprobando que no existen prácticamente jugadores con 15 años en las categorías de División de Honor y División de Plata, y los que hay están porque tienen una proyección para mejorar, no porque ya hayan llegado a su máximo rendimiento potencial. Esto se debe a la falta de desarrollo físico que con 15 años tienen casi todos los individuos y a la falta de experiencia que les permita contrastar lo que deben hacer con otros hechos semejantes ya pasados, por lo que tienen disminuida su capacidad de decisión. Si a estos principales factores les unimos otros secundarios, pero casi tan imprescindibles, como la falta de carga de entrenamiento, la poca especialización en el fútbol sala que con 15 años se tiene, el poco trabajo realizado a nivel estratégico, la escasa estabilidad emocional, etc., es obvia la necesidad de la existencia de esta categoría. Incluso hay autores, como J. Sampedro (1993), que, como ya antes hemos comentado, abogan por la existencia de una categoría junior para atenuar el paso del jugador juvenil al jugador senior, dando así más tiempo para alcanzar la formación completa del individuo antes de empezar a competir con los adultos.
Este aspecto “se puede corroborar en la mayoría de los deportes como un defecto endémico en el desfase de rendimiento progresivo desde la edad juvenil a la adulta, entendida como frustración del talento deportivo en su incompleto desarrollo formativo”, en palabras del autor antes citado. En realidad todos conocemos seguramente ejemplos de jugadores con este tipo de problemas de adaptación a la categoría adulta, y quizá deberíamos al menos plantearnos la posibilidad de instaurar esa categoría intermedia o de favorecer de algún modo la integración de estos jugadores.
2.2IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACIÓN
Está clara, pues, la necesidad de la existencia de esta categoría. Ahora veremos la conveniencia de realizar una planificación sobre el trabajo que debemos hacer con los jugadores. Al hablar de planificación no nos referimos a hacer un estudio exhaustivo de las características del grupo, de los rivales a enfrentar, de las necesidades de material e instalaciones para toda la temporada, de la cantidad de sistemas de juego que queremos utilizar, del número y tipo de sesiones de entrenamiento que vamos a llevar a cabo, etc.; eso queda para otro nivel competitivo. Al planificar en la categoría que nos preocupa hablamos de realizar un estudio que nos permita prever posibles problemas que se nos pueden presentar en esta categoría, como pueden ser: absentismo reiterado de algún jugador a los entrenamientos, falta de material o de instalaciones para practicar, excesiva adherencia a las sesiones, ausencia de jugadores en el equipo en una etapa determinada de la competición (por ejemplo por exámenes) por no contar desde el inicio con las características especiales de esta edad, etc.
El sentido de planificar es anticiparse a las posibles necesidades antes de que éstas surjan, y esto ha de hacerse en todos los planos en que se divide la organización de un equipo. Es necesario tener presente que la categoría del equipo en nuestro caso no exige, como hemos dicho anteriormente, una planificación detallada ni pormenorizada, pero sí es bueno tenerla como una base de trabajo desde la que actuar.
Según V. Añó (1997), los tres factores que condicionan el entrenamiento son el grado de maduración de los jugadores, los procesos de formación del carácter y de la personalidad y el proceso de autoafirmación. De ahí que el éxito en el entrenamiento, siguiendo a este autor, dependa de la adaptación del jugador al rendimiento, la planificación y los sistemas de entrenamiento utilizados. Vemos la importancia que tiene realizar un entrenamiento acorde con la edad de los jugadores y teniendo claro de antemano lo que queremos conseguir con él.
Podremos acceder a todos estos aspectos básicos en la formación y estructuración de un equipo por medio de la planificación, siempre que ésta sea racional y asequible a la edad y nivel competitivo de los jugadores que forman el equipo.
2.3PLANIFICACIÓN EN RELACIÓN CON COMPETICIÓN Y ENTRENAMIENTO
El paso previo para realizar una adecuada planificación