Adiestre a su perro. Dawn Sylvia-Stasiewicz
se centran en las cosas que el perro hace «mal» y hacen que el perro deba intentar descubrir, mediante ensayo y error, lo que debe hacer para que no lo castiguen. Como leerá, yo utilizaba esos métodos tradicionales hasta que tuve una revelación: el refuerzo positivo es mejor en todos los aspectos.
Sé que el refuerzo positivo funciona. También sé que si mantiene su compromiso con los principios de este método, al final de este curso de cinco semanas sobre fundamentos que ofrece este libro tendrá un perro feliz y lleno de vida. Si ya ha adiestrado a su perro utilizando las técnicas tradicionales de castigo y tiene la esperanza de readiestrarlo con este sistema, le aplaudo y le aseguro que es posible hacerlo. He visto que funciona infinitas veces. El adiestramiento con refuerzo positivo incluso ha salvado de la eutanasia a los conocidos «perros del corredor de la muerte», perros que algunas personas pensaban que era imposible rehabilitar.
Le guiaré por cada una de las etapas de mi programa como guío a mis estudiantes. Empezaremos con una introducción que le ayudará a prepararse, a preparar su casa y a preparar a su familia para la vida con un perro. A continuación encontrará el curso de cinco semanas sobre fundamentos, que le ayudará a dominar los principios básicos, desde el adiestramiento para hacer las necesidades hasta las indicaciones siéntate, quieto y ven aquí. Entonces usted y su perro pasarán al adiestramiento de trucos, diseñado para mantener a su perro ocupado y lleno de curiosidad, y también aporta elementos para la diversión. Por último, descubrirá cómo asegurarse de que su perro se comporta adecuadamente en cualquier lugar, de modo que usted se sienta cómodo cuando comparta la experiencia canina de su familia con las visitas, en el parque de su barrio y en la carretera.
¿Por qué adiestrar?
Principalmente, adiestra a su perro porque quiere controlar su comportamiento. Yo creo que también existe otra razón de igual importancia: el adiestramiento, en especial el adiestramiento con refuerzo positivo, es una de las mejores formas de crear un vínculo con su perro. Un perro bien adiestrado que está de verdad conectado con su propietario se sentirá feliz y seguro y tendrá más éxito en nuestro mundo humano. No adiestrar a un perro es como no enseñar a un niño a leer: no es lo correcto. El triste destino de un perro no adiestrado —un animal incapaz de arreglárselas en el mundo— suele ser una vida muy limitada.
¿Por qué el adiestramiento hará que el perro se sienta feliz y seguro? Tanto si se toma la molestia de adiestrarlo como si no, su perro está aprendiendo de usted todo el tiempo. Los perros no entienden como nosotros lo que está bien o mal, sino que siempre están intentando adivinar, a través de ensayo y error, lo que es seguro y lo que es peligroso, y lo que les hace sentir bien y lo que no. Puesto que su perro recurre a usted para encontrar las respuestas, es mejor dirigir su aprendizaje desde el primer día en que entra en su vida. Si guía a su perro para que haga lo que usted quiere y lo recompensa cuando lo hace, es más probable que lo haga otra vez. De hecho, como verá, su perro intentará descubrir lo que hizo para que lo recompensara.
Cuando implica a sus hijos en el adiestramiento, les está enseñando cuestiones de seguridad, responsabilidad, solidaridad y lo que cuesta ser un mejor amigo.
Un perro que se siente seguro por lo general será un perro más seguro. Según los centros norteamericanos de Control y Prevención de Enfermedades, cada año 4,5 millones de estadounidenses reciben mordiscos de perro, y más de 2 millones de ellos son niños. Casi 400 000 de esos niños necesitan atención médica. La inmensa mayoría de las personas que reciben mordiscos de perro los reciben de perros que conocen, tanto si se trata del perro de su familia o el de un amigo. Un perro bien adiestrado es mucho menos probable que muerda que un perro no adiestrado o mal adiestrado.
También creo que el adiestramiento canino nos hace ser mejores seres humanos; definitivamente puede ayudarnos a inculcar buenos valores a nuestros hijos. Cuando implica a sus hijos en el adiestramiento, como espero que lo haga, no solo está ayudando a que el perro disfrute de los niños, también está enseñando a sus hijos cuestiones de seguridad, responsabilidad, solidaridad y lo que cuesta ser un mejor amigo.
Por último, como he dicho antes, el adiestramiento es una de las mejores formas de crear un vínculo con nuestros perros. Si ha sido el propietario de un animal de compañía con el que se sintió vinculado de manera excepcional, sabe que este tipo de relaciones aportan infinitas recompensas. Me ha encantado ser testigo de la relación extraordinariamente íntima que el senador Kennedy tenía con sus perros, en especial con Splash. Su relación fue una leyenda en el Capitolio. Siempre que he tenido alojados en mi casa a los tres perros de los Kennedy y los devolvía a la familia, el senador interrumpía lo que fuera que estuviera haciendo o dejaba a quienquiera con el que estuviera reunido para saludar a los perros y a mí. Esta gran figura parecía un crío cuando se agachaba y jugaba con sus perros. Una noche, cuando el senador vino a mi casa a recoger a Splash de camino a casa desde el aeropuerto, los dos armaron tal griterío con su júbilo, que mi hija Paige corrió escaleras abajo para ver qué era todo ese escándalo. Cuando le presenté al senador Kennedy, se quedó sin palabras al ver que ese hombre jugueteando por el suelo de casa era el mismo hombre que había visto tantas veces en el televisor; estaba tan estupefacta que se excusó con amabilidad y volvió arriba a terminar los deberes.
Tuve otro cliente, Nat, cuyo labrador retriever amarillo, Zack, se alojaba a menudo conmigo. Estaban tan unidos que Zack sabía cuándo Nat iba a volver a recogerlo. Zack empezaba a ir de un lado a otro y esperaba en el recibidor, a veces incluso recogía su mochila para perritos y la llevaba a la puerta. No fallaba: unos cinco minutos más tarde sonaba el timbre y ahí estaba Nat. Empecé a poner a prueba a Zack para ver si podía engañarlo. Yo sacaba su mochila temprano como si supiera que era la hora de irse, pero Zack no se lo tragaba nunca. Le pedí a Nat que variara la hora de su llegada por la noche, pero eso tampoco funcionó. Zack siempre lo sabía. No sé cómo, Zack era capaz de saberlo, pero lo que sí sé es que tener una relación tan potente entre perro y humano es una experiencia extraordinaria.
¿Por qué comprometerse con el adiestramiento canino con refuerzo positivo?
La idea de que los perros pueden —y deberían— adiestrarse mediante el refuerzo positivo, y no con el castigo aversivo, la desarrolló por primera vez de un modo formal Ian Dunbar, un veterinario con un doctorado sobre comportamiento animal. Como él dice, el castigo no tiene que ser desagradable, espeluznante ni doloroso. Por consiguiente, si no es necesario utilizarlo, no debería utilizarse. Para los perros, no dar una recompensa es un castigo suficiente y es, en realidad, más eficaz que el castigo físico.
Déjeme utilizar una historia real para ilustrar cómo se adiestra a los perros mediante refuerzo positivo, en comparación con las técnicas aversivas tradicionales. Una vez tuve un cliente que se llamaba Peter que vino a mi clase en la asociación Boys and Girls de Georgetown consternado porque su pastor australiano, Wallaby: no paraba de saltar. No importaba lo mucho que Peter regañara a Wallaby, al perro simplemente le encantaba saltar. Puesto que a Peter le habían enseñado a utilizar técnicas aversivas de castigo, intentaba que Wallaby dejara de saltar dándole un golpe de rodilla en el pecho cuando saltaba. No funcionaba: Wallaby seguía saltando. No entendía que saltar estaba mal: después de todo, es un perro y a algunos perros por naturaleza les encanta saltar. Para Wallaby, el rodillazo de Peter era como un abuso aleatorio.
En lugar de que Peter castigara a Wallaby por hacer algo mal, yo quería ayudarle a aprender a recompensar a Wallaby por hacer algo bien. Trabajé con ellos utilizando un protocolo de refuerzo positivo que había descubierto, que era muy eficaz para que los perros dejaran de saltar. Primero, Peter solo tenía que saludar a Wallaby cuando el perro estuviera sentado. Si Wallaby saltaba, Peter lo ignoraba. Peter simplemente no decía nada, se volvía de espalda y evitaba prestar atención a Wallaby. Pero luego Wallaby se sentó y descubrió que ocurrió algo increíble: obtuvo una recompensa. Y no cualquier recompensa, sino su recompensa preferida: un juguete Kong relleno (un juguete de goma casi indestructible para mascar, con un interior hueco que puede llenarse con toda clase de golosinas). Cuando Wallaby saltaba, no obtenía recompensa (ni tampoco rodillazos en el pecho). Con el tiempo, Wallaby descubrió que había una pauta clara: si saltaba, no obtenía recompensa; pero ¿y si se sentaba? Entonces, ¡premio gordo! Además de que Peter practicara con paciencia esta técnica