El emprendedor novel. Sally Bendersky
• ¿Cuál habría sido tu respuesta si hubieras sido uno de los vendedores?
• ¿Tu vaso está medio lleno o medio vacío?
Sea cual sea tu respuesta a estas preguntas estará bien, porque es tuya. Puede que te guste o no. Si te gusta, entiendo que estás contento con la vida que estás viviendo y que te das cuenta de que siempre hay un margen para mejorar. Si no te gusta, probablemente deseas mejorar o hacer cambios en tu vida. De todas maneras, sin importar cuál haya sido tu respuesta, te invito a hacer un viaje de autoexploración. Necesitarás contar con algunas herramientas e instrumentos para construir un mapa apropiado que te permita descubrir lo que buscas.
Este libro intenta proveer un set de herramientas para ayudarte a descubrir hacia dónde deseas ir, diseñar tu ruta, crear el ambiente necesario y comenzar tu viaje.
• ¿Qué vas a buscar? Tómate un tiempo para hacerte esta pregunta y escribe algunas posibles respuestas.
• ¿Cómo está tu vaso, medio lleno o medio vacío?
En el capítulo anterior definimos el alma como tu modo particular de ser y que nos distingue de cualquier otro. Ahora debemos ir un paso más adelante y distinguir el alma de la personalidad. Tu alma no puede ser afectada por las circunstancias que condicionan tu comportamiento. Es más bien un punto de conexión con los elementos del universo, incluyendo los seres humanos. ¿Te pasa que cuando dices o escuchas la palabra alma, la relacionas de inmediato con algo espiritual? Eso es precisamente lo que me ocurre a mí.
Contrariamente a lo que ocurre con el alma, tú desarrollas una personalidad única, incorporando las condiciones ambientales que han sido parte de tu crianza, y también tu temperamento, el que está conformado por factores genéticos y otros factores biológicos. El comportamiento es una expresión de la personalidad. Esto significa que no somos completamente autónomos para elegir si preferimos el vaso medio lleno o medio vacío, ya que los factores biológicos, el linaje y el medio ambiente que nos rodea afectan nuestras elecciones de manera no consciente.
Supongamos que hacemos una encuesta con la pregunta: ¿El vaso está medio lleno o medio vacío? Teniendo en cuenta una muestra razonable, digamos, por lo menos dos mil personas, ¿cuál sería el resultado de la encuesta?
Mi hipótesis es que el 60% de las personas, o tal vez más, respondería “medio vacío”. Esta proyección se basa en el hecho de que hay cientos de estudios que indican que la percepción de lo malo es más fuerte que la percepción de lo bueno.1 Los eventos negativos producen mayor impacto en la mente de las personas que los eventos positivos y, por lo tanto, son más poderosos en cualquier aspecto de la vida, como eventos del día a día, relaciones cercanas, redes sociales, interacciones interpersonales y procesos de aprendizaje. Por ejemplo, nuestra percepción de las emociones negativas, de los malos padres y de la retroalimentación negativa es más fuerte que la percepción que tenemos de las emociones positivas. Las malas impresiones y estereotipos negativos se forman más rápidamente en el cerebro humano, y son más resistentes a los cambios que las buenas impresiones.
Veamos algunos ejemplos: mientras que un día bueno no tiene efecto perdurable en el día siguiente, un mal día puede afectarlo completamente. Nuestro cerebro procesa la información negativa más rápidamente y con mayor detalle que la información positiva, y nos afecta mucho más tiempo. Socialmente, invertimos más tiempo y emociones en evitar una mala reputación que en construir una buena. Emocionalmente, recorremos un camino mucho más largo para evitar algo que nos pueda producir mal humor que el que usualmente recorremos para experimentar situaciones que nos produzcan un mejor estado de ánimo. Los pesimistas tienden a evaluar su salud con mayor precisión que los optimistas. Las personas – aún los bebés de seis meses – son rápidas para detectar un rostro de enojo en una multitud, pero más lentos para elegir una cara feliz. De hecho, sin importar cuántas sonrisas pueda haber en medio de la multitud, de todas maneras, veremos primero el rostro enojado.2 En resumen, somos buenos para sentir dolor, pero no tanto para detectar la ausencia de él.
Supongamos que perteneces a la mayoría de las personas que tiende a ver el vaso medio vacío. ¿Cómo luce el mundo para ti? Te invito a anotar todas las calamidades y amenazas que el mundo está experimentando en estos momentos.
Por mi parte, yo haré una lista de algunas de mis inquietudes, las cuales llamaré:
Cosas malas que están pasando en el mundo
• Terrorismo en todo el mundo
• Economía mundial inestable
• Calentamiento global
• Amenazas nucleares
• Fanatismo religioso asociado con carrera armamentista
• Escasez de recursos naturales, tales como agua, energía y tierra útil.
• Migraciones masivas
• Pobreza
• Delincuencia urbana
• Incertidumbre general
¿Mis inquietudes son las mismas que las tuyas? Si ese es el caso, entonces te estarás preguntando por qué escribo este libro. Te he hecho una invitación a que aprendamos a crear un camino, para hacer un viaje a través de él hasta conseguir la plenitud, y ahora estoy asegurándote que la mayoría de nosotros estamos más inclinados hacia el negativismo que a las respuestas positivas, en relación con los desafíos que nuestro sistema de vida y ambiente nos presentan. Y los desafíos son enormes.
¿Hay algo bueno que esté pasando en el mundo? Sí, por supuesto 3, y lo llamaré:
COSAS BUENAS QUE ESTÁN PASANDO EN EL MUNDO.4
• Paz mundial: entre 1940 y 2012 la tendencia general nos muestra que existe una fuerte disminución de las muertes causadas por la guerra y el terrorismo: entre 2000 y 2012 es de un 50% menos que entre 1990 y 2000; un 75% menos que entre 1960 y 1990, y un 99% menos que entre 1940 y 1950.
• Estabilidad económica: el pronóstico de crecimiento para esta década (2010-2020) es entre un 10 a un 20% más alto que durante la década anterior; un 60% más que hace dos décadas, y cinco veces más que hace tres décadas.
• Reducción de la pobreza: en los últimos cincuenta años, la pobreza ha disminuido más que en 500 años, y el mayor logro se ha consignado dentro de los últimos veinte.
• Incremento de la expectativa de vida: uno de cada tres niños nacidos desde el año 2012 en adelante, en el mundo desarrollado, tiene una expectativa de vida de más cien años.
• Desarrollo científico y tecnológico: crecimiento exponencial de la capacidad informática; conectividad; neurociencia; genética y ciencias de los materiales. Todo esto podría venir acompañado de guerras con mayor tecnología y eficacia, pero al mismo tiempo entrega nuevos medios para mejorar la salud y el bienestar en el mundo. La ciencia y la tecnología no son buenas o malas en sí. Es su aplicación por parte de los seres humanos la que le otorga un cierto valor moral. La misma ciencia utilizada para modernizar armas, también es usada para propósitos médicos que incrementan la salud y la longevidad de las personas.
• Aumento mundial significativo en la cantidad de graduados de educación superior: en los últimos cuarenta años, los hombres graduados han aumentado cuatro veces y en el caso de las mujeres el aumento ha sido de siete veces.
¿Te diste cuenta de que yo registré algunos hechos que pueden validar las “cosas buenas”, mientras que las “cosas malas” no fueron validadas a través de hechos? ¿Por qué crees tú que lo hice de este modo?
Este